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3 de Julio de 2013

Camila Vallejo y su pareja Julio Sarmiento: "En la Concertación están las oportunidades, no las garantías"

Por primera vez la candidata a diputada del PC por La Florida habla junto al padre de su futura hija. En esta entrevista ratifican su desconfianza con la Concertación, pero aseguran que integrar el pacto que apoya a Bachelet les da "garantías" de influir en los cambios que quieren para Chile.

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Hoy por hoy Camila Vallejo no “se sienta a fumar la tarde entera”, como dice Manuel García que hacen los comunistas. En plena campaña para ocupar un cupo en la Cámara Baja por La Florida, la ex dirigenta estudiantil enfrenta además sus seis meses de embarazo y la nueva vida en pareja junto al también militante del PC, Julio Sarmiento.

El 2006 Camila entró a la universidad, el 2007 empezó a militar en la Jota y un año después ya estaba emparejada con Julio, el cubano que encabezaba el Centro de Estudiantes de Medicina y que el 2010 llegaría a la presidencia de la FECH. Se ha escrito que el ascendente de él sobre ella es importante, que la aconsejó en los momentos más complicados durante el movimiento estudiantil de 2011 y que el hijo que esperan vino a consolidar una relación amorosa que no siempre fue fácil. Hoy coinciden en todo y aseguran que sienten “una admiración mutua”.

Por primera vez hablan en conjunto con un medio de comunicación y no es en la cafetería del ICAL, ni en el Café Brasil, sino que en el inevitable centro neurálgico del floridano medio:  una cafetería del Mall Plaza Vespucio.

Durante la celebración de la victoria de la ex mandataria en las primarias ninguno de los dos se apareció por el comando instalado en el Hotel San Francisco. “Estaba revisando mi tesis”, lanza Camila. “Yo estaba de turno”, asegura Julio. De inmediato Vallejo agrega: “Me hubiera gustado ir, para ver cómo estaba el ambiente. Fue una votación impresionante”, señala, anulando toda posibilidad de suspicacia.

Julio Sarmiento dejó de pertenecer a la Jota y hoy es el encargado de los profesionales del Partido Comunista, además de participar en la Comisión de Salud de la tienda dirigida por Guillermo Teillier. Trabaja por turnos en el Centro de Referencia de Salud, en Maipú, y confiesa que intenta estar presente lo más posible en la campaña de su pareja, Camila, cuya única tarea partidaria por estos días es ganar la elección de noviembre e ingresar al Congreso.

Hace un mes se fueron a vivir juntos a un departamento ubicado en el Paradero 14 de Vicuña Mackenna, en el corazón de La Florida.

¿Estas confiada de la campaña Camila?

Camila (C): No, no me confío nunca. Siempre creo que falta más por hacer. Tengo una buena evaluación de como se ha llevado la campaña. Se han cumplido ciertos requisitos, por ejemplo que fuera una campaña no solo trabajada desde el Partido Comunista, sino también desde los vecinos y vecinas de La Florida. Y eso se ha cumplido.

¿La hija que esperan, fue sorpresa o fue buscado?

Julio (J): Fue buscado, nosotros queríamos formar familia hace un tiempo y lo único que nos limitaba era el que siguiéramos los dos estudiando, entonces cuando egresamos ya no había excusas. Sí nos cuestionamos el momento y creímos que era difícil encontrar un momento óptimo, y si bien este momento iba a ser difícil nos pareció que era lo suficientemente propicio.

C: Hace rato que veníamos deseando ser padres y formar familia… fue algo muy bonito el momento de la noticia.

J: Nunca pensamos ser de esas parejas que postergan siempre la paternidad por el desarrollo profesional o el desarrollo personal,  o el salir, pasear y conocer. Nosotros tenemos una buena red de apoyo y confiamos en eso para tener una vida normal con paternidad incluida.

¿Están viviendo en La Florida?

C: Estamos viviendo acá en el 14, nos cambiamos hace un mes. Nos costó harto encontrar. Porque yo estaba como nómade, en mi casa de La Florida y en el centro, en el arriendo que tiene mi hermana y esa situación era insostenible sabiendo que venía el parto, sabiendo que tenemos que recibir a nuestra hija en un lugar más o menos consolidado.

