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7 de Octubre de 2021

¿Por qué Sichel y cómo lograrlo?

Solo trato de condensar en pocas líneas nuestros anhelos, nuestros consejos y nuestros temores. Pues lo único que queremos es que llegue a manejar a este país, tarea harto difícil e ingrata por cierto. Y falta poco para lograrlo, pues pensamos que él puede hacerlo mejor que cualquiera de los que están en la lista de presidenciables.

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Señor director:

Cuando comencé enviar a este prestigioso medio mis opiniones, – las que generosamente fueron y están siendo publicadas – no pensé hacer a través del ellas propaganda electoral, solo publicar mis convicciones liberales respecto a personajes, ideologías, el presente y el futuro del país. Pero, en vista de los acontecimientos de los últimos días decidí escribir la presente carta.

El próximo Presidente de Chile debe ser Sebastián Sichel. Resumo en pocos puntos el porqué:

1.- Porque no representa partidos, no está atado a la ideología de ninguno de ellos y está lejos de los extremos.
2.- Porque representa el centro del pensamiento, lo que permite acuerdos con todos que sinceramente quieren desarrollar al país, independientemente de sus credos.
3.- Porque su proyecto consiste en asemejar a Chile a países, a sociedades exitosas, aplicando sus políticas a nuestras necesidades y verdades: Dinamarca, Australia, Corea del Sur, etc.
4.- Porque quiere salvar a Chile de caer en el grupo de países fracasados donde se intentó instalar el socialismo y resultó sin excepción en dictaduras sin bienestar, ni libertad, ni DD.HH.: Cuba, Venezuela, Nicaragua, Corea del Norte, etc.
5.- Porque es el único que presenta un plan económica y socialmente viable para iniciar una larga recuperación del camino al desarrollo, corregido según las necesidades chilenas.
6.- Porque defiende la libertad del individuo, a sus propiedades, sus ahorros y sus derechos derivados de sus obligaciones.
7.- Porque representa la clase media chilena, lejos la mayor del país y su plan tiende a elevar a ese status a las y los que están en la pobreza.

Cómo lograrlo es la cuestión. La campaña de Sebastián Sichel en las primarias habrá sorprendido a muchas personas, excepto a aquellas que votamos por él: sabíamos que es la única alternativa, precisamente por lo expuesto más arriba. Si ahora la adhesión parece estar desviándose hacia otras opciones, tiene sus razones y se debe enmendar la campaña con suma urgencia:

a) Si se cometieron errores en la campaña, reconocerlos; pues eran errores y no malas intenciones.
b) Si faltó transparencia, se debe hacer lo mismo: aclarar públicamente donde faltó.
c) Enfrentar los adversarios con firmeza, en forma precisa, comprensible y acotada, señalando sus errores y flaquezas; mentiras o pretensión de engañar a los votantes con cantos de sirena o vetustas ideas retrógradas para nuestros tiempos.
d) No dejarse ningunear ni por medios ni por adversarios, pues Sebastián Sichel es una figura sólida y está rodeado del mejor equipo económico y social de los aspirantes.
e) No prometer lo incumplible, desnudar las promesas falsas de sus adversarios, llamando al país a trabajar duro para recuperarse.
f) Atacar firmemente la corrupción, la delincuencia, al terrorismo, la inmigración ilegal y presentar el proyecto de cómo los enfrentará en su próximo Gobierno, pues ninguna/o otro habla de estos temas álgidos que más nos preocupan.

g) Explicar a voz viva que la izquierda quiere establecer una Asamblea Constituyente como hizo Chávez en Venezuela, ignorando a todos los poderes, incluyendo a un nueva Constitución que se pretende escribir y votar, para dominarnos a sus antojos.

No soy ningún gurú y no pretendo ser ni el consejero, ni el comando de Sebastián Sichel, y si con este escrito alguien cree que soy arrogante, me disculpo pues lo que antecede es en realidad un corto resumen de lo que todos mis amigos, conocidos y compañeros que lo apoyamos estamos hablando en estos días. Solo trato de condensar en pocas líneas nuestros anhelos, nuestros consejos y nuestros temores. Pues lo único que queremos es que llegue a manejar a este país, tarea harto difícil e ingrata por cierto. Y falta poco para lograrlo, pues pensamos que él puede hacerlo mejor que cualquiera de los que están en la lista de presidenciables, que cualquiera que lo hizo en los últimos lustros.

Tomás Szasz

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