Ministro de Educación y flexibilización de jornada completa: “Lo que hacemos es bajar los niveles de tensión”
Marco Antonio Ávila señaló que la medida se extenderá por algunas semanas y será definida por las propias comunidades educativas.
Por Sebastián Dote
El ministro señaló que con la medida se buscan abordar tanto los temas de alimentación como de salud mental. AGENCIA UNO/ARCHIVO
El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, explicó los alcances de la flexibilización de la jornada escolar completa, una de las medidas incluidas en el protocolo COVID-19 anunciado durante el lunes, el que busca mantener las clases presenciales en medio de la pandemia.
En declaraciones a Meganoticias, el secretario de Estado señaló que el cumplimiento de las horas completas era “complejo” considerando los dos años completos de educación telemática.
“La extensión de la jornada estaba siendo bastante compleja, dado que durante dos años los niños, niñas y jóvenes estuvieron probablemente en sus casas, con mucha conexión telemática, pocos espacios de concentración por largo tiempo, por lo tanto, entendemos que una vuelta abrupta iba a generar elementos de tensión al interior de las comunidades”, afirmó.
Ávila agregó que “lo que queremos proponer es una disminución de la jornada al menos durante las próximas semanas, con tal de hacernos cargo de dos temas: la alimentación, que podría ser de alguna manera insegura si no es con el distanciamiento debido, y la situación de salud mental, con ocho horas de clases”.
“Entonces, al disminuir la jornada, lo que nosotros hacemos es bajar los niveles de tensión”, complementó.
El titular de Mineduc también reafirmó que los cursos que tengan un umbral superior al 80% de vacunación entre sus alumnos no tengan restricciones de aforos, manteniendo una regla que venía desde la administración anterior.
“Con vacunación sobre el 80% en los cursos no hay aforos… Los números son sumamente positivos, solamente entre tres y seis años tenemos porcentajes bajo el 80%”, expresó.
Los aforos en las salas habían sido calificados como “un punto crítico” por parte del Colegio de Profesores Metropolitano, que pese a valorar los cambios los calificó como un “avance insuficiente” para el normal desarrollo de las clases presenciales en medio de la crisis sanitaria.
