Quiénes forman el Movimiento Internacional de Trabajadores que se tomó Plaza Italia

Tres letras blancas sobre un lienzo ojo: MIT. Las banderas del Movimiento Internacional de Trabajadores (MIT) se han tomado Plaza Italia durante el estallido social que ya cumple 100 días. Pero no sólo han estado en la calle, ya que también acudieron a los tribunales de justicia con una de las primeras querellas contra Sebastián Piñera.

El pasado 4 de noviembre de 2019, la abogada de la Defensoría Popular y miembro del MIT, Magdalena Rivera, interpuso la acción legal en contra del Presidente como autor de crímenes de lesa humanidad.

“Lo ideal es que llegue a una formalización del querellado y, evidentemente, llegar a un juicio y que haya una condena. Pero sin duda, tenemos legítimas dudas de que resulte eso acá en el Estado chileno, por lo que pretendemos llegar a las instancias internacionales”, afirmó Rivera al momento de presentar la querella que se encuentra en tramitación.

Esta acción legal, según el Movimiento Internacional de Trabajadores, provocó que la abogada recibiera múltiples amenazas de muerte a través de llamadas telefónicas y mensaje de texto, amedrentamientos que el MIT dio a conocer a Amnistía Internacional y al Tribunal de Garantía de Santiago.

Sin embargo, Rivera se mantiene activa en Plaza Italia. En uno de sus últimos discursos, aseguró que “no estaremos en ningún proceso constituyente mientras las cárceles se llenan de jóvenes de la primera línea” y que la meta es “derrotar al Gobierno de Piñera”.

El MIT

Según su perfil de Facebook, el MIT es una organización que “recoge el legado histórico de Lenin y Trotsky“. El Movimiento Internacional de Trabajadores es además parte de la Liga Internacional de Trabajadores – Cuarta Internacional, grupo que se autodefine como “internacional de tipo leninista que defiende un programa revolucionario y socialista”.

Agregan que el proyecto estratégico del movimiento “es reconstruir la IV Internacional, fundada por León Trotsky en 1938, pues la consideramos una herramienta indispensable para la lucha por la Revolución Socialista Mundial”.

Cuando se cumplía un mes y medio del estallido social, el MIT publicó un editorial donde afirmaron que “la revolución sigue, ni los chalecos amarillos, ni los discursos criminalizadores de (José Antonio) Kast, ni la criminal represión, ni el intento de desviar el proceso por parte de la directiva del Frente Amplio, nos ha sacado de las calles”.

En el texto, el Movimiento Internacional de Trabajadores se pregunta “¿por qué no cae Piñera luego de más de un mes de revolución?”, a lo que llaman a sus adherentes a seguir movilizados hasta que “se vayan todos y logremos cambios reales en nuestra vida”. Para impulsar esa revolución, aseguran, la forma es a través de una huelga general indefinida.

Relación con Unidad Social

Luego de la reunión que tuvo el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, con la Mesa de Unidad Social, el MIT reaccionó criticando a los dirigentes de NO+AFP, del Colegio de Profesores y de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), entre otros, por haber concurrido a la cita.

“Nosotros creemos que esto significa buscar llegar a acuerdo con los mismos empresarios y políticos corruptos, que vienen explotando y empobreciendo al pueblo desde la dictadura militar hasta la actualidad”, expresaron desde el Movimiento Internacional de Trabajadores, asegurando que “sentarse a conversar con el gobierno, es ponerse del lado de la institucionalidad y desestimar el grito de la calle, creyéndose representantes de un movimiento totalmente superior a ellos”.

Críticas a la UP

En un texto publicado en “Voz de los trabajadores”, medio oficial del MIT, se plantea que el programa de Salvador Allende y la Unidad Popular “no era socialista“, ya que, entre otros, “no fue un gobierno compuesto y dirigido por los trabajadores” y que su lugar se hacía una referencia a una “‘transición al socialismo’ respetando las leyes y las instituciones empresariales”.

En esa línea, su mayor crítica es el planteamiento de llegar al “socialismo por una vía pacífica”. De acuerdo al Movimiento Internacional de Trabajadores, “los dirigentes de la UP no iban en la misma dirección que los trabajadores, ni que incluso sus bases. En vez de apoyarse en la movilización para arrinconar y derrotar a la burguesía y sus partidos, optaron por el camino de la conciliación”.

“Frente al primer ensayo de golpe de Estado, Allende se apegó a la institucionalidad empresarial: presentó a los generales que, junto con Carlos Prats, habían sido los ‘héroe’  que habían impedido el triunfo del golpe (entre ellos, increíblemente, el propio Augusto Pinochet) y declaró el Estado de Emergencia, lo que daba a los militares el control del país”, expresó el MIT.

“Usando la Ley de Control de Armas, quitó el poco armamento que tenían los trabajadores para su defensa. Por otra parte, los marinos de Valparaíso que advirtieron al gobierno de un posible golpe y estaban a disposición para combatirlo, fueron ignorados e incluso reprimidos”, agregó el grupo de trabajadores.

Para el MIT, la vía pacífica fracasó porque “Allende desarmó a los trabajadores y los llamó a ‘estar en sus lugares de trabajo’ y casas. No hubo una política ni por parte de la UP ni del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionario) para romper a un sector de las Fuerzas Armadas para combatir el golpe y luchar en defensa de los trabajadores”.

El Movimiento Internacional de Trabajadores afirma que hoy, un Chile socialista “luego de la revolución y de que los trabajadores se tomen el poder”, eliminaría la Constitución del ’80, sacaría a todo el Congreso actual y lo reemplazaría por una Asamblea de trabajadores y pobladores organizados, y haría que el proceso se extienda a escala internacional para que Chile no quede aislado.