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9 de Septiembre de 2016

Cuando las políticas no alcanzan

Mientras Chile la situación económica de Chile es reconocida internacionalmente, en la periferia de nuestras ciudades avanza un país distinto, casi como en un mundo paralelo en el que más de 38 mil 700 personas viven en campamentos. La misma cantidad de personas que vive en Aysén.

Por Valentina Latorre
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Valentina Latorre es Directora Social de TECHO-Chile

Cuando se habla de nuestro país a nivel internacional, en general se destacan elementos en torno a la estabilidad que tenemos. Un país tranquilo, un país en vías de desarrollo. Un país que momentos más, momentos menos, mantiene una economía estable.  Un país en el que la pobreza disminuye. Un país que ahora se va a graduar en la OCDE, consolidándose como una nación que recibe más de 12.500 USD per cápita por tercer año seguido, saliendo de la categoría “naciones receptoras de asistencia”.

Mientras ese país camina por el mundo, en la periferia de nuestras ciudades avanza un país distinto, casi como en un mundo paralelo. La expresión más gráfica de la vulneración de derechos y la desigualdad: los campamentos. En este Chile moderno y de crecimiento constante, cada vez son más las familias que se ven obligadas a vivir en esta situación. 38.770, según nuestra última actualización.

El 2011, desde el catastro del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, la cantidad de familias viviendo en campamentos era de 27.378, diez mil menos que hoy, solo cinco años más tarde. ¿Por qué sucede algo así en un país como el que hemos descrito inicialmente?

/ Agencia Uno

Que una familia se “campamente” es algo que no precisa de tantos factores; solamente una detonante en una situación de vulnerabilidad hará que un núcleo familiar cambie su situación y se vea en la obligación de moverse. Ejemplo, una familia en situación de allegamiento, que gana el sueldo mínimo como resultado total del ingreso familiar no puede pagar arriendo y es expulsada del lugar donde allega.

De un segundo a otro el escenario cambia y ya no tiene dónde vivir. Elige, entre pagar arriendo y pagar por movilización colectiva para llegar al trabajo, llegar al trabajo. Ya no tiene donde vivir y termina yéndose a un campamento.

¿Cuánto son 38 mil personas? La región de Aysén. Podríamos decir que una región completa de nuestro país vive en situación de campamento. ¿Qué significa vivir en campamentos? Concretamente es no ser dueño del terreno donde se vive y no contar con acceso a uno de los tres servicios básicos: agua, luz o alcantarillado. Una mañana difícil, poniéndolo en concreto. No hay agua caliente para la ducha de un niño que sale al colegio temprano en la mañana a menos que, luego de que el agua llegue en el camión aljibe, uno de sus padres la caliente en una olla y lo bañe con una fuente.

/ Untechoparachile.cl

No sabemos cómo se soluciona este problema, si tuviéramos la solución ya la habríamos puesto a disposición de quienes tienen poder para la toma de decisiones. Sí nos parece vital que el Estado implemente herramientas de medición periódicas que ayuden a monitorear una realidad tan dinámica como la de los campamentos.

También sabemos que el déficit habitacional –y los campamentos en particular- constituye un problema y que si no le damos la urgencia y prioridad necesarias, seguiremos con el aumento de las cifras. Uno se da cuenta que las políticas públicas no alcanzan cuando reparamos en que por cada 900 familias que salen al año, entran 2000.

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