Hugh Jackman: “Me niego a preguntarme cada mañana si todavía soy deseable”
"Me tomo mi cuerpo en serio, pero sin vanidad, simplemente porque es mi instrumento de trabajo", indicó en una entrevista concedida al semanario francés "Paris Match".
El actor australiano Hugh Jackman, cuya potente musculatura ha quedado evidente en la gran pantalla en películas como “X-Men”, afirma que, aunque cuida su físico, lo hace más desde un punto de vista práctico que para aumentar su vanidad.
“Me niego a preguntarme cada mañana si sigo siendo deseable. Me tomo mi cuerpo en serio, pero sin vanidad, simplemente porque es mi instrumento de trabajo”, indicó en una entrevista concedida al semanario francés “Paris Match”.
El actor, que acaba de estrenar “Real Steel”, una historia de perdón y redención sobre un exboxeador, añadió que su ascensión como actor y todo lo que le ha sucedido en los últimos diez años “ha sido una sorpresa”, no exenta de dificultades.
“He tenido una formación completa, como muchos actores australianos. Cuando logré un papel en un musical, me sorprendí mucho. Y, después de dos o tres más, ¡vi que se me había catalogado como actor musical! Al ir a audiciones para obras de teatro notaba que no me tomaban en serio”, recordó.
“Les oía murmurar: ‘No es un actor, es un hombre del espectáculo’. Y me daban ganas de gritar: ¡Actuar en un musical es tres veces más difícil, porque además hay que cantar y bailar!”, añadió Jackman, impulsado a la fama mundial por su rol de Wolverine en la taquillera saga de mutantes.
Pasar a ser conocido en todo el mundo no le ha dado necesariamente, reconoce, mayor confianza en su trabajo: “Soy consciente de mis límites y, como todos los actores, temo, primero, ser sobrestimado, y, después, no dar la talla”.
Pero esa notoriedad sí ha afectado a su vida familiar, y a la manera en que la viven sus dos hijos, Oscar, de once años, y Ava, de seis, adoptados con su mujer, Deborra-Lee Furnesss.
“Mi hijo la detesta. Me suplica que deje esta profesión, sueña con una vida discreta. Mi hija adora a los paparazzi y se pega a mí cuando me piden autógrafos. Su comportamiento -apuntó- me inquieta, tanto el de uno como el del otro”.