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13 de Diciembre de 2022

Qué entendemos por neoliberalismo

En efecto, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial de Comercio, entre otros, consiguieron en una acción coordinada avanzar en un proceso de liberalización de los flujos de capitales a escala global. 

Por Jaime Abedrapo
Las críticas aumentaron hasta sostener que el proceso de toma de decisiones de la entidad del Banco Mundial y de las organizaciones financieras intergubernamentales eran “poco transparentes y democráticas”. AGENCIA UNO/ARCHIVO
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El manoseado concepto de neoliberalismo se utiliza para señalar todo lo indeseable. Es un término que se ha hecho sinónimo de egoísmo y mercantilización de las relaciones humanas. Pero ¿de dónde viene el término? 

Debemos situarnos en el contexto del Banco Mundial y la estructura, especialmente financiera, de la gobernanza mundial. En efecto, un primer acercamiento al término/concepto debe situarnos en el mecanismo de la toma de decisiones en las organizaciones que representan los regímenes internacionales que contienen la gobernanza económica mundial. 

En efecto, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial de Comercio, entre otros, consiguieron en una acción coordinada avanzar en un proceso de liberalización de los flujos de capitales a escala global. Proceso que fue impulsado desde lo político por el acuerdo que puso fin al patrón oro en la década de los ochenta entre Estados Unidos y Reino Unido (Ronald Reagan y Margaret Thatcher).

Todo ello confluyó para que, en tiempos del ocaso de la modernidad, el sistema internacional racionalizara el sistema financiero mundial, lo cual tendió a homogeneizar las reglas de comercio y a ampliar los flujos financieros por medio de un sistema cuya principal formulación en la toma de decisiones es el aporte en capital de los miembros de las organizaciones intergubernamentales.

Para los internacionalistas lo señalado implicó la revitalización de las ideas liberales en el sistema internacional desde una impronta que superó el ámbito estrictamente político relativo a los derechos civiles y políticos, creando las condiciones para que la economía sea predominante (incluso por sobre esos derechos políticos) en la estructura internacional.

En esa perspectiva surge la noción de neoliberal, la cual nace principalmente de la teoría de la interdependencia compleja (Joseph Nye), recobrando así la vitalidad extraviada luego del Crack de la Bolsa de Nueva York de 1929, cuya crisis trajo consigo renovadas teorías amparadas en el proteccionismo y el desarrollo de la industria nacional.

En definitiva, los países miembros de la OCDE generaron las directrices de un orden mundial con mayor flujo de capital, recordando que de los miembros de esta agrupación de estados representó, para la década de los noventa, la mayor renta per cápita del mundo. Sus economías representaban el 61,45% del total del capital del Banco Mundial, mientras que todo el resto de los países de dicho órgano llegaban tan solo al 38,55%. 

En este proceso surge una de las críticas que hasta hoy han soslayados los detractores del neoliberalismo, el cual se relaciona con la concentración o acumulación de capital. En los hechos, el Grupo de los Siete países más industrializados controlaron, desde los ochenta y hasta los noventa, el 43% del voto (decisiones) en el Banco Mundial, lo cual era criticado por los países que reaccionaron agrupándose en diferentes instancias, siendo especialmente relevante el “Grupo de los 24”, los cuales señalaron que este orden económico mundial perjudicaría el principio de justicia en lo económico a escala mundial. Las críticas aumentaron hasta sostener que el proceso de toma de decisiones de la entidad del Banco Mundial y de las organizaciones financieras intergubernamentales eran “poco transparentes y democráticas”, siendo esta la antesala para que distintos movimientos y plataformas políticas se refirieran al neoliberalismo como el “modelo” o ideología causante de la tragedia medioambiental, social y política del sistema internacional.

Allí se inicia un proceso en que el concepto (neoliberal) es utilizado como un arma arrojadiza en contra de toda la institucionalidad vigente tanto en el ámbito internacional como doméstico, vaciándolo de contenido y transformándolo en un “eslogan” de libre entendimiento, pero en clave de metáfora reivindicativa y deshumanizante que ha brindado utilidad práctica para los grupos anarquistas (antisistema) e ideologías de todo tipo.
 

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