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3 de Junio de 2014

Las millonarias multas contra operadores del Transantiago por malas condiciones laborales

Marco Antonio Cuadra, conductor del Transantiago y dirigente sindical, se quemó a lo bonzo frente a sus compañeros gritándoles que el acto suicida era por ellos. Su caso puso en la mira las condiciones laborales que ofrecen los operadores del Transantiago que acumulan millonarias multas por abusos hacia sus trabajadores.

Por Carolina Rojas / Daniel Martínez
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En la madrugada del lunes, antes de las siete de la mañana, Marco Antonio Cuadra, conductor del Transantiago y dirigente sindical, caminó hasta el paradero donde sus compañeros recién comenzaban la jornada. Se roció de bencina y se quemó a lo bonzo ante la mirada atónita de los otros conductores, al interior de un terminal de buses RedBus, en Huechuraba.

Antes de comenzar a quemarse, el trabajador les dijo a sus compañeros que “esto” lo hacía por ellos. No era secreto que hace dos semanas el hombre había sido desvinculado de la empresa y había denunciado una persecución de los empleadores a los dirigentes sindicales. De acuerdo a los antecedentes obtenidos por Carabineros, sus compañeros trataron de apagar las llamas con extintores y de quitarle la ropa para que no se adhiriera al cuerpo. El trabajador fue trasladado al servicio de urgencia del Hospital San José debido a las graves quemaduras que sufrió en el 90% de su cuerpo.

El dramático gesto de protesta de Cuadra puso en el tapete las paupérrimas condiciones laborales que ofrecen las empresas operadoras del Transantiago. Los siete actuales operadores de buses del Transantiago en la región Metropolitana –Alsacia, Subus, Vule, Express, MetBus, RedBus y STP- acumulan millonarias deudas por incumplimientos de contratos de trabajo, abusos en las jornadas laborales e, incluso, por no pago de remuneraciones.

En El Dínamo revisamos las multas ejecutoriadas y en curso que publica la Dirección del Trabajo de los primeros cinco meses de 2014 contra las empresas privadas que participan en el Transantiago. Entre los siete operadores alcanzan 335 millones de pesos por conceptos de pago de multas, siendo la que lidera esta lista la empresa Express de Santiago Uno SA, quien opera los recorridos 400 y zona D.

Esta empresa, entre enero y mayo, suma $163.609.080 en multas, incluyendo una por despido de una mujer embarazada que les significó desembolsar casi 9 millones de pesos por ese concepto. A esa emblemática causa se suman las que se repiten una y otra vez en cada empresa: no respetar un feriado anual, no respetar los descansos legales, no pago de remuneraciones, no cumplir los turnos, exceder en la jornada de trabajo o las horas extras máximas que indica la ley.

Estas prácticas se repiten en todas las empresas. El segundo lugar, de acuerdo a los millones pagados, lo ocupa la empresa Buses Vule, algo más desconocida en la opinión pública pero que acumula un enorme historial de mala práxis como cualquier otra. Sus multas suman 82 millones de pesos. El “error” más recurrente es el no pago de remuneraciones y no permitir un descanso semanal compensatorio. Incluso incurre en el “no pago de remuneración en la moneda de curso legal”.

Es tercer lugar lo ocupa Alsacia -empresa que opera los recorridos 100- con multas que suman $55.037.228, mientras que el cuarto lugar lo tiene MetBus con 14 millones y el quinto la empresa RedBus, con casi 11 millones de pesos. Esta última es la empresa en que trabajaba el conductor de buses que se quemó a lo bonzo en protesta por las malas condiciones laborales.

Subus, en el sexto lugar, tiene cerca de 9 millones de pesos en multas pagadas al fisco. La única empresa que durante el periodo registrado para este catastro no tiene multas ejecutoriadas de ningún tipo es la Empresa STP. Años anteriores sí las tiene, aunque en menor cantidad que las otras concesionarias.

Las condiciones laborales

Mauricio González, presidente de la Federación Bolivariana de Trabajadores del Transantiago, explica que este caso es el rostro de la manipulación que existe en las empresas de buses a los dirigentes sindicales y de cómo a diario son amenazados y amedrentados por sus directivos.

González dice que Marco Antonio Cuadra, el dirigente que hoy se quemó, trabajaba en la empresa RedBus y que allí hay varias irregularidades. “Algunos dirigentes fueron utilizados por la empresa en marzo para hacer un desafuero a otros dirigentes del sindicato número tres por medio de un gestor de sindicatos amparado por la empresa Redbus. A este trabajador no lo dejaban ingresar a los patios ni hacer su trabajo sindical. En el desafuero que presenta Redbus aducen que ellos se negaban a trabajar, que marcaban la asistencia y no trabajaban. De ahí nace el descontento, la presión de la empresa a los dirigentes sindicales”, comenta.

En la organización saben que las enfermedades laborales más comunes son el estrés laboral, la presión, ansiedad, problemas de ataques cardiacos en plenas jornadas de trabajo, y muy frecuentemente, debido a la mala alimentación, se ha sobre diagnosticado diabetes. Hay trabajadores que hacen hasta 180 horas mensuales de sobre tiempo explican.

El sindicalista explica que hay “listas negras” que incluyen a dirigentes que han demandados a las operadoras de buses, con el objetivo de que no pueden volver a trabajar en ninguna otra empresa del Transantiago. “Al momento de contratar los sueldos son bajos y desde ahí se origina que las personas para subir sus ingresos hagan tantas horas extras. Alsacia Y Express los hacían trabajar hasta 12 horas diarias jornada a sus trabajadores con la llamada jornada excepcional de trabajo. La empresa Subus Chile, durante el 2010, firmó un convenio colectivo a espaldas de los trabajadores para que fueran de proceso continuo, es decir, sin derecho a colación. Hoy, la mayoría de los trabajadores tienen jornadas 6×1”, explica.

Patricio Ponce Oñate, presidente del sindicato número dos de la empresa Redbus, comenta que hace tiempo las relaciones entre empresa y trabajadores venían más que desgastadas, que uno de los problemas de hoy es el llamado sistema Golsistem, el software con el que marcan su entrada y salida de la jornada laboral. Tiene sus fallas y quienes pagan son los trabajadores. “Hay días que no marca quedan como inasistencia y los trabajadores tienen que ir sus días libres a reclamar, tampoco quedan marcadas las horas extras”, comenta.

El sindicalista explica que las enfermedades laborales son pan de cada día y que la falta conductores por un lado y la necesidad de dinero por otro, es el círculo vicioso que termina con conductores sobreexplotados que terminan manejando 16 horas sin descanso. “Ellos se enferman y no van al doctor, todo termina con un trabajador complicado y hasta paros cardíacos cuando van conduciendo. Uno sucedió hace dos semanas frente al Hotel Hyatt y hubo ocho pasajeros heridos. Nadie se preguntó que le había pasado al conductor. ¿Dónde está Dirección del Trabajo me pregunto yo?”, dice el dirigente.

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