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10 de Octubre de 2014

Los desafíos de una mayor penetración de la Energía Renovable no Convencional

Las ERNC irán siendo cada vez más importantes en la matriz y eso requiere tomar las medidas a tiempo que permitan asegurar una operación eficiente del sistema. Esto es necesario, pues la utilización de unidades de generación no diseñadas para dar ese respaldo sólo repercute en mayores costos.

Por René Muga
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René Muga es Ingeniero Comercial de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Hoy es Gerente General Asociación Gremial de Generadoras de Chile; además se ha desempeñado en LAN, la Confederación de la Producción y del Comercio y Codelco. Miembro del Comité Consultivo de Escenarios Energéticos (@energia2030cl)

De acuerdo a las últimas cifras del Centro de Energías Renovables (CER), la capacidad instalada de fuentes de Energía Renovable No Convencional (ERNC) llega actualmente a los 1.784 MW en la matriz nacional de generación eléctrica, con una participación mayoritaria de centrales eólicas y de biomasa, y con un aumento sostenido en centrales de tipo solar fotovoltaica, lo que representa el 9% de la capacidad total instalada y el 6% de la energía eléctrica producida en lo que va corrido del 2014. Asimismo las obras en construcción, que entrarían en operación de aquí a diciembre 2015, suman un total de 960 MW de ERNC, 596 MW para el Sistema Interconectado Central (SIC), y 363 MW al Sistema Interconectado del Norte Grande (SING).

En este contexto, el aporte cada vez más relevante de las ERNC, sobretodo del tipo eólico y solar fotovoltaico, implica un desafío técnico impuesto por esta mayor penetración de generación intermitente y de menor predictibilidad que otras (energía no gestionable).

La operación bajo este escenario obligará al sistema a operar de manera más “flexible”. Esto equivale a que se debe combinar el ingreso de los bloques de energía ERNC no gestionable sin afectar la continuidad y calidad del suministro final a clientes. Esta mayor flexibilidad la otorgarán las denominadas unidades de respaldo de la operación, que deben ir integrándose a los sistemas de una manera óptima para no encarecer la operación total del sistema.

Las ERNC irán siendo cada vez más importantes en la matriz y eso requiere tomar las medidas a tiempo que permitan asegurar una operación eficiente del sistema. Esto es necesario, pues la utilización de unidades de generación no diseñadas para dar ese respaldo sólo repercute en mayores costos.

Luego, superar el desafío técnico que implica la integración de volúmenes significativos de ERNC intermitente, pasa por –principalmente- contar con los respaldos eficientes que éstas necesitan, así como de las herramientas de predicción y de control necesarias para la mejor planificación y operación de los sistemas interconectados. En otros sistemas, en los que se ha promovido la penetración de las energías renovables, la solución proviene desde las mismas tecnologías intermitentes que, con el afán de no alterar sustancialmente la operación del sistema eléctrico y ofrecer un producto estándar, se buscan complementos de generación que les permite entregar un producto de iguales características que el resto de las tecnologías de base que mantienen continuidad en el despacho. Es así como se han desarrollado, por ejemplo, esquemas complementarios entre centrales eólicas y centrales a gas o hidroeléctricas, para dar el respaldo necesario cuando la central eólica no aporta energía al sistema porque las condiciones de viento no lo permiten.

Las energías renovables, mayoritariamente eólicas y solares, serán cada vez más relevantes en la matriz de generación eléctrica chilena (más del 90% de los proyectos ERNC aprobados ambientalmente corresponden a este tipo de tecnologías, de un total de más de 11.000 MW) por lo que es clave abordar con anticipación los desafíos que implica su integración para todo el sistema.

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