La increíble historia de los dos pescadores que sobrevivieron aferrados a bidones tras naufragio
Eugenio Aros e Ismael Lemus pasaron alrededor de 4 horas en las gélidas aguas del Estrecho de Magallanes.
Por Juan Pablo Ernst
Eugenio Aros e Ismael Lemus fueron rescatados con hipotermia. FOTO: DIARIO EL PINGÜINO
Como “un milagro” describió Sebastián González, dueño de la embarcación Macarena II, el rescate de los dos pescadores chilenos que sobrevivieron a un naufragio en el Estrecho de Magallanes tras aferrarse a unos bidones de petróleo.
Eugenio Aros e Ismael Lemus pasaron alrededor de 4 horas en las gélidas aguas del extremo sur del país, luego de que la lancha Cóndor II, con la que extraían centolla, sufrió un desperfecto y se hundió frente a Punta Kelp, cerca de la Isla Dawson.
De acuerdo con el relato de Lemus, el accidente se debió a que la cañería empleada para enfriar el motor se rompió.
“La embarcación no resistió tanto flujo de agua y demoró entre cinco y siete minutos en irse a pique“, narró el pescador sobre el naufragio.
En bidones de petróleo
La emergencia apenas les dio tiempo para reportar lo sucedido por radio y tomar uno de los chalecos salvavidas, antes de que la lancha se fuera a pique.
Contaron que alcanzaron a subir a dos bidones de petróleo, a la espera de que alguna nave los rescataran.
“Yo sabía que andaban otras embarcaciones a la caza de la centolla, podía ser que nos vieran, era mi esperanza”, le contó Lemus a LUN.
El aviso de la emergencia lo escuchó un conocido de los pescadores, Sandro Cárdenas, quien dio aviso a las lanchas de su propiedad para que los buscaran.
Con hipotermia
Tras cuatro horas a la deriva en el Estrecho de Magallanes, Eugenio Aros e Ismael Lemus fueron vistos y rescatados por Sebastián González, dueño de la Macarena II.
González contó que encontró a los pescadores con hipotermia y que con muchas dificultades consiguieron subir a la lancha.
Ya a bordo de la Macarena II, les entregaron ropa seca a Lemus y Aros. Y prendieron la cocina de la nave para que entraran en calor.
Fue complicado el rescate. Hacía frío, caían chubascos de nieve. Yo creo que fue un milagro”, relató González.
En la lancha los llevaron hasta Puerto Harris, donde recibieron atención médica.
Lemus contó que en ese lugar “me pusieron bolsas para hipotermia y me revivieron. Yo había perdido el sentido“.
“Los marinos se portaron súper bien con nosotros. Nos dieron cafecito, porque estábamos con hipotermia“, recordó Aros.
Finalmente, Lemus agradeció “a todas las personas que estuvieran involucradas. Ojalá conocerlas a todas para darles la mano y un abrazo“, cerró.
