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31 de Julio de 2018

Iglesia Evangélica prepara protocolo para denuncias de abuso sexual

Todo esto, en medio de casos de abuso protagonizados por pastores evangélicos y la crisis que afecta a la Iglesia Católica.

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Cuando en julio de 2016, la actual diputada Erika Olivera dio a conocer a través de una entrevista que durante su niñez había sido víctima de abuso sexual reiterado, aseguró que el victimario había sido su padrastro, Ricardo Olivera.

La maratonista relató que los abusos ocurrían cuando su madre salía de la casa para asistir al culto evangélico, en la población Carol Uzúa de Puente Alto, siendo además precisamente el padrastro quien se había proclamado como pastor.

Como éste, varios otros casos se han conocido a través de los medios de comunicación, en los que los victimarios precisamente utilizan su condición de líder para cometer los abusos.

Cristian Nieto, vocero del Concilio de Iglesias Evangélicas, asegura que como iglesia buscan hacer frente a estos casos y se encuentran en etapa de construcción de un protocolo de denuncias de abusos.

A pesar de desconocer si existen cifras oficiales de denuncias, Nieto asegura que con el establecimiento de un protocolo de denuncia buscan hacerse cargo del tema, que explotó a raíz de los casos conocidos al interior de la Iglesia Católica.

“Hemos estado preocupados del tema. Hasta ahora no tenemos un protocolo porque no lo habíamos considerado, porque no lo habíamos vivido. Esto es como una experiencia nueva para nosotros y obviamente ahora tenemos que hacernos cargo de aquello”, asegura Nieto.

Construcción de un protocolo

El vocero del Concilio de Iglesias Evangélicas cuenta que como primer paso para la construcción de este protocolo, se ha socializado en las reuniones pastorales la necesidad de poner especial atención a cualquier denuncia que tenga que ver con abusos, especialmente si es de tipo sexual.

La indicación desde la autoridades protestantes es que al momento de conocer una denuncia, ésta debe ser informada inmediatamente a los obispos y luego entregar los antecedentes a la justicia.

“Si un pastor sabe que esto ha ocurrido con otros pastores, él tiene el deber, la obligación moral de informarle a las autoridades. Eso no se puede soslayar, no es aceptable para nosotros como Concilio”, comenta Nieto.

Este mismo procedimiento ocurre en caso de que un miembro de la comunidad evangélica quiera presentar una denuncia en contra de su propio pastor: debe hacerla llegar al líder de otro templo y seguir el mismo procedimiento.

“Nosotros, a diferencia de otras iglesias, no vamos a hacer defensas corporativas ni vamos a ocultar nada. Nosotros vamos a suscribir con las victimas y hacernos cargo de que esa persona tiene que pagar, y eso ya lo hemos dicho en todos los tonos”, advierte el vocero.

Respecto a que esta forma de proceder sea incorporada por todas la iglesias, las que son independientes entre sí, Nieto asegura que sería lo ideal que todas se unieran en un mismo protocolo, sin embargo, no es posible obligarlas.

Para Nieto, si una persona utiliza su titulo de pastor para cometer un abuso es un delito aún más grave: “No puede hacer uso y abuso de la palabra de Dios y venderse como una oveja del Señor para cometer este tipo de delitos, me parece atroz”. 

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