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El legado del presidente Piñera en Biobío

Nos enseñó que gobernar también es gestionar, y que los chilenos no esperaban de nosotros palabras, sino soluciones.

Ya transcurridos algunos días de la inesperada muerte del presidente Sebastián Piñera y faltando pocos para el 14º aniversario del 27F, vienen a mí recuerdos muy potentes, que se remontan a cuando me invitó a trabajar en su Gobierno como seremi de Desarrollo Social y pude conocer su liderazgo inspirador.

En su segundo periodo, ya como intendente, volvió a impresionarme su energía y preocupación por los detalles, siempre tomando notas con sus lápices, block y regla en mano. Nos enseñó que gobernar también es gestionar, y que los chilenos no esperaban de nosotros palabras, sino soluciones. Intentaré resumir su legado en Biobío en tres pilares, pero me queda claro que solo alcanzaré a citar una fracción.

La Reconstrucción: consideró a toda la región, destacando El Plan de Reconstrucción del Borde Costero que incorporó obras en las 18 localidades costeras afectadas, levantándolas y dotándondolas de una nueva infraestructura pública (Dichato es un gran ejemplo). Se reconstruyeron escuelas, colegios, caminos, APR, centros de salud, comisarias, cuarteles de bomberos, etc. La reconstruccion de viviendas permitió que miles de personas recuperaran su hogar en un lapso mínimo que sorprendió al mundo.

Obras Públicas: tres de los cinco puentes que conectan el gran Concepción fueron impulsados en sus gobiernos. El Ferroviario esperó 129 años y 25 gobiernos para ser renovado. La provincia de Biobío mejoró en conectividad: el Puente Duqueco entre Quilleco y Santa Barbara; la Ruta Nahuelbuta con la Araucanía, el recién inaugurado paso fronterizo Pichachén, la ruta Q200 Laja-Los Ángeles. También se inauguró el Aeropuerto Internacional de Carriel Sur y se habilitó el Aeródromo María Dolores para vuelos comerciales. Se desarrollaron obras como el anhelado Teatro Biobío, el nuevo Estadio Ester Roa, el Palacio del Deporte en Talcahuano; estadios en Coronel, Contulmo, Arauco; parques y áreas verdes; recuperación de edificios consistoriales y un larguísimo etcétera.

Gestión de la Pandemia: la estrategia para abordar la pandemia del COVID-19 fue reconocida en el mundo. En Biobío pasamos de 65 a 316 camas críticas, habilitando por primera vez en los hospitales de Curanilahue y Lirquén, lo que nos permitió ser soporte para Santiago y otras regiones. Desarrollamos un impecable trabajo de testeo, trazabilidad y aislamiento en conjunto con los municipios y fuimos elegidas por él para ser la primera región en recibir las vacunas. También se realizó un potente trabajo en recuperación de la actividad económica, entre los que destacan el IFE, que benefició 300 mil hogares de nuestra región; el bono alivio a las PYMES con 72 mil beneficiados y mucho más.

Vino a nuestra región a hacerse cargo de la Reconstrucción el mismo 27F, ese mismo año encargó a ASMAR Talcahuano la fabricación de la Cápsula Fénix que rescató a los 33 mineros; nueve años más tarde lideró la respuesta a los tornados. Biobío fue parte importante en su vida pública, por lo que me parece apropiado retribuir su principal legado, su capacidad para transfomar crisis en oportunidades, a través de una obra que permanezca en el tiempo. Mi propuesta es bautizar con su nombre al nuevo Puente Ferroviario, que él impulsó y que simboliza su vocación imparable de contribuir al progreso y la calidad de vida de los chilenos y chilenas.

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{title} Rafael Gumucio