Según el Centro para la investigación de las Ballenas Ken Balcom, tenía 116 años. Aunque esa cifra era un estimado, dado que nació mucho antes de que se comenzaran a estudiar a las orcas, hecho que ocurrió a partir de 1976.
No obstante, se estimaba que J2, o más conocida como “Granny” -abuela en inglés- era la orca más vieja del mundo. En 1987 fue vista por primera vez, fecha en que advirtió su enérgico carácter.
Testigo de dos Guerras Mundiales, la llegada del hombre a la luna y los crecientes efectos del cambio climático sobre los océanos, su deceso se comunicó el 31 de diciembre pasado.
La última vez que se le vio fue el pasado 12 de octubre cuando nadaba hacia el norte, “muy por delante de las demás”. Balcomb admite que puede que otros observadores de ballenas la hayan visto desde entonces, pero a final de año está “oficialmente desaparecida” de la población de orcas.
Granny era la matriarca de un grupo de 78 orcas que los científicos investigan en el mar de Salish, una vía fluvial que conecta Seattle (Estados Unidos) y Vancouver (Canadá).
