Eric Goles y la inteligencia artificial: “Es una herramienta que llega para cambiar muchas cosas”
El matemático y Premio Nacional de Ciencias Exactas, fue recientemente distinguido con el premio “Manuel Montt”, en la categoría Ciencias 2022, por su libro “Una especie de zumbido en la cabeza”, donde también aborda la matemática, la computación y las nuevas herramientas como el Chat GPT.
Eric Goles recibió uno de los seis premios Manuel Montt de la Universidad de Chile, concurso que distinguió publicaciones en las categorías Ciencias 2018 y Ciencias 2022, por su más reciente libro Una especie de zumbido en la cabeza.
“Las preguntas de qué es la verdad matemática, puesta por los matemáticos, desde siempre se entrecruza con la filosofía, desde Aristóteles, luego Descartes, y Spinoza que para buscar la verdad (filosófica) se inspiran nada menos que en la geometría”, postuló el matemático en su más reciente texto.
“Hay una larga historia que conecta las primeras preguntas de la Antigüedad con aquellas que agitan las mentes más brillantes de nuestro tiempo, y parece estar escrita en la lengua de la ciencia y de la realidad: la matemática”, es parte de la descripción que tiene el mismo libro, con el que consiguió por segunda vez, Goles, un premio Manuel Montt.
Sobre este trabajo, reconoció que “es como un hijo para mí y nació por allá, por los años 90. En la Universidad de Chile se creó una línea de cursos de formación general y me pidieron uno que pudiese ser seguido por cualquier alumno del plantel. Preparé, lo que 20 años más tarde aproximadamente se convertiría en El Zumbido. Fue, digamos, mi primera aproximación”.
“De la verdad matemática a la inteligencia artificial”, se lee en la portada del texto de más de 260 hojas, editado por Planeta, donde Eric Goles, también se da espacio para hablar sobre Inteligencia Artificial y la reciente aparición del chat GPT.
“Es una herramienta que llega para cambiar (para bien y, como todo, también puede que para mal) un montón de cosas. Primero: el Chat GPT es un programa de conversación en lenguaje natural. En él se le enseñó a una red de neuronas artificiales más o menos el contenido de 20 bibliotecas, de las cuales el programa es capaz, y de una manera sorprendente de generalizar“, sostuvo el académico.
¿De dónde nace su interés por escribir este libro?
Su proceso creativo se inició justamente en la U de Chile… Si pudiera contarnos un poco sobre el origen del libro, ese periodo y quienes han estado detrás… A fines de los años 90 en Universidad de Chile se creó una línea de cursos de formación general y me pidieron uno que pudiese ser seguido por cualquier alumno de la Universidad de Chile. Preparé, lo que 20 años más tarde aproximadamente se convertiría en “El Zumbido”. Fue, digamos, mi primera aproximación. El curso lo dicté en la Casa Central, durante dos o tres semestres y asistían alrededor de 150 alumnos de todas las Facultades.
Luego entre el 2006 y el 2009 dicte uno similar, incorporando nuevos tópicos en la Universidad Adolfo Ibáñez. De estas dos experiencias nace el libro.
En su texto/premisa aborda una relación entre la filosofía y la matemática. ¿Cómo y por qué las relaciona?
Primero, por un genuino interés (y formación) personal: Además de Ingeniería y matemáticas, estudié Filosofía en la U. Católica, licenciatura que alcancé a cursar por dos años y no pude seguir por el golpe de Estado.
En segundo lugar, porque las preguntas de qué es la verdad matemática, puesta por los matemáticos, desde siempre se entrecruza con la filosofía, desde Aristóteles y luego Descartes, y Spinoza que para buscar la verdad (filosófica) se inspiran nada menos que en la geometría. Para que decir Leibniz, que pretendía debería existir un lenguaje formal (matemático) de modo que dos filósofos al discutir se dijeran, en ese lenguaje, muy simplemente, calculemos.
Además, vemos que en el índice ocupó lenguaje binario, ¿por qué?
Es el lenguaje de los computadores, inventado por Leibniz a partir del Iching… una humorada.
También, en la nueva edición del texto, incorporó un capítulo sobre el recientemente conocido chat GPT, ¿cuál es el valor que le da a este tipo de herramientas?
Es una herramienta que llega para cambiar (para bien y, como todo, también puede que para mal) un montón de cosas. Primero: el Chat GPT es un programa de “conversación” en lenguaje natural. En él se le enseñó a una red de neuronas artificiales más o menos el contenido de 20 bibliotecas, de las cuales el programa es capaz, y de una manera sorprendente de “generalizar”.
Lo interesante es que sí, digamos, conversamos con ella (ChatGPT3.5) fue mi caso unos 15 minutos sobre lo más probables que te engañe y creas hacerlo con un ser humano: diría que ha superado el test de Turing.
Además, es una tremenda ayuda, en múltiples tareas de redacción, de ordenamiento de ideas, etc… Claro, dado que de no saber que es un programa te puede engañar, estamos abiertos al mundo de las fake news. Pero no es (como siempre) la tecnología, somos nosotros los que colocamos las intenciones.
Alan Turing es considerado el padre de la computación, ¿podría serlo también como el precursor de la IA?
Sí, fue el inventor del test de inteligencia de las máquinas (test de Turing) y uno de los dos primeros en hacer un programa para jugar ajedrez. Mientras el belicista John von Neumann construía un computador cuya principal misión seria resolver problemas relacionados con explosiones de bombas, A. Turing lo hacía pensando en una nueva inteligencia mecánica, que escribiera poesía, jugara ajedrez.
¿Qué le parece toda la discusión que se ha generado en torno a la inteligencia artificial?
Es bueno que se hable y se discuta al respecto, son enormes posibilidades (positivas) y a la vez hay, como con toda nueva tecnología diversas amenazas.
Ergo, sortear todo eso implica conocer, más cultura, discutir, pero no de manera banal y sensacionalista, con lugares comunes.
Segunda vez que recibe este premio, ¿cómo lo toma y qué valor tiene para usted esta distinción?
De verdad fue una tremenda sorpresa (ríe) eso lo dicen todos los que ganas algún premio y en general no es así. De verdad: lo que ocurrió es que mi Editorial, Planeta, automáticamente envía a concursos obras del año adecuado, ya sea en ficción o poesía. Todo lo que yo supe fue que me pidieron que autorizara el envío y claro, dije que sí, advirtiéndoles que ya me lo había ganado y que las probabilidades no serían las mejores … y realmente, me olvidé, hasta que me llamaron.
Me emocioné mucho, porque es un importante reconocimiento y no me lo esperaba. Porque también viene de una Fundación cuyos fines y nombres respeto enormemente, por lo que han significado en el país y qué decir de la Universidad de Chile, matriz de la nación que entre el 70 y el 2006 fue también mi casa. Una emoción muy grande y un orgullo.