¿Cómo están conjugando la futura maternidad y paternidad con iniciar una vida de pareja y además la militancia?

J: Nosotros somos militantes de antes de iniciar una vida de pareja. Tenemos una forma de entender la vida considerando que la militancia es algo fundamental, y eso implica siempre sacrificios. Este es uno de los desafíos que estamos tratando de impulsar con toda la fuerza. El venirnos a vivir a La Florida tiene que ver con eso, el como hemos distribuido nuestros tiempos tiene que ver con eso. Tenemos experiencia en esto. En los años que llevamos de relación nos ha tocado asumir desafíos difíciles, ambos fuimos dirigentes y a pesar de eso logramos mantener la relación a flote… aprendimos a ponerse al servicio del otro cuando las circunstancias lo exigen.

C: Entendemos que vamos a tener que irnos acomodando cada vez más, de como hacer compatible la vida política con el trabajo, con la vida familiar. Entendiendo que después que nazca nuestra hija las exigencias van a ser mayores. Es distinto estar embarazada ahora que  después cuando me preocupe de la crianza, después cuando la hija vaya al colegio… esto no para nunca. Sabemos que vamos a tener que adaptarnos, repartirnos las labores y no hacer de esto solo una responsabilidad materna, sino que de pareja. Voy a tener que dejar algunas cosas de lado para dedicarle tiempo a nuestra hija, y Julio también. Tiene que haber un equilibrio.  La sociedad tiende a juzgar siempre en función del rol de la mujer; “tu haces una carrera política siendo que vas a ser mamá”, como si esto fuera una cuestión solo de la mujer, menos mal que nosotros no lo entendemos así.

J: Tenemos además condiciones adecuadas en relación a muchas parejas jóvenes como nosotros. Ambos estudiamos en la universidad, ambos tenemos una buena red de apoyo, y esas son condiciones que hacen propicio realizar actividades sin mayor complicación, estamos conscientes que no son las condiciones de la mayoría de las personas.

Están militando en espacios distintos dentro del partido, ¿eso no complica las cosas?

J: Todo lo contrario, yo apoyo a la Camila en lo que ella hace en varias dimensiones; la apoyo por la persona que es y lo que eso a mi me inspira, lo que ella ha significado en términos dirigenciales y las cualidades que tiene; la apoyo como pareja, porque es la persona que yo quiero, que le deseo lo mejor y que me gusta que esté colaborando en tareas de esta naturaleza; y la veo también como militante y como compañera, y en ese sentido apoyo lo que está haciendo, es una compañera de ideales que se inserta en una lucha en que yo creo y considero necesaria. Todo esto hace que el apoyo sea mucho más fuerte e incondicional.

¿Cuál es la diferencia en la construcción de familia entre ustedes y una pareja de derecha? 

C: Nosotros lo vemos en términos del compañerismo, no nos preocupa si esto tiene una relación formal en base a papeles o matrimonio establecido, como lo ve más la gente de la derecha. Tiene que ver como nos comprometemos en un proyecto familiar en función de un proyecto de sociedad. En ese sentido es muy importante no solo como criemos a nuestra hija, sino lo que podamos entregarle más adelante. Por eso hace tanto sentido nuestro trabajo político, lo que es esta candidatura y el trabajo de Julio en la salud pública. El cómo construimos familia se cruza por valores y principios políticos que venimos trabajando hace tiempo y que hoy se reafirman. Nos hacemos cargo de la formación de un nuevo sujeto en nuestra sociedad. Una persona que en su momento va a tener que ser un aporte a esta sociedad.

Siempre se le critica a los dirigentes políticos ciertas contradicciones entre el discurso y su accionar en la vida cotidiana. ¿La hija de ustedes va a ir a un jardín JUNJI, va a ir a un colegio público, o van a preferir uno privado de mejor calidad?

