Secciones El Dínamo

cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad
29 de Septiembre de 2014

Las nuevas ventajas competitivas: responsabilidad social y sustentabilidad

Los conceptos de responsabilidad social y sustentabilidad son también una tendencia global irrefrenable e irreversible, sobre todo en virtud de la amenaza del cambio climático y como está afectando el medio ambiente y la disponibilidad de recursos naturales tales como el agua y la tierra.

Por Fernando Yanine
Compartir

Fernando Yanine es Académico externo de Industrias USM Vitacura. Dr. en Ciencias de la Ingeniería

Antiguamente bastaba con tener un negocio que tuviera una buena rentabilidad por la inversión realizada y que legalmente estuviera todo en regla, sin preocuparse mayormente de la comunidad o por las externalidades negativas que las operaciones de la empresa pudiesen generar. Así empresas como Pizarreño, y otras altamente contaminantes como las empresas de manufactura que empleaban químicos, solventes, caucho, ácidos y metales de diversa índole, entre otros productos, podían contaminar el ambiente sin mayor problema.

Hay suficientes casos en la historia -no sólo en Chile- que ilustran esto. Sin embargo, la cosa ha cambiado; las empresas y otras organizaciones están buscando desarrollar sus ventajas competitivas teniendo como ejes dos principios: responsabilidad social y sustentabilidad. Esto no solamente ocurre en los países desarrollados sino también en Chile, donde existe un buen número de organizaciones con programas y políticas en esta materia.

Hoy por hoy, existe un nuevo orden en la creación de estas ventajas competitivas empresariales. Los conceptos de responsabilidad social y sustentabilidad son también una tendencia global irrefrenable e irreversible, sobre todo en virtud de la amenaza del cambio climático y como está afectando el medio ambiente y la disponibilidad de recursos naturales tales como el agua y la tierra.

El concepto de sustentabilidad evolucionó a lo largo de los años ‘70 y ’80 hasta convertirse en lo que conocemos hoy y fue descrito formalmente por los 27 principios de la Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo en 1992. Por otro lado, sabemos que las empresas responsables buscan minimizar los impactos negativos y potenciar los positivos dentro de sus operaciones y relaciones con terceros incluyendo la autoridad.

Sin embargo, y mirando más de cerca, en Chile aún falta lo principal: una política de Estado de sustentabilidad y de responsabilidad social (RS) con una legislación moderna que incorpore específicamente un conjunto uniforme de normas, regulaciones e incentivos para avanzar en esta dirección, como un eje del desarrollo del país.

Hay diversos otros aspectos, criterios y relaciones que van más allá del medio ambiente y que también son parte de estos dos principios fundamentales. No debemos olvidar que la sustentabilidad abarca tres dimensiones: social, económica y ambiental y también sus interrelaciones. Más allá de esfuerzos e iniciativas aisladas de algunas empresas chilenas, universidades y otras organizaciones, hoy necesitamos una política de Estado en materia de sustentabilidad y RS. Una política donde las universidades pueden jugar un rol crucial ya que actúan en dos frentes: forman personas y crean y difunden conocimiento en la sociedad.

Son ellas las que al ir desarrollando sus programas de sustentabilidad asociados a distintos sectores de la sociedad y de la economía, pueden también ser un gran aliado del gobierno para cambiar este país y acercarlo más hacia una sociedad desarrollada, más justa e integrada y más equitativa y solidaria para todos sin importar clase social. En definitiva una sociedad donde cada uno importa, no solo aquel que compra mi producto y servicio y a quien cobro por él.

 

 

Léenos en Google News

Notas relacionadas

Deja tu comentario

Lo más reciente

Más noticias de Opinión