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5 de Marzo de 2020

Blanca Lewin y las redes sociales: “Tanta odiosidad y tanta noticia falsa nos está haciendo mal”

La actriz se encuentra preparando la obra Perfectos Desconocidos, basada en la exitosa película italiana del mismo nombre, pero también accedió a conversar sobre el estallido social y la nueva nocturna de Canal 13.

Por
Blanca Lewin
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Ajetreados son los días que vive Blanca Lewin. A las grabaciones de la nueva teleserie nocturna de Canal 13, La Torre de Mabel -la que aún no tiene fecha de estreno- suma ahora los ensayos en los que prepara su nuevo proyecto teatral: Perfectos Desconocidos.

La obra -donde compartirá roles con Loreto Aravena, Cesar Caillet, Álvaro Gómez, Alejandra Fosalba, Juan Pablo Sáez y Christian Zuñiga- está basada en la exitosa película italiana de Paolo Genovese del mismo nombre que batió todos los récords de audiencia en el mundo, y que cuenta también con su versión española dirigida por Álex de la Iglesia.

Posteriormente fue llevada a las tablas, recorriendo escenarios con distintos elencos en Europa, México, Argentina y recientemente en Chile, donde se reversionará la versión trasandina de la mano del director Franco Batista.

En ella vemos a cuatro matrimonios que se reúnen a cenar en la casa de uno de ellos. Todo transcurre con normalidad, hasta que la dueña de casa propone un juego mientras dure la velada: contestar llamadas y mensajes a vista y paciencia de todos los presentes, lo que desatará una serie de conflictos que terminará revelándoles que, pese a la amistad que los une, son unos “perfectos desconocidos”.

Sobre este nuevo proyecto, la actriz comentó a EL DÍNAMO que “vi la película española de Álex de la Iglesia hace mucho tiempo y la encontré súper divertida. Después me llamaron a esta versión, que es una adaptación de la película original que es italiana y que es bien distinta a la de Álex”.

“No vi la argentina, pero encontré que el tema es súper entretenido, un tema súper vigente. Me preguntaba cómo se leerá esta obra en 20 años más, pero tiene igual como ‘si no es esto, en 20 años más será otra cosa’, tiene una cosa que cómo es posible que desarrollemos vínculos tan potentes y, por otro lado, exista este doble estándar, la complejidad del ser humano. Me pareció un texto entretenido”, añadió.

Blanca Lewin

En Perfectos Desconocidos, Lewin interpretará a Carlota, una mujer que ella define como “muy tradicional, casada con un hombre con el que tiene un par de hijos, pero que ocultan una fisura en su pasado como pareja que ha convertido esta relación en una que está muy basada en la culpa. Hay muchas relaciones que se sostienen sobre eso y cuando ocurre algo, un elemento detonante o momento de crisis, eso sale a la luz y es imposible sostenerlo, o quizás sí, pero reformando todo”.

– La obra habla mucho del tema de la dependencia a estos aparatos tecnológicos y las redes sociales, ¿cómo te relacionas tú con ellas?
– Hace muchos años que no pesco mucho Twitter, lo utilizo más que nada para difundir proyectos. En Facebook a veces leo mis notificaciones y pongo unos likes, no paso tiempo frente a esa aplicación. Sí uso Instagram porque me parece entretenida y WhatsApp, básicamente, para estar conectada con la familia, con lo que está pasando en el colegio de mi hija, mis amigos y, obviamente la pega, porque todo ocurre tan rápido que muchas veces uno pierde tiempo hablando por teléfono y es mejor si queda por escrito.

– ¿Cómo preparan esta obra en particular como grupo?
– Es una obra que, como nosotros estamos haciendo la misma versión que se hizo en Argentina pero en suelo chileno, pero básicamente la misma planta de movimiento, la escenografía. El director, no es Francella mismo que fue el que hizo la versión argentina, pero sí es su brazo derecho. El actor que hace todos los otros personajes en la obra original, entonces pese a que él introduce pequeñas modificaciones, es una cosa que hay que aprenderse. Luego, entrar a profundizar en los personajes.

– ¿Han logrado trabajar con Francella?
– Acá el director es Franco Batista, a Francella no lo hemos conocido como elenco. Yo lo conocí pero en otras circunstancias hace años atrás. Espero que venga a ver la obra, el estreno, qué se yo… No ha venido al proceso. Es su versión de dirección, es su texto, pero bajo la versión de Batista que es argentino, que trabajó con él.

