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2 de Abril de 2024

Propósitos, experiencias, dichos y explicaciones

El ADN de los organismos deduce de las experiencias si sirven para su supervivencia y desarrollo, o si lo perjudican; su voluntad será evitar lo negativo y alentar, aprovechar lo positivo tratando que los propósitos adversos, en lo posible, no se repitan; o induce a adaptarse a los inevitables.

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Al tiempo de ganar conocimiento, se desarrolló la ambición, la comparación de nuestra existencia con la de otros, el deseo de mejoramiento de la propia y, de paso, la destrucción de la ajena si esto sirve a nuestros propósitos. AGENCIA UNO/ARCHIVO
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Tomás Szasz

es filósofo.

La vida en resumen consiste de propósitos y experiencias. No hay nada que las separe: una vez realizado el propósito, automáticamente se transforma en experiencia. Eso es aplicable a cualquier ser vivo, sin importar su tipo o grado de desarrollo. Es también habitual que una vez nacida la experiencia, ésta guíe a evitar o repetir (mejorar, desarrollar) el propósito, dependiendo de los efectos que ejerció sobre el ser que la experimentó. El propósito puede ser provocado por agentes externos, o iniciado por voluntad o necesidad propia, o también por reflejo o repetición.

El ADN de los organismos deduce de las experiencias si sirven para su supervivencia y desarrollo, o si lo perjudican; su voluntad será evitar lo negativo y alentar, aprovechar lo positivo tratando que los propósitos adversos, en lo posible, no se repitan; o induce a adaptarse a los inevitables. Podría decirse llamar esto como la ley de conservación de la vida.

Paralelamente con el desarrollo del que hoy llamamos homo sapiens, en la misma medida de avanzar la concienciación, la voluntad humana comienza analizar sus experiencias, tratando de no solo prever, sino enrumbar los futuros propósitos, algo que en otros seres apenas existe pero en nuestra raza se transformó en la esencia de la vida. Aunque la lógica dicte que más conscientes somos, más aprovecharemos las experiencias mediante la selección de las positivas y negativas, la paradójica verdad es que no solo tomamos decisiones (creadores de propósitos) equivocadas, sino nos hemos trocado en los destructores de nosotros mismos, si no de nuestro mundo.

Al tiempo de ganar conocimiento, se desarrolló la ambición, la comparación de nuestra existencia con la de otros, el deseo de mejoramiento de la propia y, de paso, la destrucción de la ajena si esto sirve a nuestros propósitos. En la escala de potencia de las especímenes la superior, la más fuerte que sobrevive de alimentarse de inferiores, de los más débiles, la suma de cada espécimen “presa” es casi siempre superior – incluso múltiple – a la de su depredador, siendo los más primitivos a la vez los más cuantiosos. Los humanos multiplicamos artificialmente a nuestras “presas” y abusamos de, o simplemente aniquilamos a los seres y materias que no podemos multiplicar, no solo para mejorar nuestra existencia sino hasta para satisfacción.

Bueno, hasta acá llega mi despliegue filosófico, empleado con el fin de referirme a lo que ocurre hoy en nuestro querido país donde las actuales autoridades en el poder están precisamente haciendo esto: ignoran, interpretan equivocada e incluso intencionadamente las experiencias con obstinación y se empecinan a modificar los propósitos a su pinta, para lograr la destrucción de aquello que impide realizar sus ambiciones. Por desgracia, existen muchos ejemplos a plena vista hacia donde llevan sus políticas que enarbolan la bandera de la igualdad, la defenestración de tener demasiado en desmedro de la mayoría que no tiene nada. Pero no todos los propósitos se pueden cambiar o eliminar y las experiencias definitivamente son inalterables; lamentablemente, la interpretación equivocada o malintencionada de éstos últimos lleva a que los que transitoriamente ostentan el poder nos conduzcan a resultados indeseados; y lo peor, que muchos que tienen la batuta, no solo conocen sino, precisamente, desean las funestas consecuencias: es su meta.

Respondan estas preguntas: ¿Quiénes son los más ricos en los (anhelados) países como Cuba, Venezuela, Corea del Norte, Nicaragua? ¿Dónde hay menos desarrollo, más pobreza, falta de libertad y más opresión? ¿Cómo se llaman los mayores depredadores en esos países? Ojo: no seamos la futura presa de semejantes propósitos.

