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22 de Agosto de 2013

Paula Walker, la influyente sombra de Bachelet

La jefa de prensa del comando opositor forma parte del círculo de poder íntimo de la ex presidenta. Ella decide lo que se dice en los discursos y se encarga de mantener un estilo receloso y reservado con la prensa.

Por Nicolás Sepúlveda / Rodrigo Durán
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“Paula Walker tiene poder, eso es indudable. El poder te lo da estar cerca del sol, y hoy ella está más cerca del sol que nadie”, asegura un colaborador externo del comando de Michelle Bachelet, haciendo referencia a la influencia que hoy ostenta la jefa de prensa del comando presidencial de la Nueva Mayoría.

La periodista de 43 años es parte del exclusivo círculo que rodea a la ex mandataria. Walker, el director ejecutivo del comando, Rodrigo Peñailillo y la jefa de programación del mismo, María Angélica “Jupi” Alvarez, forman parte del indiscutido triunvirato de poder al interior del comando de Avenida Italia. Son quienes toman todas las decisiones clave respecto al rumbo de la postulante de la Nueva Mayoría y son fieles al estilo impuesto por la candidata, donde la reserva es una condición y la desconfianza es parte del protocolo. 

Cuando el tres de agosto pasado La Tercera publicó que el comando había elaborado una minuta destinada a los parlamentarios opositores para dilatar la agenda legislativa del Gobierno, una bomba cayó en las dependencias de Avenida Italia. Las filtraciones son algo que se aborrece en el círculo íntimo de Bachelet. Tanto así que Walker llamó a los medios advirtiendo que iban a desmentir categóricamente la información. Dicho y hecho. Ese mismo día el vocero Alvaro Elizalde aseguró: “Por cierto que hay coordinación con los partidos de la Concertación, pero esta es una cuestión distinta. Desmentimos categóricamente que esta sea una minuta que haya emanado de este comando”.

Walker es de las que pone a prueba a quienes transitan por el comando. Un colaborador confidencia fuera de micrófono:  “Ella nos mide constantemente. Hay información que nos dice, y otra que no. Siempre está pendiente de quien puede estar filtrando datos”.

Ese celo se extrapola también a su relación con los medios. A modo de ejemplo, la misma fuente cita el episodio cuando Bachelet recibió en su casa a la fiscal Solange Huerta en el marco de la investigación del caso tsunami. Una operación limpia que se ejecutó desde el comando cuando oportunamente se pidió a los medios “dejar descansar a la presidenta”, que venía llegando de Nueva York. Cuando ya se habían ido todos los periodistas y fotógrafos, Huerta hizo su ingreso a la residencia de la ex mandataria.

La cercanía con Bachelet

¿Cómo llegó Walker al círculo íntimo de la mandataria? La periodista de la UDP afianzó su relación con Bachelet en La Moneda.

Quienes conocen a la ex presidenta, dicen que la lealtad y la discreción son atributos que valora por sobre todas las cosas, y que su confianza se gana con el paso del tiempo, a medida que se van superando pruebas y se van dando garantías de fidelidad. Por lo que el acercamiento no fue inmediato.

Paula Walker colaboró en el primer comando de Michelle, el del 2005. Dos veces a la semana la entonces periodista de UNICEF se aparecía en las instalaciones de calle General del Canto, en la comuna de Providencia,  y ayudaba en el área de contenidos. Según afirma un profesional que trabajaba en las instalaciones en aquella época, en ese periodo fueron los primeros acercamientos a la “Jupi” Alvarez, amigo histórica de la ex mandataria, y Rodrigo Peñailillo. Varios meses después, y ya instalada en La Moneda gracias a las gestiones de Juan Carvajal, el otrora influyente asesor comunicacional, llegaría su gran oportunidad con Bachelet.

Paula Walker entonces era una desconocida para la presidenta. Sin embargo, ganó notoriedad tras la salida de la periodista Marta Hansen del cargo de jefa de prensa de La Moneda. Hansen, quien mantenía línea directa con Bachelet, habría entrado en controversia con la “Jupi” Alvarez, amiga histórica de la ex mandataria, y Rodrigo Peñailillo, jefe de gabinete, por lo que salió del primer círculo de poder. Y finalmente se fue. Ahí se produjo el salto de Walker.

“Los funcionarios hacían la comparación con la Marta Hansen, que era más llevable como jefa. No era fácil trabajar con ella. Y si se le atravesaba alguien, jodía”, dice un ex funcionario de La Moneda.

Sobre su estilo, la misma fuente comenta que ella se empoderó de su jefatura y “se relacionaba con quien había que relacionarse”. Muy distante con algunos. “Es de trato seco, marca la diferencia, dice.

