La Antropología Forense y la problemática de personas desaparecidas en Chile
Dado que el fin último de la Antropología Forense es la identificación de las víctimas y el retorno de los restos a sus deudos para que les den un enterramiento digno, acorde a sus costumbres y tradiciones, podemos decir que su aporte es fundamental para aliviar el dolor de las familias.
Edixon Quinones es Profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile. Antropólogo egresado de la Universidad Nacional de Colombia, con Especialización en Antropología Forense, obtenida en la misma universidad. Másteren Antropología Física y Forense y Doctorado en Evolución Humana, Antropología Física y Forense.Desde 2010 hasta 2013 fue el Antropólogo Forense del Equipo de Investigación de Crímenes Graves, de la Misión de las Naciones Unidas en Timor Oriental.
La Antropología Forense, entendida como la aplicación de los conocimientos de la Antropología en contextos médico-legales, se vale de las herramientas metodológicas y teóricas de las tres áreas de la disciplina antropológica (Antropología Social, Arqueología y Antropología Física).
En cuanto a la Antropología Social, la Antropología Forense busca aportar respuestas a problemáticas sociales, tales como la de personas desaparecidas, ya sean víctimas de conflictos armados, de la represión política, de desastres masivos naturales o víctimas de la delincuencia común.
Por otra parte, se aplican las técnicas de Arqueología para efectos de la localización de los sitios de enterramiento, la excavación sistemática de los mismos, así como la meticulosa recuperación y manejo de los restos de las víctimas y de todas las evidencias que se encuentren asociadas a ellos. Lo anterior es importante, dado que adicional a los restos, el enterramiento contiene evidencias que pueden dar cuenta de las circunstancias que rodearon el hecho, así como de la identidad de las víctimas y de los victimarios.
Debido a que el antropólogo forense se enfrenta a restos humanos que pueden encontrarse saponificados, corificados, momificados, quemados, en avanzado estado de descomposición y esqueletizados -los cuales por su condición impiden su reconocimiento visual- se hace necesario obtener la mayor cantidad de información mediante el análisis de las estructuras óseas. Por tanto, debe aplicar los conocimientos de la Antropología Física para establecer el perfil biológico de las víctimas, es decir, determinar el sexo, la edad, la estatura y el patrón de ancestros. Al igual que las características individualizantes, estas últimas se constituyen en huellas generadas por fracturas, cirugías o patologías, que pudieron afectar al individuo en vida y que dejaron su impronta en los huesos.
Adicionalmente, el antropólogo aporta al establecimiento de la causa de la muerte del individuo mediante la reconstrucción e interpretación de las lesiones que ocurrieron alrededor del momento de la muerte. Dichas lesiones pueden ser originadas mediante mecanismos como proyectiles de arma de fuego, elementos cortantes, elementos contundentes y elementos corto-contundentes.
Dado que el fin último de la Antropología Forense es la identificación de las víctimas y el retorno de los restos a sus deudos para que les den un enterramiento digno, acorde a sus costumbres y tradiciones, podemos decir que su aporte es fundamental para aliviar el dolor de las familias que han sido afectadas por la pérdida de sus seres queridos, así como para las comunidades y la sociedad.
En contextos como el de Chile, donde aún existe una cifra aproximada de un millar de personas desaparecidas (El Mexicano, 2014) a causa de las arbitrariedades cometidas durante la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990), se han realizado esfuerzos importantes para dar con el paradero de los desaparecidos. Ejemplo de ello es el Servicio Médico Legal (SML) que creó el Programa de Derechos Humanos (2007-2010) y, posteriormente en 2010, estableció la Unidad Especial de Identificación Forense, la cual cuenta con profesionales calificados en Antropología Forense, Odontología Forense, Medicina Forense y Genética. Como resultado de dichos esfuerzos, han sido identificadas a 148 víctimas (SML, s.f.).
Pese a los logros alcanzados, la cifra de desaparecidos indica que en Chile aún queda un largo camino por recorrer, de modo que la solución de esta problemática requiere de una estrategia en la que se aúnen los esfuerzos de la sociedad civil, las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), la academia y las entidades estatales. En definitiva, este problema compete a toda la sociedad chilena y, por tanto, su solución también es responsabilidad de todos.
Referencias:
El Mexicano (2014) Chile: piden conocer destino de desaparecidos.
SML (2014) Identificación y DD.HH.