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7 de Mayo de 2016

Reforma laboral: Un globo pinchado

El principal problema fue que una vez inflado el globo, el Gobierno se dio cuenta que tenía un pequeño pinchazo. Lo interesante será ver ahora como la Presidenta arregla la desgracia que ha ocurrido en la fiesta.

Por Federico Iglesias
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Federico Iglesias es Vocero Comisión Trabajo, economía y pobreza Construye Sociedad

Los globos siempre me han llamado la atención. Es curioso como un elemento tan simple, y tan solo de aire, puede darle un ambiente festivo a cualquier circunstancia. Otra característica curiosa de los globos es que, si tienen alguna rotura pequeña, igual se pueden inflar. Es más, pueden mantenerse así durante días. El problema está en que indefectiblemente se desinflará, y quedará como una cosa deforme y sin gracia.

Para el Gobierno, la reforma laboral ha sido un globo con un pequeño pinchazo. Al principio nadie sabía que forma ni que tan grande sería el globo, sin embargo, lo fueron inflando e inflando. A medida que crecía, al festejado no le gustó mucho el globo, pero se dio cuenta que era difícil cambiarlo. A los invitados tampoco les agradó y trataron de inflarlo e inflarlo, pero nunca los convenció.

El principal problema fue que una vez inflado el globo, el Gobierno se dio cuenta que tenía un pequeño pinchazo. Lo interesante será ver ahora como la Presidenta arregla la desgracia que ha ocurrido en la fiesta.

La primera alternativa que tiene es ponerle cinta adhesiva al pinchazo. El problema de esto es que el globo puede quedar muy feo. Además, siempre se escapa aire por algún lado, por lo tanto, nadie sabe lo que va a pasar. En un principio todos pensaron (y así lo dijeron) que esta sería la mejor solución, sin embargo, parece rápidamente desistieron de la misma.

La segunda alternativa es cambiar el globo por uno parecido, quizás un poco más chico, pero que no tenga hoyos. Con esto el bochorno frente a los convidados pasará desapercibido. Probablemente esta será la solución que se adoptará, total, la fiesta sigue, independiente que no sea con el mismo globo, aunque se parece.

Cuanto mejor hubiese sido que el organizador hubiera escogido un buen globo, en dónde cada uno de los invitados pudiere aportar al inflado, convirtiendo al mismo en un buen elemento de la fiesta y no en un problema. Realmente espero que, por el bien de todos los asistentes a la fiesta, que el globo no se convierta en un elemento que afee una celebración que estaba empezando a ponerse buena.

También espero que el próximo 21 de mayo la Presidenta no diga que su globo lo pinchó quien vio el hoyito. Aunque, difícil es pedirle que reconozca que el globo venía con una falla de origen, porque a lo mejor, precisamente quería el globo que tenía esa pifia, pues confiaba que no se desinflaría.

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