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6 de Diciembre de 2011

Obama lanza su programa electoral económico evocando ideas de Teddy Roosevelt

"Este país tiene éxito cuando todo el mundo recibe una oportunidad, todos cumplen su parte y todos están sujetos a las mismas reglas", sentenció el Mandatario, en un apasionado discurso.

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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, lanzó hoy un apasionado mensaje en defensa de la clase media y las oportunidades para todos en un discurso en el que evocó las ideas de Theodore Roosevelt para defender las líneas maestras de su política económica.

Para un discurso que equivale al lanzamiento de su campaña electoral -al menos en lo que respecta a la economía-, Obama eligió la pequeña localidad de Osawatomie (Kansas), donde hace 101 años el republicano Roosevelt lanzara un llamamiento en favor de la justicia social, la igualdad de oportunidades y el papel del gobierno como regulador económico.

Obama, quien buscará la reelección en los comicios de noviembre de 2012, evocó constantemente ese mensaje al defender que la clase media es la clave para el bienestar de un país y “una clase media sólo puede existir en una economía donde todo el mundo observe las mismas reglas”.

“Este país tiene éxito cuando todo el mundo recibe una oportunidad, todos cumplen su parte y todos están sujetos a las mismas reglas”, afirmó el mandatario estadounidense, interrumpido en su alocución por los aplausos del público como hacía tiempo no ocurría.

Un Obama que también leyó su discurso con una pasión que no se le recordaba desde hace tiempo alertó sobre el peligro que corre el “Sueño Americano”, esa promesa de prosperidad de EE.UU. a sus habitantes, si se ponen en práctica las recetas por las que aboga la oposición republicana.

“Este no es un debate político más. Es la cuestión definitoria de nuestro tiempo. Es el momento de la verdad para la clase media y para todos aquellos que aspiran a engrosarla”, declaró el presidente.

Según apuntó, “lo que está en juego es si este será un país donde la gente trabajadora pueda ganar lo suficiente para sacar adelante una familia, ahorrar un poco, poseer una vivienda y garantizar su jubilación”.

Su propuesta, que repetirá sin duda a lo largo de la campaña electoral, incluye el aumento de los impuestos a los más adinerados al tiempo que se recortan las contribuciones de la clase media.

Obama defiende también la inversión en el sector educativo y la regulación del sistema financiero para evitar una repetición de la crisis que en 2008 abrió la puerta a la mayor recesión desde la Gran Depresión de los años treinta.

Las propuestas de sus rivales son, según consideró, “equivocadas”.

Los republicanos, espoleados por su pujante corriente ultraconservadora Tea Party, se oponen tajantemente a elevar los impuestos a los más ricos, con el argumento de que mantener su cotización baja estimula la actividad económica y su prosperidad se acaba transmitiendo hacia las clases sociales más bajas.

La propuesta republicana “es simple: vivimos mejor cuando se deja que cada uno campe por sus respetos e imponga sus propias reglas. Pero estoy aquí para decirles que están equivocados”, criticó el mandatario.

El presidente estadounidense también dirigió sus críticas, indirectamente, contra China, la gran potencia emergente a la que los legisladores estadounidenses acusan de mantener prácticas comerciales que perjudican las exportaciones de este país.

“Nunca podremos competir con otros países en lo que respecta a quiénes dejan que sus empresas paguen los salarios más bajos o contaminen todo lo que quieran (…) Pero esa es una carrera que no podemos ni queremos ganar”.

“La carrera que queremos ganar, la que podemos ganar, es la carrera hacia lo más alto, la carrera por empleos de calidad que paguen buenos salarios y ofrezcan seguridad a la clase media”, agregó.

Con un índice de desempleo del 8,6 % y unas encuestas que indican que tan sólo el 15 % de los estadounidenses cree que la situación económica es buena, la marcha de la economía es el gran quebradero de cabeza del presidente de cara a su reelección en los comicios de noviembre próximo.

El descontento popular sobre el devenir económico es, en buena parte, responsable de una caída de la aceptación de Obama en las encuestas, donde recibe un nivel de aprobación en torno al 45 %. Por eso, su gestión de la economía en los próximos meses será clave para decidir el futuro.

 

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