La Prueba de Transición, una gran oportunidad

Fernando Prieto es Gerente general de Pixarron

Una de las cosas que han quedado al descubierto en esta pandemia es que las situaciones de crisis amplían las brechas educacionales ya existentes. Más aún ahora, cuando la nueva prueba de selección universitaria, la PTU, se acaba de fijar para enero próximo con numerosas medidas de distancia social y precaución sanitaria. Y es necesario poder cerrar esas brechas para preparar un buen ingreso a la universidad.

Pero dicen que las crisis generan oportunidades. El desarrollo de metodologías personalizadas apoyadas por la tecnología es un ejemplo de ello. Acorde a la nueva manera en que se formularán las preguntas de la prueba, que ya no buscará medir conocimientos sino competencias, algunos de estos mecanismos permiten que el estudiante, en vez de estar haciendo todas las semanas ensayos como ocurría con la PSU, haga sólo una prueba donde diagnostica lo que sabe y lo que no sabe, y luego el sistema le vaya proponiendo avanzar sólo en los temas que no domina. Esta es una manera mucho más exitosa de conseguir mejoría en las áreas más débiles.

En esa misma línea, otra ventaja del uso de las tecnologías es la ubicuidad. Aunque es fácil acusar a los jóvenes actuales de ser cómodos y querer que las cosas les resulten con poco esfuerzo, lo cierto es que tienen razón cuando reclaman que el método que se ha usado las últimas decenas de años para preparar la prueba no es eficaz ni eficiente.

Por eso, lo ideal es entregarles herramientas de mayor productividad, por ejemplo, permitiendo que toda plataforma o aplicación con contenidos para estudiar para la PTU pueda usarse desde el teléfono. Esto porque hoy, para un joven de 17 o 18 años, el celular, más que una herramienta, es casi una extensión de su mano.

Además, hay que considerar que hoy ya existe una oferta suficientemente alta para entrar a la educación superior, por lo que para esta generación el desafío ya no es ingresar a la universidad, sino estar suficientemente preparado para hacer el mayor uso del beneficio de desarrollar una carrera y destacarse. Así, tener un título,ya no es suficiente para poder desarrollarse plenamente en una profesión: hoy se requiere excelencia.

Se va a requerir de un compromiso personal y un esfuerzo totalmente distinto al que se requería hace sólo un año para que los adultos del mañana tengan un espacio en el mundo laboral del resto del siglo XXI. Ante eso, el apoyo de la tecnología puede ser el aliado más importante que los futuros profesionales lleguen a tener.