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25 de Enero de 2017

Lucy Avilés, la nueva santa del indignado

Esta mujer es la persona perfecta de estos días. Es urgencia por sobre las leyes. Dinero por sobre legislaciones y todo tipo de “trabas” que cualquier país maduro debe tener para diferenciarse de una tiranía o un fundo. Porque entendámoslo de una vez por todas: el dinero personal no puede saltarse ciertos protocolos aunque se trate de ayudar. No puede ser que sigamos nadando en el sometimiento que transmite el espíritu de Don Francisco y el enaltecimiento de los millonarios por sobre cualquier otra medida que el Estado pueda llevar a cabo.

Por Francisco Méndez
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Francisco Méndez es Periodista, columnista.

De pronto Lucy Avilés apareció en el escenario nacional como una generosa mujer de dinero que venía a rescatar al pueblo chileno de la supuesta inoperancia de la institucionalidad nacional ante los incendios que están afectando a varias zonas del país. ¿Cómo lo haría? Fácil, poniendo de su dinero para traer a Chile el avión gigante que muchos esperaban, para así acceder a la fácil santidad que otorgan las redes sociales por algunos días.

Y así fue. Cuando se supo la noticia, como era de esperar, muchos se alegraron y celebraron. No era para menos, se estaba  llegando a la solución que los medios y ciertos líderes de la oposición creían conveniente frente al supuesto poco manejo del Estado para este tipo de catástrofes. Pero sobre todo era la medida más vistosa y parafernálica en un país en el que  se prefieren los efectos en vez del aburrido, pero necesario, funcionamiento de la democracia.

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Porque para algunos “indignados” el funcionamiento institucional es menos espectacular de lo que quieren. Les resulta más entretenido el show de los billetes, por lo mismo prefieren trabajar por un Farkas que les solucione sus problemas de manera fácil, y sobre todo rápida, antes que poner un poco de su parte para que la institucionalidad se fortalezca y solucione de manera efectiva dramas como los que se viven en estas fechas en nuestras tierras.

Por ello es que Lucy se convirtió en el nuevo personaje a seguir. Incluso hay quienes ya la están postulando a Presidenta de Chile en ese afán de poner a la cabeza de La Moneda a personajes y no personas. A héroes en vez de políticos, porque la política les cansa ya que es demasiado lenta, muy conversada y a  veces demasiado ambigua. Demasiado poco clara en momentos en los que todos buscan ser precisos y transparentes, como si eso fuera necesariamente un valor.

Por eso es que Avilés es la persona perfecta de estos días. Es urgencia por sobre las leyes. Dinero por sobre legislaciones y todo tipo de “trabas” que cualquier país maduro debe tener para diferenciarse de una tiranía o un fundo. Porque entendámoslo de una vez por todas: el dinero personal no puede saltarse ciertos protocolos aunque se trate de ayudar.  No puede ser que sigamos nadando en el sometimiento que transmite el espíritu de Don Francisco y el enaltecimiento de los millonarios por sobre cualquier otra medida que el Estado pueda llevar a cabo.

Para quien lea esta columna pensando que quiero que se sigan quermando las viviendas y los árboles, lamentablemente debo decirles que no, no quiero eso. Sólo me parece urgente que miremos más allá de lo rápido y lo emotivo, y entendamos que el ejercicio democrático debe defenderse día a día y en todo momento. Sobre todo cuando los millones y el personalismo buscan sentarse sobre la legalidad de un país.

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