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15 de Marzo de 2018

“Mi hijo rarito busca colegio”: relato de una madre en su frustado proceso de postulación escolar

A través de Facebook, una madre compartió la historia que le tocó vivir con su hijo y cómo se comportaron los planteles educacionales.

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“Comienzan los procesos de postulación a los colegios y escribí esta reflexión. Siéntase libre de compartir”. Así parte una carta abierta publicada en Facebook por Mariana Jahnke, madre de un niño que está en trámites para entrar a la vida escolar.

Titulado “Mi hijo rarito busca colegio“, el texto cuestiona cómo se comportaron los docentes y los planteles frente a la realidad del niño. “Mi hijo rarito no tiene un diagnóstico, pero sí sabemos que tiene un retraso en su desarrollo. Por suerte, a mi hijo rarito no le hemos puesto techo y al parecer ha sido muy feliz en sus 5 años de vida”, cuenta.

Así continúa:

“Mi hijo rarito busca colegio, pero encontrar un espacio que lo acoja no es fácil. Los equipos docentes no se sienten preparados para tener “raritos” en su sala. Los raritos hacen más difícil el manejo del grupo, interrumpen, se paran de su silla a cada rato, distraen a sus compañeros o sin que los profesores se den cuenta, se fugan de la sala y hay que salir a buscarlos.

Hay colegios especiales, con profesionales preparados, educadores diferenciales que con su inmenso corazón y vocación dedican su vida a los raritos, pero no todos los niños raritos necesitan un “colegio especial”. Son muchos los niños que están en un limbo, que no son ni chicha ni limoná… como el mío.

Cuando buscamos colegio, nos referimos a un lugar que le permita a nuestro hijo poder socializar, conocerse, descubrir sus intereses, tener amigos y aprender cosas nuevas en un espacio protegido y amoroso. Un lugar donde sea uno más del grupo, aunque a ojos de los docentes no se comporte igual que el resto. Es que es rarito.

Hoy en día, el motor de los colegios (y del gobierno) es la excelencia académica. Los padres se pelean los cupos a los colegios, haciendo pasar a sus hijos por pruebas académicas cuando apenas han aprendido a hablar. Gastan millones en asegurar un lugar para sus hijos en el Play Group de ese colegio que tiene excelentes resultados en la PSU. Y es que ese niño tiene que ser alguien en la vida! Debe estudiar una carrera para poder ganar el dinero suficiente para cumplir sus sueños (y de paso pagar la educación de sus propios hijos).

Queridos docentes y directivos, nosotros estamos en otro lugar, en otra búsqueda. Porque no todos los niños van a la universidad ni estudian carreras tradicionales. Y no estoy diciendo que mi hijo no logre hacer ese camino, simplemente digo que debemos cambiar el foco y respetar todas las búsquedas. Insisto, no seré yo la que le ponga un techo a mi hijo.

Queridos docentes y directivos, que mi hijo esté en su colegio es una oportunidad para ustedes, porque todos aprenderán de él y los hará mejores personas y mejores profesionales. Posiblemente terminarán la jornada un poco más cansados, pero compartir con gente diferente enriquece la mente y el espíritu. Porque es la única forma de que todos podamos vivir en sociedad y ser respetados. Cada niño es un mundo único con un ritmo propio y si entendiéramos realmente lo que significa el respeto a la individualidad, no estaríamos hablando de esto.

Nosotros como padres, tampoco esperábamos enfrentarnos al camino de la discapacidad. Creo que el deseo de todo padre y madre es que su hijo nazca sanito, pero no todos tenemos esa suerte.

Solo por mencionar de un par de trastornos, actualmente en el mundo, 1 de cada 68 niños se encuentra dentro del Trastorno de Espectro Autista (TEA) y de 2 a 5 de cada 100 niños padece Trastorno de Déficit Atencional e Hiperactividad (TDAH). Niños que en su mayoría podrían escolarizarse perfectamente bien, si no fuera por el sistema educativo selectivo que tenemos hoy. ¿Es razonable entonces, que con estas cifras tan altas nuestros docentes no estén preparados para recibirlos en sus aulas?

Nuestro gobierno asegura el PIE (plan de integración escolar) en colegios municipalizados y particulares subvencionados, pero ¿cuán real es la inclusión?

El PIE establece que “La inclusión educativa implica una mirada de la educación desde un enfoque participativo y de educación de calidad para todos y todas, independiente de las diferencias individuales (…) Así, la inclusión educativa tiene que ver con procesos que busquen abrir espacios para que todos los estudiantes tengan acceso a una educación de calidad, con igualdad de oportunidades, contribuyendo de esta forma a la construcción de sociedades más justas y solidarias.”

Claramente este discurso se queda en eso. En un discurso. Y ni hablar de los colegios particulares pagados, que se reservan todo derecho de admisión.

Yo no sé si mi hijo iniciará el colegio, si terminará el colegio, si irá a la universidad, si tendrá un oficio, si será independiente algún día. Solo sé que necesita una sociedad que lo acoja con todas sus características, que tal vez no son las “normales”, pero bueno… ¿qué es la normalidad?

PD: escribo esta reflexión no para recibir un dato puntual que resuelva mi problema. Lo hago para que nos vean, nos conozcan y dejen de tenernos miedo. Somos muchos los que estamos en esta lucha y he tenido la oportunidad de conocer historias de muchas familias que han sido discriminadas. Esto no se trata solo de los TEA o los TDAH. Se trata de cualquier diferencia: timidez, orientación sexual, bipolaridad, dislexia, epilepsia, alergias alimentarias y tantas otras cosas…”.

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