– ¿Qué es lo que buscarán transmitir con esta obra? ¿Una crítica a la sociedad con el apego a estos aparatos tecnológicos?
– Tendría que ser como una autocrítica porque soy muy adicta y me cuesta mucho el WhatsApp que es muy invasivo. Es un problema cuando uno está con los niños, mi hija lo resiente ene. Es un trabajo que tengo que hacer y que tiene que ver con los tiempos en que vivimos. Las redes sociales nos invaden, nos quitan el foco de a donde tenemos que mirar y en momentos como este es uno en que tenemos que volver a mirarnos las caras. Tanta odiosidad, tanta noticia falsa nos está haciendo mal y las redes sociales son permanentemente eso, y no es bueno en momentos en que hay que tomar decisiones importantes. Creo que un sano periodo de introspección no le hace mal a nadie.

Los artistas y el estallido social

A casi cinco meses de iniciado el estallido social, los teatros y las obras comenzaron a retomar su ritmo con algunos cambios, según cuenta Blanca Lewin a EL DÍNAMO.

– ¿Cómo has visto la escena teatral tras el estallido social?
– Ha sido heavy porque esto ha obligado a cambiar un poco el horario de funciones y eso no sé si funcione, valga la redundancia. Capaz que sí, sobre todo los lugares que estén más cerca, como el GAM, pero no tengo registro ni sé cuánto público ha ido. Sé que muchas obras se cayeron y otras suspendieron un tiempo sus funciones y volvieron. Me acuerdo que no tuve mucho tiempo de ir al teatro pero sí fui a ver, cuando la repusieron, “Muerte accidental de un anarquista”, después de que ya habían pasado los momentos más críticos del estallido, y estaba repleto.

A raíz de esto, la actriz reflexiona y recuerda lo que ocurría previo al 18 de octubre. “Yo digo ‘chuta, ir a ver una obra de teatro a las seis de la tarde parece que era posible’, en otro Chile no lo parecía. De hecho, cuando nos ponían funciones con horarios a las ocho de la noche, todos nos quejábamos porque la gente no alcanzaba a llegar por los tacos después de la pega un jueves o un viernes. Ahora la gente está pudiendo ir y no sé si es porque el país está cerrando más temprano o porque la gente se iba a marchar”, señaló.

“Pero ocurrió eso que había obras los fines de semana a las cuatro de la tarde, que no eran obras infantiles. Me parece curioso y bueno, porque pese a las dificultades de transporte y todo, hay una fuerza que tiene que ver con la gente que trabaja en este gremio, en cultura, en teatro, y va a seguir ahí porque cree que es importante seguir funcionando en este contexto, sobre todo”, acotó.

– Distintos artistas han tomado un rol bien protagónico en este último tiempo…
– Sí, eso siempre ha sido así. Creo que si nos referimos a los actores propiamente tal, siempre han tenido una capacidad comunicacional bastante fuerte, que tiene que ver con nuestra formación, con lo que podemos hacer. Ahora, también hay que ver cuándo eso resulta realmente efectivo y cuando no. Recuerdo que en muchas campañas presidenciales de los 90 ponían actores y se veía súper bacán, pero ya después llego un momento en que era como que ya nadie quería ver actores en campañas.

– La última vez que recuerdo haber visto harto actor en una campaña fue para el primer gobierno de Michelle Bachelet…
– Claro, y ahí ya había menos. Había bastante decepción de la gente hacia el rostro abanderado con un candidato o candidato, porque esta desilusión de la clase política viene hace rato, es una olla a presión que reventó en un momento, pero no es algo nuevo. Entonces con la esperanza del país nuevo en democracia, el equilibrio que había que mantener funcionó un rato y después, cuando la clase política se empieza a desprestigiar, por un lado la gente se decepciona de la persona que está al lado del político. Por otro lado, el artista ya no quiere estar al lado del político.

A la hora de hablar de su propio rol, Blanca Lewin se distancia de quienes han tomado mayor protagonismo en los últimos meses y se califica así misma como “una ciudadana más, mirando desde mi lugar de madre que tengo que proteger a mis hijos y cuidarlos en este contexto”.

Bajo esa línea, explicó que “si hay alguna marcha o algo a lo que sienta que necesito y es importante ir, tengo que hacer hartos malabares de conseguir a alguien que me cuide a los niños. Por como se han dado las cosas, no todas las marchas son para llevarlos. Mi hija, a algunas cosas específicas les gusta ir, con ella fui a hacer lo de LasTesis Madres en Plaza de Armas. Ella encontraba muy entretenido marchar y después le cargaba, me decía ‘mamá me cargan las marchas porque la gente fuma’. Mi hijo, que tiene 3 años, aún es muy sensible a los sonidos muy fuertes, entonces una multitud de gente es estresante para él”.

