La destacada actriz María Elena Swett dejó un mensaje en sus redes sociales para actualizar a sus seguidores sobre la situación en torno a su hijo. La intérprete no ve a Santiago Bowe Swett desde fines del año pasado luego que se fuera con su padre.
Lo anterior ocurrió en diciembre, cuando John Bowe se llevó al menor de edad a Estados Unidos para pasar las fiestas de fin de año. Sin embargo, lo que Mane Sweet no esperaba es que desde ese viaje no volvió a saber del paradero de su hijo.
El mensaje de Mane Swett por su hijo
En la actualidad, Mane Swett lleva cerca de nueve meses sin ver a su primogénito. Por esta razón, la actriz dejó ver su tristeza a través de su cuenta de Instagram con un desgarrador mensaje.
“Señal de vida. Hola mi gente buena. No he podido venir porque estoy luchando en el mundo real por lo más grande que existe en el mundo”, escribió a través de una historia acompañado de una imagen de su rostro luego de haber llorado.
“Pero los tengo en mi corazón y quise venir a darles las gracias a todos por su apoyo incondicional. Y agradecer también a mis fans por apoyarme con mantener aquí vivo mi trabajo día a día”, explicó la protagonista de Dime Con Quién Andas tras su ausencia en las redes.
“Las fuerzas no dan para todo y hoy sin ustedes yo no podría estar presente en Instagram compartiéndoles un trabajo que hice a corazón abierto y con un gran equipo que me apoyó siempre. Los abrazo grande y fuerte y ya saben… se les quiere por acá”, afirmó Mane Sweet para finalizar.
Los parlamentarios solo se pusieron de acuerdo respecto a los principios de la RUF, esto es, suscribirse a la Constitución y las leyes; utilizarse solo cuando sea necesario; uso responsable y racionalidad.
Estas operaciones se concretaron en medio de la campaña electoral para buscar la reelección en la Gobernación Metropolitana, donde se impuso en segunda vuelta.
Chile no necesita más discursos éticamente superiores, ni más símbolos vacíos. Necesita responsabilidad, ética sin arrogancia y humildad para reconocer errores. La probidad no se predica: se práctica, aunque sea sin corbata.
Desde los años 90, con el retorno a la democracia, surgió un tipo de personaje que no ostenta cargos públicos, pero se mueve en los márgenes del poder institucional como si los tuviera. Se hacen llamar asesores, conectores, orejeros. Publican fotos con presidentes, repiten anécdotas con ministros, filtran cercanías como si fueran credenciales. Y luego venden eso: vínculos.