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11 de Abril de 2015

El mercado de generación eléctrica: ¿Un problema de competencia?

El argumento de Cembrano es que en un mercado concentrado (con pocas firmas) las empresas tienen cierto poder de mercado y enfrentan menos incentivos a invertir que en un mercado competitivo.

Por Ramiro de Elejalde
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Ramiro de Elejalde es Académico de la Facultad de Economía y Negocios, Universidad Alberto Hurtado

En una columna de opinión publicada el 26 de marzo en Pulso, Juan Cembrano P. opina que existe un problema de competencia en el mercado de generación eléctrica de Chile y propone medidas para atacar la supuesta falta de competitividad. Teniendo como referencia la citada columna, a continuación presentamos argumentos que sugieren que el problema de competencia no es obvio y que algunas de las medidas propuestas deben ser estudiadas con más cuidado ya que podrían generar efectos no deseados.

El argumento de Cembrano es que en un mercado concentrado (con pocas firmas) las empresas tienen cierto poder de mercado y enfrentan menos incentivos a invertir que en un mercado competitivo. Además, señala que un mercado de contratos a futuro como las licitaciones a clientes regulados, que se espera incentive a las firmas a ser más agresivas e invertir más, puede no generar los resultados esperados dado que el precio de los contratos está indexado al precio spot. Las recomendaciones de política que se derivan de dicho análisis son: disminuir los costos de entrada para aumentar el número de competidores y eliminar la posibilidad de indexar los contratos.

Desde el punto de vista teórico, creemos que el argumento no presenta contradicciones o inconsistencias, no obstante, pone el acento en elementos que no constituyen la causa del problema, lo que puede inducir a conclusiones de política erróneas.

El problema principal del argumento es que, por distintas razones, no explica bien la situación del mercado eléctrico de Chile. Primero, importantes proyectos de generación no han sido aprobados por cuestiones políticas y judiciales, de los cuales la mayoría han sido presentados por las firmas incumbentes, lo que no es consistente con la falta de incentivos a invertir. Segundo, no hay evidencia que el menor precio observado debido a la disponibilidad del gas argentino se deba a una mayor competencia, en lugar de a un menor precio del insumo. Tercero, desde el punto de vista teórico, que el mercado sea concentrado puede ser compatible con la existencia de un mercado competitivo, y por lo tanto no es atractivo para otras empresas invertir en dicho mercado. Cuarto, no es obvio el efecto de la indexación en los incentivos de las firmas, ya bien podría tratarse de una manera de mitigar el riesgo de un sistema hidro-térmico desadaptado, en que las inversiones de tecnologías de base están seriamente retrasadas. Por tanto, aunque es razonable la intuición de que la indexación a marginales pareciera un problema, no hay estudios del efecto de dicha indexación en los contratos futuros y en los incentivos asociados a la operación del mercado.

Con respecto a las recomendaciones de política, las medidas dirigidas a disminuir los costos de entrada en la industria nos parecen adecuadas. También se pueden incorporar acciones que disminuyan la incertidumbre jurídica que constituye un costo de entrada relevante para potenciales competidores.

En relación a la recomendación de eliminar la posibilidad de indexar los contratos, tenemos sentimientos contrapuestos, ya que si bien la idea de que la indexación pueda generar incentivos que no son óptimos parece razonable, el origen del problema podría estar radicado en la falta de inversiones en tecnologías de base (que origina el riesgo que se busca mitigar con el indexador). En cualquier caso, aunque se necesita más investigación sobre el tema para establecer una opinión definitiva, parece evidente que la indexación cumple un papel de asignación de riesgo entre empresas y generadores. En particular, permite a las empresas con centrales hidráulicas a cubrirse del riesgo por cuestiones climáticas (cuando dicho riesgo es más significativo debido a la desadaptación del sistema). Si no existiera la posibilidad de indexar, el mayor riesgo asumido por las generadoras puede reflejarse en precios más altos en los contratos (por la prima de riesgo implícita para los generadores). No está claro, cuál de los efectos sea más importante al final de día, pero se deberían estudiar con más cuidado las posibles consecuencias antes de implementar una política de este tipo.

Cualquiera sea la conclusión definitiva sobre las políticas óptimas a implementar, el artículo en comento tiene sin duda un acierto claro: se deben buscar mecanismos para facilitar las nuevas inversiones en generación, sobre todo en energía de base.

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