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26 de Febrero de 2021

Una cuestión de actitud

El comportamiento es nuestra carta de presentación y nuestro actuar es la herramienta que tenemos para demostrarlo. Sin duda que estos puntos son fundamentales para quienes hoy buscan nuevos nombres para sus empresas.

Por Alejandra Mustakis
El positivismo, la alegría, el constructivismo o la creatividad no se pueden medir en un currículum (Freepick)
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Alejandra Mustakis

Alejandra Mustakis es Empresaria

El mensaje es claro y potente, como todos los que inspiran y cambian el mundo. Lo dice en una entrevista para La Voz de Galicia el aclamado conferencista español, experto en ventas, en motivación organizacional, desarrollo de habilidades y talento, Víctor Kuppers: “Nadie te va a recordar por tu currículum, sino por tu forma de ser”.

El especialista en Humanidades afirma que la actitud lo es todo. Que es tan potente que puede diferenciar a las grandes personas del resto, porque esa disposición ante la vida habla más de nosotros que lo que podría hacer una hoja en blanco pronta a ser rellenada. Es más, para él es tan relevante que es de las pocas cosas que, como humanos, depende completamente de nosotros, ya que nadie más que uno elige y gestiona esa forma de ser. “Tus hijos te quieren por tu manera de ser, tus compañeros de trabajo por tu manera de ser… La actitud. Nos gustan las buenas personas, las que son honestas, las que son íntegras, amables, no la gente que discute y está todo el día enfadada. Nos gusta la gente fácil y con sentido del humor”, añade para sostener su punto.

Para mí lo de Kuppers no quiere decir que la formación y la trayectoria no sean importantes, como tampoco que la experiencia no nos haga más sabios a la hora de tomar decisiones. Todo es un complemento de uno como persona. Insumos que pueden servir a quien tengamos al frente para consolidar su idea de nosotros. El comportamiento es nuestra carta de presentación y nuestro actuar es la herramienta que tenemos para demostrarlo. Sin duda que estos puntos son fundamentales para quienes hoy buscan nuevos nombres para sus empresas, ya que esa predisposición genera confianza y seguridad a la hora de sumar valores a cualquier tipo de organización.

El positivismo, la alegría, el constructivismo o la creatividad no se pueden medir en un currículum, el que sin duda es importante y esencial para medir experiencia y conocimiento, pero que carece de recepción de estas habilidades blandas que hoy son vitales y que esperamos en nuestras empresas. Gente positiva, con ganas de aprender y de ser adaptables, como dice Yuval Noah Harari. Que quiere hacer equipo y siempre ser parte de la solución, no del problema. Tener un ecosistema bajo estas lógicas no es fácil y requiere cambios importantes en nuestra educación, pero sumar a este tipo de personas puede ayudarnos en el camino para lograr organizaciones más felices, cariñosas y proactivas.

Es por lo anterior que hago un llamado a promover este tipo de competencias dentro del ecosistema empresarial. Por supuesto que es importante estudiar y especializarse, sobre todo en una era tan rápida y cambiante como la de ahora. Pero también es relevante desarrollar estímulos que promuevan nuestra forma de ser como un elemento para que nunca se olviden de uno. También lo menciona Víctor Kuppers, casi al término de su entrevista, cuando se le pregunta por su frase favorita en las conferencias. Dice que es una de Teresa de Calcuta: “Que nadie se acerque jamás a ti sin que al irse se sienta un poco mejor y más feliz”.

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