J: Esa pregunta parte de una premisa que se da por sentada y que yo creo que hay que cuestionar, que es el hecho que uno tiene que elegir entre las opciones que existen y nosotros no queremos hacerlo, porque eso implica que si metes a tu hijo en la educación particular va a tener una buena educación, y si lo llevas a un colegio público, salvo excepciones, va a tener una mala educación. Nosotros queremos entregarle a nuestra hija un mejor futuro,  no donde lo privado sea lo bueno y lo público lo malo, nosotros queremos tener la libertad de elegir una buena institución pública, hoy no existe eso en Chile… tu no puedes optar. Y estamos peleándola. Obviamente, todos quieren la mejor educación para los hijos, pero eso también implica formarlo en valores de pluralismo y de integración que no se obtienen en la educación privada.

Julio tu eres médico, y este tema se cruza con la realidad actual de ustedes y con el debate político, ¿la salud pública da garantías para tener hijos ahí, o es mejor tener a las guaguas en el sistema privado?

J: El sistema privado es económicamente rentable y es promovido por las clínicas el hacer cesáreas, porque que son negocios cuya motivación es el lucro. Nosotros queremos tener un parto natural, no cesárea. Las personas se arriesgan en las clínicas privadas  a tener una cesárea que no corresponde. Nosotros queremos tener a nuestra hija en el sistema público. Nos atendemos en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile, que es una institución donde están mis profesores, que son del Estado y es una institución con servicio público. Los médicos del sistema privado no son mejores que los del sistema público.

C: La calidad de los médicos no pasa por cuan mejor remuneración tengan. En el sistema privado tienen mejores remuneraciones y hay mucha fuga de médicos para allá, pero se someten a condiciones de rentabilidad que obligan a funcionar en otros parámetros. Si hay muchos problemas en el sistema público, que no se ven solo en los hospitales, sino que también en los CESFAM y en los consultorios, donde la atención es más lenta y tienes que esperar mucho más tiempo para atenderte por una cuestión básica, pero eso lo sufre mucha gente en este país.

¿El tema del embarazo ha generado una conexión distinta en la campaña con los pobladores? Ya no eres solo la ex dirigenta estudiantil, también eres la futura madre.

C: La mayoría de los meses de campaña los he hecho embarazada, entonces no tengo un parámetro donde medir. Ahora si creo que el hecho mismo de estar en terreno y de estar con las organizaciones, las dirigentas y los pobladores me ha dado una llegada distinta con el mundo poblacional, que antes no tenía. Estaba en la calle en las manifestaciones, pero no palpaba esta realidad más cotidiana con la gente y, claro, el tema del embarazo abre hartos flancos de debate con las personas que tienen que ver con la salud, con la maternidad, con el rol de las mujeres en la sociedad, con el rol de las jefaturas femeninas, el problema de la vivienda… muchos temas que atraviesan a la mujer.

¿Qué te dicen las personas en la calle?

C: Muchas cosas, me desean éxito, me dicen que hay que seguir luchando, que las mujeres tenemos que salir adelante, que ser madre es lo más lindo que les ha pasado, cosas así.

J: Hemos recibido mucha buena onda, muchos regalos, gente muy humilde nos ha hecho regalos de cosas hechas a mano. Atenciones muy sencillas, nos han regalado ropita, adornos, zapatos, calcetines, un montón de cosas súper lindas. La señora que hace aseo en el SENDA, la Anita, nos hizo un regalo de lo más bonito, la jefa donde yo trabajaba nos regaló un chaleco tejido a mano por su mamá, cosas de un valor sentimental increíble.

En el sentido que tu preguntabas hemos chocado con un montón de temas que no tenían relación con lo que nosotros vivíamos antes de asumir este desafío. Por ejemplo el costo de los exámenes, el costo de las ecografías, que es súper alto y antes no teníamos idea. Lo difícil que es arrendar un departamento para una pareja joven, cosa que no teníamos idea, todos los requisitos que hay que cumplir y que no los cumplíamos, de hecho estamos viviendo en un departamento que no está arrendado a nuestro nombre porque no tenemos los requisitos para poder hacerlo. Ninguno de los dos tiene contrato, yo boleteo…

¿Cómo han ido resolviendo el tema de la salud, de los exámenes, las ecografías?

J: La Camila está en FONASA y yo aun no tengo previsión. Nos atendemos en el “Jota”, con el doctor Rodolfo Guiñez, que fue profesor mío.

