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26 de Noviembre de 2019

Qué tenía Gabriela Mistral del mural que la representó en la crisis

La obra de Fab Ciraolo mostró a la poetisa con una bandera negra y un pañuelo verde. Mistralianas entregaron su visión sobre la representación y su reflejo en el pensamiento de la Premio Nobel.

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gabriela mistral
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Fue uno de los tantos murales que surgió en medio de la crisis social en Chile. Una figura de la poetisa Gabriela Mistral (1889-1957) realizada por el artista visual chileno Fab Ciraolo la mostraba portando una bandera negra, un pañuelo verde, jeans, bototos, una polera con referencias a la canción Sudamerican Rockers de Los Prisioneros y un libro abierto en sus manos.

Si bien la obra del ilustrador nacional suele mostrar a íconos populares con elementos que no están vinculados necesariamente a su historia (Frida Khalo llevando una polera de Daft Punk, por ejemplo), surgió la duda de cuántos de los elementos del dibujo realmente representaban a la Premio Nobel de Literatura de 1945.

Investigadoras mistralianas conversaron con EL DÍNAMO para entregar algunas aproximaciones sobre el pensamiento de una de las mujeres más importantes de la historia de Chile, quien aún tiene secretos que solo pueden ser resueltos con una reflexión profunda sobre su propia obra.

Gabriela y la política

gabriela mistral

Un texto de Eduardo Frei con prólogo de Gabriela Mistral. (Memoria Chilena)

Lucila Godoy Alcayaga nació en 1889 en Vicuña. Durante su juventud fue testigo y partícipe de la formación de los sindicatos y de un movimiento obrero que el siglo XX comenzaba a organizarse a través de partidos políticos, y que miraba con atención diversos procesos en el exterior como la Revolución Rusa de 1917.

Pese a esto, ubicar a Mistral con un color específico es complejo. Una cita del texto Bendita Mi Lengua Sea revela un poco lo que sentía la poetisa sobre las estructuras partidistas:

Me conocen, pero a medias o a tercias… Yo soy el fenómeno de una mujer sin partido político. No tengo pues compadritos políticos que velen por mí. He deseado y hasta hoy, realizado, el hecho absurdo pero absoluto, de vivir ayuna de partido, tan libre, – y tan sola- como el pájaro más solo y más desvalido a la vez. Creo que es la única manera de no tener nada que me gobierne. Pero he guardado el amor del pobrerío y esto por doctrina que mira sólo a la independencia, a fin de juzgar los hechos del mundo sin dictados que signifiquen órdenes de rojos ni de negros… Esta soledad es muy dura de vivir, hasta suele ser un poco pavorosa, pero deseo morirme así, mirando a los hombres solamente como a seres humanos y no como a sectas y a clanes.

Esto no implicaba que Gabriela Mistral no tuviese posturas políticas firmes. Su rechazo al autoritarismo y al militarismo eran una constante en sus textos.

A lo largo de su historia mostró su simpatía por el proceso de Sandino en Nicaragua, pero también intercambiaba cartas con un joven Eduardo Frei Montalva, estrechando sus lazos desde lo intelectual con un socialcristianismo incipiente. Rechazó dictaduras como las de Carlos Ibáñez del Campo, quien paradójicamente la recibió en su última visita a Chile en 1953.

El mural y el pañuelo verde

Mistral junto con Yin Yin.

Soledad Falabella, académica e investigadora de la obra de Mistral, valoró la presencia de la escritora bajo este contexto y destacó algunos puntos del mural de Fab Ciraolo, desde el punto de vista estético y político.

“Gabriela Mistral con bototos representa mucho lo que era ella. Hay que recordar que era una mujer de casi 1.80 m, y ante la falta de dinero su madre le arreglaba ropa y abrigos de hombre. La bandera negra también tiene significado con su trabajo en los sindicatos. Ella trabajó antes que aparecieran el Partido Comunista o el Partido Socialista, y el anarquismo estaba presente en ese mundo, al igual que la Masonería”, expresó.

Katherine Muñoz, encargada de asuntos mistralianos de la Municipalidad de La Serena, quien ha trabajado extensamente con la obra de la pedagoga, también coincide en la importancia de descubrir a la autora bajo este contexto, aunque precisa algunos detalles sobre su pensamiento.

“En términos de la imagen, yo a veces he tenido algunos reparos con algunas imágenes que han intervenido, pero que han sido espectaculares igual, con el tema del feminismo de Gabriela Mistral. Porque ella era una ‘feminista no feminista’ se podría decir de alguna forma”, puntualizó.

En ese sentido, y según lo planteado por ambas investigadoras, el pañuelo verde -símbolo de la lucha por el aborto libre- no estaría completamente conectado con el pensamiento de Mistral como una mujer de principios de siglo XX, quien incluso planteaba su distancia de algunos movimientos feministas contemporáneos a ella.

“Mistral fue budista, era muy espiritual, era vegetariana, luego tuvo un regreso hacia el cristianismo. Tenía una postura sobre la vida que se contraponía con el tema del aborto”, señaló Falabella, quien incluso apuntó al profundo vínculo maternal que tenía con Juan Miguel Pablo Godoy Mendoza “Yin Yin”, de quien incluso se presume que sería su hijo biológico.

La experta también definió a Mistral como una persona libre y sin etiquetas desde lo sexual, lo que queda reflejado desde sus cartas a Miguel Magallanes Moure hasta su relación final con Doris Dana.

La imagen de Gabriela en el presente

gabriela mistral

Gabriela Mistral recibiendo el Premio Nobel en 1945.

El mural también generó reflexiones sobre la imagen que tiene el país de Gabriela Mistral, quien en todo tipo de representaciones aparece como una mujer de expresión dura y fría, incluso autoritaria.

Falabella plantea que aquello está muy lejos de la personalidad real de la escritora. La investigadora afirma que si bien ella mostró una imagen “avejentada” como una forma de protección ante el dominio del machismo de aquella época, también mostraba su relajo y felicidad en su aspecto, el que era más cálido del que se muestra habitualmente.

“Hay imágenes de Gabriela sonriente, en la playa. Aunque tenía su pelo corto muchas veces estaba desordenado”, expresó la académica, quien también apuntó a una “apropiación” realizada por la dictadura a la figura e imagen de Mistral.

“La Junta Militar se quedó con la Quimantú y la nombró como Gabriela Mistral. Desde ahí se quería imponer una imagen de ella que estaba lejos de mostrarla como era de verdad, como una persona profundamente contraria al autoritarismo, a los milicos”, añadió.

Muñoz también apunta al tema estético, planteando que la autora era una adelantada en todos los sentidos. “Ella usaba blusas y pantalones ‘pata de elefante’ casi 20 años antes que estuviese de moda. Era una mujer extraordinaria de la cual aún hay mucho más por descubrir”, expresó.

“Sin duda, los hechos acontecidos en el país, habrían calado hondo en el espíritu de Gabriela Mistral. Hubiera volcado todo su sentir a Chile, desde cualquier lugar del mundo en el que se encontrase, presta a servir con su voz, su acción consecuente a defender la dignidad y los derechos de su pueblo, para velar por su pueblo ‘que es el vidente mayor’, como señalaba”, agregó.

La imagen de Mistral realizada por Fab Ciraolo se encuentra en uno de los rincones del Centro Cultural GAM, el que cuenta con otro tipo de obras de autor y otras anónimas, las que han quedado plasmadas en medio de las protestas diarias que se desarrollan en Plaza Italia, ubicada a pocas cuadras del recinto.

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