¡Súbete a la aventura!
Es por esto que sobre todo en casos complejos, como bebés prematuros o madres adolescentes, diversos estudios fortalecen y validan el Programa de Madre Canguro a nivel mundial, ya que no sólo implica facilitar el contacto piel con piel, sino además ser un factor protector en la estabilidad emocional materna y en el adecuado desarrollo infantil.
María José Ugarte es Licenciada en psicología, formada en apego segura UC. Doula Directora de Vinculados S.L.P (www.vinculados.cl), Colaboradora en Centro Parto Integral Talagante. Motivada por visibilizar la infancia y en la implicancia de los procesos vinculares entorno a la promoción, prevención e intervención de los mismos.
Ya comenzó la celebración de la Semana Mundial de la Crianza en Brazos, en donde se intenta visibilizar que la forma de llevar a nuestros hijos “en upa” por el mundo, dista de ser una práctica “mal criadora” como tanto se nos ha dicho, sino todo lo contrario.
Para quienes aún dudan si llevar o tomar en brazos (portear) a sus pequeños es algo beneficioso, me parece importante invitarlos a reflexionar o recordar cuando un hijo/a demanda los brazos de alguna de sus figuras significativas. Considerando la edad, podríamos decir que un bebé quiere estar siempre en brazos, que pese a nuestra destreza sigilosa de intentar dejarlo, rápidamente despiertan y reclaman; cuando son mayores piden upa en momentos en que simplemente no pueden autorregularse, lo cual es propio de la primera infancia. Por ejemplo: cuando tiene sueño, hambre, o se sienten emocionalmente “atrapados”, ya sea por la rabia, pena, angustia, etc.. A través de estos ejemplos podemos empatizar con ellos y comprender que su demanda se genera cuando por sí mismos no logran volver a la sensación de placer y recurren, de manera muy adaptativa, a quiénes en anteriores experiencias los han ayudado.
Pensemos ahora en un recién nacido, que lleva 9 meses viviendo intrauterinamente recibiendo todo lo necesario y que al momento de nacer debe desplegar y activar rápidamente sus recursos biológicos, cuando aún no está preparado madurativamente, ya que esto se debe ir dando de manera progresiva, por lo menos durante el primer año de vida, considerando además que debe ser llevado, porque claramente la marcha en términos fisiológicos es algo que debe esperar.
Ese contacto físico temprano, piel con piel, entre este bebé y su madre permitirá que en ella se promueva una disposición hacia al cuidado, con lo cual podrá detectar y responder de mejor manera ante las señales que su hijo /a le envíe. Además, su cuerpo es la mejor fuente reguladora de los sistemas (sueño, cardiovasculares, respiratorios, hormonales, etc.) y tenerlo cerca protegerá la lactancia. El 19, 2% de las madres a nivel mundial se ve afectada por depresión post-parto, cifra que en Chile varía entre un 27,7% y 41,3%. Importante entonces recalcar que tener al bebé pegadito a nuestro cuerpo al menos una hora inmediatamente ocurrido el parto favorece la vinculación afectiva, disminución de la ansiedad y mejora la percepción de autoeficacia, combatiendo tempranamente la eventual depresión.
Es por esto que sobre todo en casos complejos, como bebés prematuros o madres adolescentes, diversos estudios fortalecen y validan el Programa de Madre Canguro a nivel mundial, ya que no sólo implica facilitar el contacto piel con piel, sino además ser un factor protector en la estabilidad emocional materna y en el adecuado desarrollo infantil.
Debemos recordar, desde la psicología, que los bebés experimentan todo como una unidad. Por tanto, las madres son una prolongación de sí mismos sin una diferenciación “yo, no-yo”. Esta etapa debe ser protegida y qué mejor manera que protegiendo y fomentando la necesaria fusión diádica madre-bebé, sintiéndola cerca, siendo llevado como una réplica de su estadía en el útero materno, sintiendo el vaivén, el calor, olor, y tacto como una fuente de seguridad. (¿Han pensado lo desesperante que debe ser experimentar el vacío infinito al estirar las extremidades?) “Si los padres comprendieran plenamente el alcance de su influencia sobre sus hijos, especialmente al inicio de sus vidas, la necesidad de afecto y tacto abundante ni siquiera se mencionaría” (Caplan).
Es entonces, al igual que la Semana Mundial por la Lactancia Materna, una instancia para informarnos, reflexionar y celebrar en familia.