Qué es la tarifa de invierno y cómo ahorrar para evitarla
Autoridades estiman que cerca del 90% de los clientes no supera el límite de invierno, por lo que no registra un alza en sus cuenta de luz.
Por Juan Pablo Ernst
Si el límite de invierno es menor o igual a 430 kWh, no se aplica recargo, es decir, el cliente no paga la tarifa de invierno. AGENCIA UNO/ARCHIVO.
Un aumento considerable registrará el precio de la energía eléctrica en los meses de junio y julio debido a la denominada tarifa de invierno, luego de que en las últimas dos temporadas no se aplicara la medida debido a la emergencia sanitaria por la pandemia del COVID-19.
En concreto, la tarifa de invierno es el sobreprecio que deben pagar tanto los hogares como las empresas en las que, durante la estación invernal, se consume más energía que el denominado “límite de invierno“.
Este indicador se calcula promediando el consumo que el cliente registró entre el 1 de octubre de 2022 y el 31 de marzo de 2023, sumándole un 20%.
De acuerdo a lo dispuesto, actualmente el valor mínimo establecido es de 350 kWh. Si se toma esta cifra y se le suma dicho 20%, se obtiene que el denominado límite de invierno es de 420 kWh.
Así, en aquellos hogares o empresas en las que haya un consumo mayor al mencionado límite, se cobrará un recargo en la cuenta de la luz por cada KW/hora que haya sobrepasado.
Por otra parte, si el límite de invierno es menor o igual a 430 kWh, no se aplica recargo, es decir, el cliente no paga la tarifa de invierno.
La tarifa de invierno se aplicó por primera vez en 1983. En 2009 se modificó su límite y se estableció en los 350 kwh que rigen en la actualidad.
Consejos para ahorrar
La Superintendencia de Electricidad y Combustibles y el Ministerio de Energía estiman que cerca del 90% de los clientes nunca pasa este límite de invierno y, por lo tanto, no registra un alza en sus cuenta de luz.
Sin embargo, de todas maneras resulta recomendable conocer algunos consejos para disminuir el consumo de energía eléctrica durante el invierno, a fin de evitar que suba la tarifa, con el consiguiente ahorro para el hogar.
Algunos de ellos son:
- Mejorar el aislamiento de puertas y ventanas ayuda a evitar la pérdida del calor que hay al interior del hogar, necesitando menos energía para mantenerlo calefaccionado.
- Desenchufar los cargadores y aparatos electrónicos que no se estén usando, ya que éstos consumen energía aunque no se estén empleando.
- Invertir en ampolletas de bajo consumo es especialmente relevante en invierno, donde por la menos cantidad de horas de luz día, éstas se utilizan mucho más.
- En el caso de los electrodomésticos, la idea es que todo o la gran mayoría sean de clase A, que es la que resulta más eficiente y conlleva un menor consumo de energía.
- Aprovechar al máximo la luz natural también aporta al ahorro, sobre todo si se evita encender las luces durante el día. También es muy importante apagarlas todas al salir del hogar o empresa.
