La historia de Clio y Polilla: las perritas que habrían muerto por los gases lacrimógenos

Un difícil momento vive una pareja a la cual se le murieron dos de sus mascotas por los gases lacrimógenos en el barrio San Borja.

Marisol Canto, dueña de los animales, relató a EL DÍNAMO que sus perritas Polilla y Clio tenían 13 años y solían sacarlas a pasear al parque San Borja, donde -como muchos perros- olían y mascaban pasto, el que habría estado contaminado con los químicos de las bombas disuasivas lanzadas por personal de Carabineros.

La mujer detalló que junto a su pareja mantenían a las perritas en buenas condiciones,  ya que tenían sus controles veterinarios al día. “Estaban controladas en todos los aspectos, chipiadas, inscritas y con sus papeles al día. Todo en orden, porque siempre fue nuestra decisión, más allá de cualquier ley que exista, que al hacernos responsables de ellas había que hacer las cosas bien”, asegura.

“La Polilla (mestiza con labrador) era seis meses mayor que la Clio (dachshund). Clio fue la primera que mostró signos de intoxicación, ya el 10 de noviembre manifestó molestias severas. Previo a eso, tras el 18 de octubre y por el tema de las lacrimógenas que era diario, y por muchas horas cada día, acortamos sus paseos en frecuencia y en duración”, relata la mujer.

“Nuestro lugar de paseo para ellas era el parque San Borja, porque era su lugar favorito (…) la verdad es que mantenerlas encerradas no era la idea, y a pesar de los cuidados que puedas tener nunca te vas a imaginar que va a pasar una cosa así”.

Marisol señala que Clio y Polilla eran integrantes importantes de su familia, y que intentaban llevarlas a todos los lugares que junto a su pareja visitaban.

“No eran solo dos perros, eran parte de nuestro núcleo, parte querida y cuidada, y nos dolió mucho, porque además de morir, ellas tuvieron una agonía terrible. O sea la salchicha -como desconocíamos lo que estaba pasando exactamente- se hizo todo lo posible por salvarla y ella sufrió un paro respiratorio porque estaba absolutamente descompensada (…) mi pobre gordita se le destruyó el hígado con estos componentes químicos, o sea tuvo una muerte muy dolorosa”.

“Con nuestra otra perrita fue lo mismo, solo que la otra ya sabíamos y entendíamos un poco el proceso, decidimos ponerla a dormir para evitarle el sufrimiento”.

Tras la muerte de sus mascotas, Marisol y su pareja interpusieron una querella en el Séptimo Tribunal de Garantía de Santiago contra de los funcionarios de Carabineros que utilizaron gases lacrimógenos en el sector. La acción legal fue declarada admisible el 20 de febrero.

En el informe toxicológico que se realizó tras la muerte de Clio y en el que se analizó su tejido, el pasto del parque y en las bombas lagrimógenas utilizadas por la institución uniformada, se concluyó que existía la presencia del analito en estudio, tanto en el control como en la muestra, y se confirmó la exposición e intoxicación del perro con agentes lacrimógenos del grupo funcional cloroacetofenonas como xenobiótico.

El abogado Cristián Apiolaza, quien está patrocinando la querella por maltrato animal, comentó a EL DÍNAMO que “no solamente buscamos la responsabilidad particular de las personas que lanzan las lagrimógenas, sino que eventualmente buscamos algún tipo de responsabilidad jerárquica”.

Según Apiolaza, la acción legal pretende que Carabineros transparente “los posibles efectos que tienen estos químicos en los animales y en las personas. También solicitamos que nos envíen un listado de los componentes de estas lagrimógenas, porque claramente si tenemos acceso a ese documento oficial, respecto de los componentes, después podemos hacer la comparación con el informe toxicologico que nosotros tenemos, y va a ser mucho más clara la razón de muerte de estas dos perritas”.

De acuerdo a lo detallado, Clio tuvo una pancreatitis y Polilla presentó gastroenteririts hemorrágica.

Por su parte, Marisol Canto señaló que “nosotros tenemos súper claro que esto es simbólico. La querella es contra Fuerzas Especiales de Carabineros de Chile, pero el tema que nos mueve es poner en conocimiento lo que puede pasar con las bombas y el desconocimiento que hay de lo que le puede ocurrir a las personas a futuro”.

“No sabemos a ciencia cierta lo que puede ocurrir por la exposición continua a las bombas. Pensando en que el sector San Borja es residencial, donde el parque sigue abierto y siguen llevando las familias a sus mascotas y a sus niños”, agregó Canto.

Recomendaciones en tiempos de protesta

María José Ubilla, presidenta del Colegio Médico Veterinario (Colmevet) explicó que “desde el 18 de octubre hemos sacado varios comunicados al respecto, mostrando cuáles pueden ser los efectos colaterales, adversos que presenten los animales expuestos a los gases”.

“Sin embargo, hemos sido bien enfáticos en que no existen estudios, por lo menos publicados, en perros o en gatos que hablen de estos efectos colaterales. Pero de alguna manera se puede extrapolar de algunos  estudios que existen en otras especies animales, como por ejemplo en animales de laboratorio”.

Ante esto, Ubilla recomienda no llevar a las mascotas a las manifestaciones por el riesgo que sufran molestias por los gases, pero también por “otros riesgos que puedan padecer. Como por ejemplo perderse o extraviarse, asustarse por los ruidos que hay en este tipo de espacios y la aglomeración de personas”.

“También hemos sido bien cautelosos en transmitir que en los lugares donde se realizan frecuentemente movilizaciones es mejor que los animales no paseen por esos espacios, porque así como en este caso el pasto puede haber quedado contaminado o la calle, el cemento, la tierra, claro que los animales podrían verse expuestos a molestias o incluso intoxicaciones”, agregó Ubilla.

En ese sentido, destacó que las personas tienen “que aplicar el principio como de analogía” con lo que nos ocurre a los seres humanos cuando estamos expuestos en esos lugares. “Por ejemplo, si uno pasa por Plaza Italia te empiezan a picar los ojos, a molestar la garganta producto de que estos gases están impregnados en distintos espacios”.

Consultada sobre la posibilidad de que Carabineros informe lo que contienen este tipo de elementos disuasivos, la presidenta del Colmevet indicó que “en esta parte de la investigación, como no tenemos más antecedentes de los que han salido en redes sociales, es difícil también dar una opinión, porque como médicos veterinarios tenemos que basarnos en antecedentes reales y no contamos con estos antecedentes“.

Ubilla detalló que como Colmevet “hicieron una recomendación de que cuando los animales estuvieran expuestos directamente a gases lacrimógenos y pueda haber quedado en su piel con estos químicos, se limpiara con un paño con agua con bicarbonato“.

Destaca la médico veterinaria que aquella sugerencia se realizó poco tiempo después de iniciado el estallido social, dado que “había certeza de que los gases que se usaban en ese momento respondían de alguna manera con el bicarbonato. O sea disminuían los síntomas, pero ahora al parecer están utilizando otro tipo de gases, entonces quizás esa recomendación no podría ser tan efectiva”.

“No se pueden hacer estudios si se están cambiando constantemente los gases y no tenemos acceso a saber qué contienen. Sería importante conocerlo para dar recomendaciones más sólidas a la ciudadanía”, concluyó.