La cruda realidad, si le quitamos todos los adornos, si miramos las desnudas experiencias, la economía es todo. Si es buena, también son buenas la educación, la salud y la seguridad y hay democracia y hasta respeto a los DD.HH. Como también es verdad indiscutible que si la economía es mala, es imposible que algo esté bien y la democracia está en peligro, al igual que los tan mentados DD.HH. Poco importa el color o el tono del gobierno de turno si vivimos bien, si somos felices; pero, de nuevo apelo a la experiencia que demuestra que cuánto más rojo el color, tanto más negra la existencia del pueblo y solo es buena para de los que están en el tope, en el poder. Un ejemplo: ¿quién es el hombre más rico del mundo? Vladimir Vladimirovich Putin, dueño del país más extenso del mundo, ex-KGB y actual reconstructor de la gran Rusia Imperial, con falta total de escrúpulos al igual que los zares y los líderes de la extinta URSS; pero entre tanto, según ORBYT, “sus habitantes (de Rusia) tienen un bajo nivel de vida en relación al resto de los 196 países del ranking de PIB per cápita”. Ni hablar de libertad o democracia; pero sí de un emperador cínico y perverso, cuyo propósito está poniendo en jaque el futuro del mundo y cuyos detractores mueren envenados o en circunstancias siniestras. ¿Quiénes lo aplauden? Los dueños de Cuba, Venezuela, China… ¿defendidos a espada partida por quién?, los comunistas… Siempre debo citar a Discépolo, mi “filósofo” preferido que se hizo famoso por decir la gran verdad en las letras del tango más cantado de esta tierra: “El mundo (humano) es una porquería… “

Los últimos días se convulsionan por frases desafortunadas, sin excepción pronunciadas por alguien del “oficialismo“, como “Conspiración de cuello y corbata”– que suenan como palabras del presidente ya que las pronunció su vocero cuyo único rol es transmitir al público lo que Boric quiere, piensa o dice. Pero está cada vez más claro que Camila es a la vez portavoz del PC, además de sus propias ideas. Después de exabruptos siguen aclaraciones como en series de TV donde los abogados durante un juicio vociferan cosas que el juez ordena al jurado no tener en cuenta; pero, aunque el abogado se disculpe, lo que dijo ya está dicho, que es precisamente la intención.

El senador Núñez va más allá de las veladas amenazas del presidente y otros voceros PC, llamando prácticamente a revolución – ¿estallido social nueva versión o autogolpe? – para obligar con “presión” gubernamental al parlamento aceptar pésimas reformas presentadas por el Ejecutivo. El PC nunca negó sino confirmó que la revolución – y la vía armada – siempre están entre las acciones que alienta; ahora insta a lo que cree es un salvavidas para rescatar al Gobierno y su presidente, que políticamente se están ahogando: copiar las protestas pro-presidente de Maduro. Ese llamado puede terminar hasta en una guerra civil y ¿qué más le conviene a la extrema izquierda, si está perdiendo en todos los frentes, el terreno económico, seguridad, educación? ¿Quiénes saldrán a la calle a exigir al legislativo aceptar lo inaceptable, acaso la gente que está harta de todo y representa a dos tercios de la población? No; el camino más lógico es sembrar caos y de alguna manera implantar un Estado dictatorial, encabezado primero por un obediente FA juvenil, inexperto en lides en que sus socios llevan más de siglo peleando y movilizar al lumpen y los agentes “importados”, listos a agredir, saquear, incendiar y así tomar la batuta después. Y si la intención (propósito) fracasa, acusar a las fuerzas de orden que faltan a los DD.HH. Receta harto conocida.

Para coronar la semana, Boric, en un momento de poca lucidez, quizás provocada por su enfermedad, desvaría advirtiendo a los empresarios (de cuello y corbata) que haya “más Narbona y menos Craig”… frase desafortunada que nadie, ni sus ministros entienden. Vallejos apela con otra frase siniestra explicando que hay un “sentido más profundo de sus declaraciones” y Tohá apunta a los Luksic (¿quién es Narbona?) y busca enfrentamientos en su familia. Pienso que ese día el Presi olvidó a tomar sus remedios y desvariaba un poco, provocando semejante despelote.

Terminaré hablando de lo más apreciado de nuestra sociedad: la Democracia. Lo que hoy la extrema izquierda sugiere apelando a la democracia es todo, menos democrático: llamar a protestas para intimidar al Parlamento es de matones. Matones como el crimen organizado y el narco, que está muy unido a gobiernos zurdos del continente latino, sin excepción autoritarios. ¡Ojo! abramos bien los ojos, observemos con cuidado lo que se proponen. No permitamos que los dos años que faltan para que este Gobierno se vaya, cambien nuestra república demócrata a algo que no es necesario explicar.

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