C: En La Florida el porcentaje de mujeres es alto, y las mujeres mayores también son hartas… ellas la han peleado toda la vida, a una siempre le dicen “la niña luchadora de las movilizaciones”, pero estas mujeres la vienen peleando desde siempre, con familias numerosas, con poco dinero, niveles de endeudamiento muy grandes y muchas de ellas aun pelean por su vivienda, yo no sé como lo hacen la verdad. La Florida se ve mucho como la comuna donde la clase media está acomodada, pero hay una realidad de pobreza importante y un segmento medio que está acogotado, el endeudamiento y la ausencia de beneficios que tienen los segmentos medios a diferencia de los segmentos más populares. Es una comuna con hartos conflictos en su interior que se tienden a invisibilizar por los mall y el Metro que pasa por arriba.

J: Estamos tratando de no endeudarnos…

Que difícil, ¿cómo se hace?

J: Fuimos a comprar los muebles al Bío Bío, a bajo precio, estamos comprando de a poco.

C: En todo caso, yo ya estoy endeudada por mi carrera, estudié con crédito solidario.

¿Cómo se conocieron?

J: Partimos poco antes que yo fuera candidato la primera vez a la FECH, el 2008, en esa lista también iba Camila…

C: Yo era consejera…

J: Nos conocimos cuando ya eramos militantes y cuando cada uno tenía ya un trabajo emprendido…

C: No trabajábamos en la misma base y teníamos trayectorias distintas, Julio en Medicina y yo en la FAU. En un momento nos topamos y congeniamos y empezamos a compatibilizar labores y encarnar los dos juntos un proyecto de federación. En esos años consideramos el trabajo federativo, antes habíamos estado fuera de la FECH y el 2009 la recuperamos con Federico Huneeus.

En algunos diarios se ha escrito que tu Julio eres el “papá político” de Camila…

J: Eso es una interpretación maliciosa de las cosas, porque éste es un camino continuo, a mi pudiesen atribuírseme otros montones de referentes que yo cachaba cuando entré. La Jota vivió un proceso de reconstrucción en la Universidad de Chile y ambos fuimos parte de ese proceso, nadie puede atribuirse ese trabajo. Fue colectivo. Y la Camila ganó elecciones, nadie posiciona a nadie ni deja en posición de algo, sino que los dos ganamos por merito propio el lugar en el cual estuvimos.

C: Los dos veníamos siendo parte de un proceso de recuperación de la Jota. Conversé con la Olivia, que era militante de la Jota y ella me invitó a las reuniones y empecé a militar formalmente.

¿Qué cosas te llamaron la atención de la Jota para entrar a militar?

C: Cuando entré todavía había crisis, así que imagínate, pero dentro de las opciones políticas que existían en mi facultad, la Jota era lo que más me llamaba la atención, por su base ideológica, su elaboración política, su política universitaria que para mi tenía una claridad y consistencia bastante importante.

Los dos vienen del mundo estudiantil, un mundo súper crítico con lo que fue la Concertación. ¿Cómo están viendo la candidatura de Michelle Bachelet?

C: Yo creo que no solamente fuimos parte de un movimiento estudiantil que ha sido crítico a los gobiernos de la Concertación, y particularmente al de Michelle Bachelet, sino que somos militantes de un partido que ha sido históricamente crítico con los veinte años de gobiernos de la Concertación. Pero siempre hemos buscado, producto de nuestras definiciones y estrategia política, encontrar los escenarios adecuados para poder irrumpir en el escenario institucional para generar cambios. Ese escenario se generó después de las movilizaciones que nosotros impulsamos y fuimos parte activa el 2006 y el 2011. Ese escenario tiene que ver con que los que gobernaron veinte años tenían que verse obligados a lo que estaba pasando en las calles, ese cambio de escenario a nosotros nos permitió tomar esta decisión. Obviamente esto no pasa por la Bachelet, por lo que hizo o no hizo ella, sino que es un cambio en las correlaciones de fuerza en el sector que gobernó durante mucho tiempo.

