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12 de Noviembre de 2015

Carrera docente: cómo incentivar la mejor pedagogía en los sectores más vulnerables

Decir que la evidencia internacional es brutal al momento de señalar que el techo de la calidad de la educación en Chile es la calidad de los profesores no es novedad y sigue siendo una frase que se acerca más a la consigna que a una propuesta. Sin embargo el seis de octubre ingresó al Senado el proyecto de ley que crea una carrera docente, el cual pretende mejorar las condiciones laborales de los profesores, para así mejorar la calidad del proceso enseñanza aprendizaje. Pero ¿qué tan cierto es que este proyecto de ley cambiará la cara de la educación de Chile?

Por Jorge Schiappacasse
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Jorge Schiappacasse es Cientista político UC y magíster en Ciencia Política de la Universidad Católica. Diplomado en Gestión Local en USACH. Fundador de revista digital Ciudad Liberal. cl

Un proyecto de ley que aspira a ser justo en materia educacional debe velar porque al final del día, no solo se mejore la calidad del aprendizaje, sino que también debe redistribuir la calidad de ese aprendizaje hacia los lugares donde existen mayores escenarios de complejidad social.

De esta manera se podrán establecer elementos que aporten a una mayor libertad sustantiva a los desaventajados, aquellos que se encuentran en una estado de afectación de su igualdad democrática, lo que incide en la idea liberal de que cada persona debe poder llevar adelante su propio plan de buena vida.

Quienes adherimos al liberalismo igualitario, queremos instalar la horizontalidad de las relaciones sociales al centro de nuestro accionar político. Daniel Brieba, lo explica de la siguiente manera: “El más importante objetivo de toda asociación política es asegurar las condiciones sociales para la libertad de cada uno de sus miembros; y ello, a su vez, requiere que éstos estén siempre en condiciones de establecer relaciones sociales de igualdad unos con otros.”

El aumento salarial que establece la carrera docente, el sistema de evaluación propuesto, los nuevos criterios para poder matricularse en una carrera de pedagogía y el aumento, la nueva definición y restricciones de uso de hora no lectiva son elementos que permiten esperar que de acá a diez años podamos tener un cambio en los procesos que ocurren dentro del aula. Sin embargo la gran debilidad de este proyecto de ley dice con el poder incentivar el ejercicio de la pedagogía en los sectores más vulnerables del país. Ahí donde existen mayores dificultades, dónde están los niños, niñas y jóvenes con mayores necesidades es donde deben estar los mejores profesores.

Hoy por hoy esta realidad no ocurre, los profesores con malos resultados en el portafolio de la evaluación docente y la prueba Inicia tienden a trabajar en los colegios más complejos socialmente (Cabezas et.al, 2011), mientras que en los colegios donde existe un índice socioeconómico más bajo es mayor la fuga de buenos profesores que en el resto de los colegios (Rivero, 2010).

El proyecto de Carrera Docente trata de mejorar esta realidad, sin embargo, producto de las restricciones presupuestarias, se estableció una asignación de vulnerabilidad que no es lo suficientemente atractiva en los primeros años de desarrollo profesional (etapa clave en desarrollo docente). Es por lo anterior que proponemos una solución que no involucra mayores gastos, sino que propicia que el desarrollo profesional de los docentes ocurra más rápido en aquellos lugares vulnerables.

Nuestra propuesta, como Red Liberal, es que la experiencia profesional que se requiere para acceder a las siguientes etapas de la carrera docente, se reduzca a la mitad para los profesores que trabajan en colegios con más de 45% de concentración de alumnos prioritarios. Esto llevaría a que en zonas vulnerables los profesores al cuarto año de ejercicio puedan ganar montos cercanos a los $1.500.000, volviendo el ejercicio docente una carrera atractiva desde el inicio del desarrollo profesional.

Esto último es relevante, puesto que los buenos profesores tienden a una escasa movilidad laboral, por lo que la elección de su primer trabajo es uno de los principales determinantes del contexto social en el que se desarrollarán (Cabezas et. al, 2011), lo que hace fundamental establecer salarios extremadamente atractivas en los primeros años de su desarrollo, permitiendo que dar prioridad a aquellos niños, niñas y jóvenes que más lo necesitan.

La Política Nacional Docente va a ser la política pública que nos permitirá mejorar la calidad de educación que tenemos, pero si queremos cambiar las desigualdades relacionales que existen en Chile es necesario que hagamos un esfuerzo en esos lugares donde los alumnos necesitan más apoyo que nunca. Solo así vamos a cambiar la realidad en Chile, solo así todos gozarán el anhelo de llevar adelante su propio plan de vida, por lo que solo así realizaremos la promesa que Chile sea una sociedad abierta.

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