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19 de Julio de 2016

¿El Ministro está desnudo?

No creo que sea sólo una tensión obvia o natural entre la economía y la política o entre el tecnicismo frío del Ministro Valdés versus la energía utópica que clama por mayores cambios por parte de los refundacionales o el Partido Comunista.

Por Ernesto Evans
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Ernesto Evans es El Dínamo.

Causa perplejidad los llamados de varios actores políticos a darle apoyo, respaldo e incluso ropa al ministro Valdés. Un ex ministro de Hacienda dijo que “forma parte del diseño de este gobierno desmerecer la lógica económica”. ¿Por qué causa perplejidad? Simple, uno esperaría que en el accionar de un Gobierno con baja popularidad y el fantasma del desempleo, estuviera, fundamentalmente, bien conducido por un ministro fuertemente empoderado; y este clamor para darle más apoyo genera confusión, sobre todo en un sistema tan presidencial como el nuestro. Se esperaría que el jefe de las finanzas públicas fuera la piedra de tope para cualquier propuesta difícil de financiar, sobre todo en educación, pero también en salud, vivienda, programas sociales, etc. Pero la política le pasa por encima, y no es la primera vez que Rodrigo Valdés se retira indignado desde el Parlamento, cuando algún proyecto de ley no va en la línea de sus concepciones y programa.

Todo resulta más confuso aún porque, al final del día, es la figura clave de la Presidenta, pero suena por los medios un corifeo griego clamando porque la más alta magistratura le de el apoyo que necesita. Sin duda inquietante.

No creo que sea sólo una tensión obvia o natural entre la economía y la política o entre el tecnicismo frío del Ministro Valdés versus la energía utópica que clama por mayores cambios por parte de los refundacionales o el Partido Comunista. El pensador y activista norteamericano Frank Chodorov -para quien la economía era ciencia con leyes como las de la física – (cosa bastante cuestionable), sostuvo que la economía no es la política, y que la creencia de que la economía está al servicio de la política se deriva de un error lógico.

Es cierto que quienes pretenden regir la economía desde el foro político están en un tremendo error, con frases para bronce como la rectificación del modelo, o la retroexcavadora al neoliberalismo. También es verdad que las dinámicas del libre mercado no solucionan todos los problemas sociales. Pero la mayor incertidumbre es que en el diseño político actual, es si la misma Presidenta está (o no) convencida que se puede cambiar (de manera importante) la economía desde lo político. O sea, que la bencina de la retroexcavadora venga, tal vez, desde La Moneda.

Si la hipótesis anterior es falsa, no hay una intervención política relevante de la economía, significa que esta tensión está entregada a las dinámicas políticas de las carteras ministeriales, y ahí, quien ejerza mayor liderazgo, gana. Pero hay una nueva condición política que todo lo cambia. El mejor perfilado es Sebastián Piñera, y, nuevamente, el traspaso de la banda a la derecha es muy probable. Luego, si está desnudo el Ministro, pronto dejará de pasar frío. Sobre todo cuando los refundacionales extremos se den cuenta que el fantasma del regreso de Piñera de hace cada vez más cercano, porque los votos perdidos están pidiendo a gritos mayor orden económico.

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