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29 de Septiembre de 2015

Nueva coalición, nuevas esperanzas

Por Rodrigo Durán Guzmán
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Rodrigo Durán Guzmán es Académico y periodista.

La noticia, que ciertamente marca un antes y un después favorable para la política nacional, reinstala en la agenda política la idea del “tercer referente” ese que nos habla de un centro equilibrado, dando paso a la justicia social, la equidad y el mérito individual entre otros, como factores transformacionales de una sociedad que se ha mantenido subyugada a los paradigmas del Sí y el No, cuestión que a menos de una semana para una nueva conmemoración de la gesta del 5 de octubre de 1988, nos debe necesariamente llevar a la reflexión sobre si la alegría prometida finalmente llegó a las chilenas y chilenos por igual, sin distinción de clase o sesgos tanto económicos, religiosos o políticos.

Al respecto lo que notamos, bajo el mandato de la Nueva Mayoría, es una nación que pareciera retroceder y echar por la borda aquellos logros e hitos que instalaron a nuestro país como “la niña bonita del barrio” y el modelo a seguir para el resto de los países en la región.

Retomando el punto inicial, lo importante del hito que marca esta nueva coalición, es valorar que sus miembros tuvieron la capacidad y sagacidad necesaria para dar cuenta de una cuestión que estaba ahí, latente, pero de la cual nadie quería hacerse cargo: Chile ha cambiado. Y para sustentar ello se requieren reformas y modificaciones orientadas a responder a las variadas necesidades de una población demandante en diversas aristas tales como los temas valóricos, económicos, sociales, educacionales, salud y políticos, etcétera.

Para que todo ello suceda es necesario defender las libertades individuales en el más amplio espectro (que van desde la elección del colegio donde quiero que mi hijo se eduque hasta la unión de parejas de igual sexo, entre otros) garantizando que cada persona pueda cumplir sus anhelos en búsqueda de su felicidad, de su libertad.

Por eso es una muy buena noticia esta coalición entre Amplitud, Fuerza Pública y Red Liberal quienes se atreven a liderar los cambios que el país necesita desde una vereda fresca y convocante, que privilegia la acción por sobre la parsimonia, que es capaz de convocar y no de excluir, que visualiza la construcción de nuestra nación desde el terreno, interactuando con la ciudadanía, y no quedándose sólo en la teoría o la retórica discursiva.

Con todo, y más allá del actual escenario de pesimismo que enfrentamos como sociedad, esta nueva coalición surge no sólo para hacer frente al duopolio que tanto gusta a Izquierda y Derecha, quienes más allá de sus diferencias son capaces de entrampar el juego democrático poniendo trabas a una muy necesaria Ley de Partidos que garantice la competencia, favorezca la participación y permita representar la multiplicidad de ideas y espíritus que coexisten a lo largo y ancho de Chile.

Esta nueva colación de centro liberal ya tiene un primer gran desafío: devolver las sonrisas y las esperanzas a un país sediento de aguas que renueven el alma de una nación que no lo ha pasado bien durante los últimos dos años, y que ve en estos nuevos referentes la gran oportunidad de converger, de participar y de aportar al desarrollo y crecimiento de Chile en un espacio fecundo para la discusión de ideas. De impulsar iniciativas de emprendimiento que favorezcan el empleo, de generar innovación que aporte a la ejecución e implementación de políticas públicas eficientes más allá de los matices propios que plantea cualquier persona. A esto, amigas y amigos, se le llama diversidad, tolerancia, respeto y libertad.

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