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17 de Agosto de 2015

Ex marino pide 20 millones de pesos al Fisco por haber sido expulsado de la Armada por “gordo”

El ex sargento primero, Gonzalo Zúñiga, fue obligado a retirarse de la Armada en 2011 por su sobrepeso, tras 23 años de servicio. Acusa que en su caso hubo "discriminación arbitraria" y "daño moral". Su situación la revisará la Corte Suprema.

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Nunca había tenido un problema con el físico. De hecho, jugaba como defensa central en la selección de la Segunda Zona Naval y destacaba en su repartición en Talcahuano. Tampoco había reprobado los test de evaluación como el test Fint y Cooper, que incluyen  natación, velocidad y ejercicios de fuerza en el primer caso y de resistencia en el segundo.

Pero tenía un problema: midiendo un metro setenta y tres, pesaba 106 kilos. Es decir, podía ser considerado como obeso. Esa fue la razón oficial por la que Gonzalo Zúñiga, sargento primero del Cuerpo de Infantería de la Armada, con 23 años de servicio, guardia de militar en la Base Naval de Talcahuano, le bajaron su calificación de sus cualidades profesionales a un 5.2 y fue incluido en 2011 en la lista anual de retiros de la institución.

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Una situación que Zúñiga consideró desde un principio como injusta y discrminatoria. “Si hubiese bajado mi rendimiento profesional, no le habría alegado ni al Papa. Pero este no era el caso”, asegura.

De hecho, según el ex marino, se desempeñaba sin complicaciones como guardia del acceso principal de la Base Naval y como trombonista del destacamento de presentación. Trabajos que podía hacer perfectamente con su peso, que según él, aumentó por las condiciones de su repartición en Talcahuano post tsunami de 2010.

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“Antes, los que teníamos sobrepeso, podíamos optar por una dieta hipocalórica y bajábamos. Todo eso cambió con el tsunami. Estuvimos apostados en un aserradero y no teníamos dieta especial”, cuenta. Y agrega: “Por ejemplo, un día fuimos a reinagurar la capitanía de deportes de Constitución por el tsunami. La colación eran cinco sándwich. ¿Cómo quemas tú cinco panes, fruta, bebidas, si estás sentado en el bus varias horas y vas a una ceremonia?”.

Para revertir su “despido”, el ex sargento llegó a la oficina del senador Alejandro Navarro. Este, a través de sus asesores, lo  derivó a un equipo jurídico que lo ayudó a presentar una demanda contra el Fisco por “discriminación arbitraria” y “daño moral”.

En la demanda, se argumenta en primer lugar que a Zúñiga nunca se le realizó un examen de “impedanciometría bioeléctrica”, en el que se determina el real porcentaje de grasa en el cuerpo. Por lo que Zúñiga podría incluso no sufrir de obesidad. Pero el argumento central es que debido a que el ex sargento desempeñaba sin problemas sus funciones como guardia y trombonista, lo que hubo fue una “discriminación arbitraria”, basada solo en su físico. 

Parada Militar 2013

También se argumenta que a causa de esto, tanto él como su familia fueron afectados psicológicamente, cayendo incluso en una depresión. Argumentos que el primer Juzgado Civil de Concepción acogió.

“El llamado a retiro que se cuestiona, evidentemente al hacerse en base a un aspecto que dice relación solo con la apariencia personal, como es la obesidad, constituye un acto de discriminación arbitraria, pues atenta contra la dignidad de las personas…”, recoge la sentencia que emitió el juzgado en 2014. La justicia determinó que el Estado debía pagarle a Zúñiga 20 millones de pesos a modo de indemnización.

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Sin embargo, en junio de este año, la sentencia tuvo un revés. Y es que la Corte de Apelaciones de Concepción revocó el fallo argumentando que “la condición de obesidad deviene en natural, lógica y racionalmente incompatible con el desempeño activo de las funciones propias de la Infantería de Marina”. De esta forma, en esta instancia se descartó que haya habido una discriminación arbitraria. Ahora será la Corte Suprema quien deberá definir el asunto.

Desde que abandonó la Armada, Gonzalo ha tenido un presente laboral inestable. De hecho debió trasladarse al norte a trabajar primero en la minería y luego en una mueblería con un familiar. Y según él, no ha tenido grandes variaciones en lo físico. “Sigo jugando fútbol. Juego dos a tres veces a la semana”, asegura. “Así como me ves es como estaba yo en 2011. Siempre he sido de contextura gruesa, pero no por eso obeso”.

Marino primero de la Armada declara su  homosexualidad

Incluso cuenta que otros periodistas que lo han entrevistado han quedado sorprendidos. “Siempre me dicen que esperaban encontrarse con un guatón. Pero no es así”.

Por lo que ha sabido de sus amigos que aún están en la Armada,  las situaciones discriminatorias en la institución han disminuido considerablemente. Por ejemplo, ha habido una apertura ante los casos de homosexuales, que tuvo como hito el reconocimiento de la orientación sexual del marino Mauricio Ruiz en 2014. “Antes si te pillaban te echaban al tiro”, asegura Zúñiga.

“Yo donde trabajaba, en la guarnición de Infantes de Marina, es como la cárcel de la Armada. Ahí estaban los que roban, y los que echaban por gays (…) Si tú cometiste un delito, por ejemplo, robaste, te vas mientras pasas a retiro a una guarnición. Hay guarniciones que tienen celdas y ahí estás como un preso”.

“En Punta Arenas me tocó un gay que estaba preso. Y que estaba ahí esperando su retiro (…) Esto fue como en 2005 (…) Pero ahora con la Ley Zamudio ha cambiado”, asegura Zúñiga. No así para los casos con sobrepeso. “A la gente que está gorda la están sacando de las filas”, asegura. Algo que espera que el éxito de su demanda, ayude a reconsiderar.

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