Afirman que diputado Cardemil manejó fichas de opositores a la dictadura

Una reciente investigación periodística afirma que el diputado y jefe de la bancada de RN, Alberto Cardemil, estaba encargado del análisis y distribución de  las fichas que los servicios de seguridad de la dictadura de Augusto Pinochet confeccionara de los opositores a dicho régimen.

Según archivos a los que tuvo acceso la agencia de noticias alemanas DPA, Cardemil tenía en su poder antecedentes políticos, sociales y privados de religiosos, extranjeros, víctimas de la represión y abogados de derechos humanos. También habría distribuído los análisis realizados por la Central Nacional de Informaciones (CNI), según lo publicado por El Mostrador.

Ello queda de manifiesto en el libro “Asociación Ilícita, los archivos secretos de la dictadura“, del corresponsal de la DPA Mauricio Weibel y su colega Carlos Dorat, quienes lanzarán el texto el próximo 5 de octubre en el Museo de la Memoria.

Allí se consigna, por ejemplo, que la información referente a las actividades de exiliados chilenos en el extranjero se obtenía mediante espionaje e infiltración ejecutado por las mismas embajadas chilenas, junto al trabajo de agentes de la CNI en el exterior.

El libro cita un documento -el oficio secreto 1953, dirigido a Cancillería- donde se ponen en evidencia los vínculos de Cardemil con los equipos de inteligencia.

“Conforme a lo conversado en nuestra reunión almuerzo de días pasados, me permito adjuntar carpeta con antecedentes completos de las personas que trabajan en la Vicaria de la Solidaridad“, escribe el ex ministro. El objetivo de ello era desacreditar el trabajo de la Vicaria, clave en la defensa de los derechos humanos, buscando imputar una supuesta infiltración marxista en el órgano de la Iglesia.

Dicha operación tuvo lugar en 1985, a poco más de un mes de producirse en llamado “Caso Degollados“, donde fue asesinado José Manuel Parada, sociólogo de la Vicaria de la Solidaridad.

Ya en agosto de este año, Alberto Cardemil había rechazado las versiones que lo vinculaban con esta labor de espionaje. “Yo no he participado nunca en ninguna acción oculta para desprestigiar a alguien. Es completamente absurdo, ridículo e ilógico lo que ahí se dice. Nadie en su sano juicio, si quisiera hacer una incorrección, mandaría fichas secretas por un oficio”, dijo el parlamentario en la ocasión, achacándolo a “una ‘campañita’ de extrema izquierda, de grupos de ‘cabeza caliente’ para desprestigiar y molestar”.