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24 de Octubre de 2014

Lo que se juega en la segunda vuelta de las elecciones de la FEUC

Amplio apoyo al gremialismo los pone en una mejor posición que nunca para recuperar la FEUC. El NAU, por su parte, deberá apelar al voto de izquierda de Crecer y también al de centro derecha, de Solidaridad, para poder ganar.

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La madrugada del jueves, el movimiento de la Nueva Acción Universitaria, que ha liderado la FEUC por los últimos 6 años, vio cómo los numerosos dichos y amenzas sobre que el gremialismo volvería a la federación, dio sus primeros pasos.

En una votación histórica, el Movimiento Gremial, liderados por el alumno de Derecho Ricardo Sande, obtuvo el 31,6% de los votos, correspondientes a casi 13 mil estudiantes que marcaron preferencia. El NAU, por su parte, casi las vio negra. En una reñida contienda, logró avanzar a segunda vuelta con un 22,5%, más mil votos abajo de los naranjos. Además, la histórica supremacía que mantenía sobre otros movimientos de la PUC, Crecer (izquierda) y Solidaridad (derecha conservadora), se vieron reducidos al punto que durante gran parte de la noche estuvo en duda la posibilidad de que pasen al balotaje final.

Lo que marcó la jornada fueron la abrumadora mayoría del gremialismo y las estrechas votaciones entre las listas restantes. Solidaridad, movimiento ligado al social cristianismo, sorprendió a todos y logró pasar a segunda vuelta en la votación por el Consejero Superior, que es el representante de los estudiantes en el Consejo Superior de la Universidad.

Así, puso fin a 4 años del NAU en el puesto y por primera vez los dejó fuera en primera vuelta. Crecer, por su parte, que agrupa a independientes y colectivos como el FEL, la UNE, Trazo Común y el FAS, también dio la sorpresa con un histórico tercer lugar en lista Feuc y quedó a menos de 100 votos de pasar a segunda vuelta en el puesto de Consejero Superior. Ratificando, además, un crecimiento electoral que cada año los acerca más a los movimientos más grandes.

La explicación más comentada durante la noche para la escapada de los hijos de Jaime Guzmán y la fuerte votación de Crecer y Solidaridad estaba, según muchos, en el desgaste del NAU, que este año tuvo que lidiar con la constante crítica -tanto a la interna como a la externa- de estar vinculado a Revolución Democrática, movimiento fundado por sus ex miembros Miguel Crispi y Giorgio Jackson. Esto se suma a la cuestionada gestión liderada por Naschla Aburman, que tuvo más de un tropezón durante el año y, según una encuesta de los propios estudiantes de la PUC, una aprobación de solo un 20%.

Lo que se juega en las elecciones

“Seis años de federación no pueden ser perfectos”, reconoce el candidato del NAU Alberto Millán. La apuesta para lo que resta es apelar a los proyectos distintos que defiende el gremialismo. Pero la segunda vuelta empieza con un precedente: si Solidaridad vota en masa por el movimiento gremial, éstos vuelven a la FEUC después de 7 años.

Solidaridad es un movimiento que nació el 2010, de un grupo de personas que se desligaron del gremialismo. A diferencia de sus pares, reivindican la política y están dispuestos a trabajar temas que el movimiento gremial no toca, como las condiciones laborales de los trabajadores. Se reconocen partidarios de gratuidad universal, pero que implementarla ahora es una demanda “elitista”, al igual que querer elegir democráticamente al rector. Los cruza un conservadurismo católico que los hace oponerse a la homosexualidad y el aborto.

Hay propuestas contrapuestas y eso es lo que queremos evidenciar. Los estudiantes de la Católica han demostrado que quieren ser parte de las transformaciones que el país necesita y que la universidad no sea una burbuja. Que surja Solidaridad, como critica al gremialismo, responde a eso, que Crecer tenga una alta votación también”, señala Millán.

La estrategia del NAU estaría enfocada en apelar a todos esos temas en que marcan una postura opuesta al gremialismo, mostrando que el eventual triunfo de esa derecha significaría un viraje en el camino que ha tomado la PUC en los últimos años. Y para eso, deben apostar tanto al voto de Solidaridad como al de Crecer, en temas como la posición respecto al lucro en la educación, gratuidad universal, fin a la subcontratación y elección democrática del rector, entre otros.

“Hay una diferencia que puede ser atractiva para el votante de Solidaridad. Con ellos y con Crecer hemos trabajado temas de condiciones laborales, como la mesa de subcontratación de este año, donde el gremialismo fueron los únicos que no se hicieron parte”, afirma Alberto Millán.

Por su parte, el candidato del Movimiento Gremial Ricardo Sande reconoce que el escenario para la segunda vuelta es particular. Por un lado, deben competir con el NAU, pidiendo votos a Solidaridad, mientras que para la Consejería Superior deben competir contra otra lista de derecha.

“Es un escenario distinto. Le vamos a estar pidiendo el voto a gente con la que al mismo tiempo estamos compitiendo. Es complejo, pero no imposible. Hoy hay un contexto político que nos exige estar a la altura. Los alumnos de esta universidad no caen en la rencilla política y vamos a poder tener una campaña de ideas”, afirma Sande.

Sobre qué los distingue de Solidaridad, asegura que “hay diferencias de énfasis, discrepancias en cosas mínimas, de fondo. Finalmente son proyectos distintos. Si bien en principios generales y universales hay cosas que nos unen, en el fondo sí hay un proyecto distinto, una visión distinta”.

El futuro del Confech

Capítulo aparte es qué pasará con el Confech 2015. Un triunfo del movimiento gremial significaría una composición de fuerzas distinta en el movimiento estudiantil, con una vocería que sería oposición radical tanto al gobierno como a las banderas que han levantado los estudiantes.

Hace unos meses ya se comentaba que si la derecha ganaba en la FEUC, no tendrían la vocería del Confech como ha sido hasta ahora. Estas se eligen a principios de año según región, por lo que serían las universidades de la región Metropolitana las que deberían decidir si darle o no el espacio al gremialismo. La alternativa sería, por ejemplo, que la Feusach pase a tomar el lugar de las vocerías más importantes junto a la Fech.

Alberto Millán asegura que es una decisión autónoma, pero adelante cómo se podría dar la discusión: “La Confech es democrática. Los estudiantes deciden libremente qué tipo de federación quieren que los dirijan. La mayoría de las federaciones son cercanas a una educación sin lucro, gratuita, inclusiva. Si el movimiento gremial no cree eso, y la mayoría de la Confech lo estima…sería lo lógico. Pero es una decisión del Confech en base a mayorias, así que se lo reservo a ellos”.

Por su parte, Ricardo Sande ya ha manifestado que si intención es ser vocero de los estudiantes de la Católica, y que la Confech deje de ser “la confederación de estudiantes de izquierda”.

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