Otra fuente proveniente del Partido socialista añade: “Le costó conseguirse la confianza de la presidenta. Cuando llegó a La Moneda no era de su confianza plena. Pero es una mujer inteligente y entendió que el trabajo discreto y sin cámaras -a lo Peñailillo- rinde mucho para llegar a ella”.

Paula Walker pasó a la jefatura de prensa, donde terminaría el gobierno en una posición privilegiada de cercanía con Bachelet. Tanto así, que ésta se la llevó como asesora personal a Nueva York cuando le tocó dirigir ONU Mujeres.

“Bachelet le tiene mucha confianza. Esa relación se afianzó en Nueva York, donde era la asesora más cercana a la ex presidenta, porque la acompañaba a todas partes. Su cercanía excede por mucho lo laboral. Ella y Peñailillo son los más escuchados por la candidata”, confidencia alguien que trabaja en el comando.

Su poder en el comando

Otro miembro del equipo de campaña cuenta que el poder de Walker sobrepasa los límites que tendría cualquier jefe de prensa: “Ella le arma la prensa, y se la arma bien y anda con ella para todos lados. Desconozco si son amigas o no. Lo que si, ella tiene un funcionamiento autónomo. Tanto avanzada como el despliegue de pauta de la Presidenta lo ve ella y no el encargado de territorial, por ejemplo”.

La misma fuente agrega: “La Paula Walker la cuida, la protege, le maneja los tiempos, y esa pega la hace bien. Decide cuando se acaba la conferencia, cuando empieza, cuanto habla, todo. Incluso a veces revierte decisiones de Bachelet”.

No hay minuta que se elabore en el comando que no sea revisada por Walker. Ella también escribe los discursos. “En el comando no ve la relación directa con la prensa, sino que está pensando lo estratégico. Siempre ha sido de mucho seso, de pensar las cosas estratégicamente”, desliza otro miembro del comando.

Un ejemplo del “sello Walker” lo entrega un colaborador externo del comando, quien señala que tiene un rol político e incide fuertemente en la toma de decisiones. “Es de la idea de crear la imagen de presidenta, de tratarla como tal aunque ya no lo sea”, dice. Añade que Walker está muy involucrada en el diseño ciudadano, por sobre la cercanía a los partidos.

Cerca del poder

Paula Andrea Walker Cárdenas no quedó trabajando en la revista Caras cuando en 1993 realizó ahí su práctica profesional. Sin embargo, esa experiencia le sirvió para hacerse de contactos que en definitiva serían su trampolín hacía el mundo político.

En 1988 ingresó a estudiar periodismo a la Universidad Diego Portales, de donde se tituló en 1993 con la tesis “El descubrimiento de España en Chile”, compartiendo créditos con periodistas como Paulina de Allende Salazar y Alejandra Pico.

Pero Walker empezó de abajo, “lo suyo es pura meritocracia”, dicen quienes han tratado con ella en las últimas dos décadas.

La periodista Marcia Scantlebury trabajaba en la revista Caras cuando debió asumir la jefatura de comunicaciones en el comando con que Ricardo Lagos enfrentaría la primaria frente a Eduardo Frei en 1993. A ese equipo se sumó la ahora jefa de prensa de Bachelet. Jovencísima y recién egresada de la universidad. Quienes conocieron a Walker en esa época comentan que siempre se destacó por ser “eficiente y habilosa”.

En ese minuto, hizo buenas migas con quien la reclutó para el comando, Scantlebury, y con la también periodista Patricia Politzer. Las tres se encargaron del manejo comunicacional del comando, el que sin embargo no alcanzó para salvar la postulación de Lagos.

Con el 37,01% de los votos el candidato del PS-PPD perdió esa primaria y la figura concertacionista para la presidencial del 94 fue el DC Eduardo Frei. Scantlebury emigró entonces hacia ese comando y no se llevó consigo a Walker, quien ya le había tomado el gusto a la cercanía con la política.

En 1994 se fue a trabajar con Luis Maira como jefa de prensa de MIDEPLAN. De ahí, saltó a la UNICEF, donde se mantuvo hasta el 2006, cuando Michelle Bachelet ganó la presidencia y Juan Carvajal se la llevó a la Secretaria de Comunicaciones de La Moneda.

Dentro del bloque opositor es cercana al PS Mahmud Aleuy, aunque siguiendo la lógica discreta que caracteriza el actuar de los cercanos a Bachelet, éste lo niega, a pesar que varias fuentes consultadas aseguraron que son amigos y que existe confianza mutua. “No me acuerdo, hace tiempo que no habló con ella. No sé de que me estás hablando”, señaló el experto electoral del PS.

Paula Walker fue contactada por El Dínamo, pero declinó ser entrevistada.

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