Se dice que tu tienes una reticencia con esa opción… se ha comentado que en el video de la Jota de apoyo a Bachelet, tu dices “yo lucho” en vez de “yo voto”…

C: (risas) Pero ese video ni siquiera lo edité yo…

J: Hay un problema con la forma de opinar de política en Chile, que está muy teñida de elementos estéticos. La gente nos ha comentado que es feo que el Partido Comunista esté apoyando a Bachelet y los medios de comunicación tratan de incentivar esa imagen, buscando que esa imagen genere algo en el inconsciente colectivo, para bien o para mal. A la derecha le conviene, para criticar a la Concertación, a la ultra izquierda le conviene que apoyemos a Bachelet, para criticar al Partido Comunista. Pero, la crítica en salir o no mencionando a Bachelet, o aparecer o no en la foto con Bachelet es una crítica estética, está fundada en elementos de forma… Nosotros estamos alineados con la posición del partido, con el apoyo a Bachelet. No somos opinólogos, somos actores políticos.

Somos críticos de la Concertación, pero no nos quedamos en la mención de la crítica. Debemos transformar las cosas que significaron que la Concertación tuviera ese desempeño tan criticable en los últimos veinte años y eso no va a pasar por ser un actor externo en estas condiciones. Lo demostró MEO que con su 20% no logró cambiar nada en el país, lo demostró Arrate, con quien sacamos el 6% y tampoco se cambió nada.

El tema es como generamos un escenario distinto. Cuando el 2014 salgamos a la calle los movimientos sociales producto de las propias contradicciones que van a seguir existiendo. Consideramos más importante estar donde se toman las decisiones, para poder influir en ellas.

¿Cuál es la confianza que tienen en sus actuales aliados políticos?

J: Se nos ha preguntado que garantía nos da la Concertación y Bachelet que no van a hacer lo mismo… el punto es que no nos tienen que dar garantías, lo que a nosotros nos da garantía es que el país es distinto, frente a un país distinto una misma persona no se puede comportar de la misma manera…

Pero los dirigentes políticos tienen, en teoría, convicciones, ¿confían en las convicciones de los dirigentes de la Concertación?

J: Ese es el punto, no son las convicciones de la gente de la Concertación lo que nos mueve, lo que nos mueve es la confianza que tenemos en la presión que se puede hacer desde el movimiento social, y en el rol que nosotros podemos tener para apoyar esa presión desde el aparato institucional. No me interesa a mi si Bachelet creé realmente en las transformaciones, o solo las plantea porque el contexto social la fuerza a hacerlo, porque a nosotros nos interesa influir en el proceso social. El camino que estamos siguiendo no nos otorga garantías, pero nos interesan las posibilidades que eso nos da.

¿Cómo van a cuidar la relación con el resto del movimiento social?

C: Nosotros vamos a avanzar en la medida que generemos posiciones de fuerza, y esas posiciones tienen que expresarse tanto en la calle como en el mundo político. Para que podamos avanzar en material educacional, de un proceso constituyente, en materia de cambio al modelo económico, no vamos a lograrlo simplemente gritándolo, sino que debemos construir posiciones de fuerza, en la calle y en la institucionalidad, para que exista una coherencia y una sinergia. Por eso hemos dicho, vamos a disputar el Parlamento, porque necesitamos tener presencia programática en esos espacios y una correlación de fuerzas favorable, pero eso no quiere decir que no estemos en la calle. Y si además podemos incidir desde el gobierno, también lo vamos a hacer.

¿Está definido ya integrar el eventual gobierno de Bachelet?

C: No, se tiene que discutir. Es una cuestión que tenemos que discutir a fondo.

J: El que integremos o no el gobierno no depende de las garantías que nos de la Concertación, sino de las capacidades que nosotros veamos en como se articulan los movimientos sociales y cómo el contexto nacional favorece la expresión de movimientos sociales. En la Concertación están las oportunidades, no las garantías. Las garantías están en los movimientos sociales. El tema es si hay condiciones en la calle para que esa integración signifique algo.

***

Termina la conversación y Camila se despide para ir a una reunión con los dirigentes de los suplementeros de La Florida: “Se está preparando una movilización a nivel comunal”, adelanta. La campaña es intensa y no hay mucho tiempo para el descanso.

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