“Yo no puedo ir a todas las marchas. Podría dejarlos con su padre, pero resulta que él tiene que cubrir las marchas en vivo y en directo, entonces es un tema. Tengo que elegir muy bien dónde poner mi cara, dónde quiero estar”, sostuvo. A eso, agregó que “no tengo ningún interés en ocupar un lugar protagónico ni ser como una vocera oficial de nada. Mi opinión la gente siempre la ha conocido, y si tengo que decir algo distinto a lo que dicen los demás lo diré, pero sino me parece que no vale la pena. Sí es importante, en cuanto a nuestra capacidad comunicacional y nuestra capacidad de difusión, tener ciertos gestos”.

– Te lo preguntaba porque en un minuto se criticó mucho a artistas que no alzaban la voz respecto al estallido…
– Yo creo que también hay que ser súper respetuosos con los procesos internos de cada uno. Cada persona ha vivido el estallido de una manera distinta. A las personas les afecta directa o indirectamente de una manera distinta, la gente se demora más o menos en empatizar con el otro, hay algunos que despertaron al tiro, otros lo hicieron después. Hay gente que está arrepentida y creo que eso es súper personal.

“Yo siento que estamos todos llamados a pensar en colectivo y que es una gran oportunidad para el país la que estamos viviendo en este momento, yo no puedo juzgar al resto, así como tampoco los podía juzgar cuando estaban haciendo publicidad de 20 cosas al mismo tiempo. ¿Me entiendes? De la misma manera tampoco los juzgo por quedarse callados o por hablar demasiado, no me parece. Creo que cada uno sabe cuál es su trinchera y cada uno saldrá a hablar cuando se sienta llamado a hablar y si no, no”, continuó.

Festival de Viña y nueva teleserie

A diferencia de otros compañeros del elenco de La Torre de Mabel -como Paloma Moreno y Marcial Tagle, por ejemplo-, Blanca Lewin no estuvo presente en la Quinta Vergara la semana pasada para lo que fue la 61ª edición del Festival de Viña del Mar.

Según explicó, no tiene un motivo en particular para explicar su ausencia, pero plantea que “no fui convocada, porque me casé y yo creo que fueron generosos en no molestarme esa semana, pese a que yo igual iba a trabajar, estaba grabando. Ni siquiera me lo preguntaron y yo lo atribuyo a eso, pero tampoco he preguntado”.

“Si me hubieran invitado me hubieran puesto en un conflicto, no sé si hubiera querido estar, pero también respeto el hecho de querer estar”, asegura, y agrega, respecto al certamen viñamarino que “contrario a lo que piensa mucha gente, es súper popular y mucha gente prende la tele y quiere verlo. Además está el humor que es capaz de rescatar el sentimiento popular, pese a la censura”.

En ese sentido, manifiesta que “el ejemplo más claro de esto es Kramer. Habían prohibido las pancartas y fue súper lindo que en pantalla gigante mostrara las pancartas de la gente en las marchas. Es una manera súper elegante y amorosa de decir ‘oye la censura no funciona en estos momentos'”.

– Finalmente el Festival terminó transformándose en una tribuna tanto para el público como para los artistas…
– Exactamente y lo más bonito de Kramer es que él en su rutina igual invita al que piensa distinto. Empatiza con el sentimiento ciudadano y todo, pero también con su vecino ‘pituco’. Eso me parece súper bonito y a eso estamos invitados todos hoy día, a dejar de lado las odiosidades. A todos nos da rabia la inconsciencia del otro, el egoísmo del otro, pero la única manera de poder hacernos cargo y tener una Constitución que nos represente a todos, es que participemos. Incluso los que nos caen mal, jajaja.

Por otro lado, Lewin actualmente se encuentra en plenas grabaciones de La Torre de Mabel, la nueva nocturna de Canal 13 y con la que esperan poder revertir los magros resultados obtenidos con Río Oscuro y Amor a la Catalán.

“Esta es una teleserie súper distinta, es una comedia divertida, entretenida. También creo que toma ciertos temas, sin hacerse cargo, de problemas que tiene la gente de clase media hoy día: el endeudamiento, la necesidad de salir a flote teniendo que montar un emprendimiento ilegal, en principio. Son cosas que les pasan a las personas porque necesitan hacer más lucas porque lo que ganan en sus trabajos oficiales no llegan a fin de mes, por poner un ejemplo. Pero también es curiosa porque siento que a medida que avanza la historia, toma unos giros y empieza a ser, sin perder esta cosa de comedia, un poco melodramática, de la teleserie clásica y eso me parece bien atractivo. Hace mucho que no estaba en un proyecto así”, cerró.

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