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3 de Junio de 2016

Ley mordaza o el desatino de la Presidenta

Nosotros como sociedad no merecemos este espectáculo. Hay cosas más importantes en las cuales la Presidente debe poner su puño y su rabia. Confiar en cumplir con sus propuestas, las que hoy hacen agua por todos lados. Cargar su energía en lo que la ciudadanía espera: Reforma Laboral, Educacional, nueva Constitución, descentralización del país.

Por María Teresa Larraín
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María Teresa Larraín es Periodista.

Tenemos una Ley Mordaza aún no normalizada en el Parlamento. Es un hecho con la querella de la Presidenta por injurias contra revista Qué Pasa y tres periodistas. La acción ocupará titulares por un tiempo, pero no acallará el rol que tiene el periodismo que es informar, guste o no guste.

En nuestro país no estamos con la paranoia que, al parecer, circula en los salones de la Moneda. Nadie desea que suceda lo que pasó en Brasil ni menos acusar a la Presidenta de corrupción. Pero hay quienes sí desean ver la información amordazada. Y no les será fácil.

La derogación del artículo 6 b de la Ley de Seguridad Interior del Estado promulgada durante el Gobierno del Presidente Ricardo Lagos alivió la carga penal en el ejercicio profesional. Por lo menos las “ofensas” contra la autoridad ya no son delitos. Ello permitió dar a conocer hasta hoy hechos moral y éticamente incorrectos o delictivos. Esto es parte de la democracia: tener una necesaria actitud vigilante que una sociedad madura merece conocer, debatir y condenar. Y este precisamente el rol del Periodismo.

Hoy presenciamos algo inédito. La jefa de Estado, Presidenta de Chile, se querella contra revista Qué Pasa, según dice ella, como una ciudadana más. Lamentablemente en el escrito fija su residencia en la Casa de la Moneda. Por lo que es la jefa de Estado la que se querella y no una simple Michelle Bachelet de la comuna de La Reina.

La acción de la Presidenta es un desatino que obedece más a una rabia contenida que a una calculada reflexión. Toda autoridad debiera medir las consecuencias de sus actos. No lo hizo el pasado febrero del 2015 cuando revista Qué Pasa publicó los pormenores de la actuación de su hijo Sebastián Dávalos y su nuera Natalia Compagnon. El caso Caval es un peso que hasta hoy lleva sobre sus hombros. Algo que pudo alivianar el mismo día en que la publicación salió. De haberlo hecho, este gobierno habría caminado más seguro y la Presidenta sería más feliz.

No es posible que la jefa de Estado, que dice respetar la libertad de expresión, se querelle contra tres periodistas, a los cuales no habrá posibilidad alguna de cargarles delito alguno. No solo no irán a la cárcel sino que serán héroes ante la comunidad nacional. Un boomerang que ni la Presidenta ni sus más cercanos visualizaron.

La información dada por revista Qué Pasa en su página virtual, y después corregida en la versión impresa, consistía en datos consignados en conversaciones telefónicas de un tal Juan Diaz, ciudadano de dudosa reputación. No se sabe si es mitómano, ingenuo o un santo. Aún así publicar sus dichos no es delito. Tampoco es que la nuera de la Presidenta se apoye en su nombre para conseguir beneficios. Basta leer el proceso contra ella en el caso que se sigue en Fiscalía de Rancagua para darnos cuenta que la dama se las trae presionando a empresarios para imponer sus costos, honorarios e influencias.

Nosotros como sociedad no merecemos este espectáculo. Hay cosas más importantes en las cuales la Presidenta debe poner su puño y su rabia. Confiar en cumplir con sus propuestas, las que hoy hacen agua por todos lados. Cargar su energía en lo que la ciudadanía espera: Reforma Laboral, Educacional, nueva Constitución, descentralización del país. Estimular la innovación y una activa política de desarrollo económico y productivo lo que permitiría que más hombres y mujeres se integren al campo laboral.

La jefa de Estado ha sido mal aconsejada en estos dos años y debe echar pie atrás, tomar en serio su cargo y aceptar que las acciones tienen efectos. Corregirlas la ennoblece. Es hora que lo haga.

Nosotros seguiremos informando. Con Ley Mordaza o no. Las redes sociales y la prensa virtual pueden mucho más que las ediciones impresas. Es hora que la Presidenta se haga cargo de este desatino que a todos nos tiene mareados hoy. Y que se dedique a gobernar. El país entero se lo agradecerá.

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