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23 de Enero de 2025

Las ocho enfermedades que puedes contraer comprando comida callejera

Las condiciones en las que se almacenan y manipulan los alimentos a menudo no cumplen con las normas mínimas de higiene, lo que incrementa la posibilidad de contaminación bacteriana y otro tipo de enfermedades.

Por Gabriela Romo
Uno de los mayores riesgos al comer en el comercio ambulante es la ausencia de un control sanitario adecuado. AGENCIAUNO/ARCHIVO
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Comer comida callejera puede ser una experiencia económica, pero también implica una serie de peligros para la salud.

Uno de los mayores riesgos al comer en el comercio ambulante es la ausencia de un control sanitario adecuado. Muchos vendedores preparan y sirven los alimentos en lugares al aire libre, donde están expuestos a contaminantes como polvo, humo de vehículos e insectos.

Además, las condiciones en las que se almacenan y manipulan los alimentos a menudo no cumplen con las normas mínimas de higiene, lo que incrementa la posibilidad de contaminación bacteriana y de otro tipo de enfermedades.

En conversación con EL DÍNAMO, Paulina Canales, gastroenteróloga infantojuvenil de Clínica Santa María, fue enfática al señalar en que “no hay que comprar comida a vendedores ambulantes, ya que no utilizan ninguna norma sanitaria relacionada con la salubridad de los alimentos”.

“Lamentablemente esta situación puede provocar infecciones gastrointestinales ya sea virales , bacterianas y por toxinas todas producen los mismos síntomas”, indicó la profesional.

Peligros para la salud al comprar comida callejera

  • Contaminación alimentaria: Pueden estar expuestos a contaminantes como polvo, humo, insectos y otros agentes externos.
  • Manipulación inadecuada de los alimentos: En muchos casos, los vendedores no siguen las normas de higiene básicas, como el lavado de manos antes de manipular los alimentos o la desinfección de utensilios.
  • Temperaturas peligrosas: Los alimentos que no se mantienen a las temperaturas adecuadas pueden ser un caldo de cultivo para bacterias.
  • Falta de control sanitario: Los puestos de comida callejera no están sometidos a los mismos controles sanitarios rigurosos que los restaurantes establecidos.

En qué fijarse a la hora de comprar comida callejera

Según indicó a EL DÍNAMO, Lidia Paz Castillo, nutricionista y académica de la Escuela de Tecnología Médica de la Universidad Diego Portales (UDP), “si decides consumir alimentos callejeros debes priorizar alimentos cocidos y servidos calientes”.

“No te olvides de revisar las condiciones higiénicas del lugar y del manipulador, pero si hay dudas sobre la seguridad de los alimentos, mejor no consumirlos y optar por alternativas más confiables”, añadió la profesional.

Las ocho enfermedades que puedes contraer comprando comida callejera

La nutricionista de la UDP hizo hincapié en que el consumo de comida callejera, especialmente de productos como mariscos y frituras, puede estar asociado a la exposición a diversas enfermedades tales como:

  • Salmonelosis: Causada por bacterias del género Salmonella, que pueden contaminar mariscos y otros alimentos crudos o mal cocidos. Síntomas: Fiebre, diarrea, dolor abdominal, náuseas y vómitos.
  • Infección por Escherichia coli (E. coli) enterotoxigénica: Asociada a la ingesta de alimentos o agua contaminada con materia fecal o deposiciones humanas. Síntomas: Diarrea acuosa, cólicos y en casos graves, síndrome urémico hemolítico y falla renal.
  • Vibrio parahaemolyticus: Frecuente en mariscos crudos o mal cocidos, especialmente en verano.
  • Hepatitis A: Asociada al consumo de alimentos contaminados con el virus por manipuladores infectados. Síntomas: Fiebre, fatiga, ictericia, náuseas y pérdida de apetito.
  • Norovirus: Común en alimentos como mariscos y frituras contaminados. Síntomas: Vómitos intensos, diarrea y malestar general.
  • Anisakiasis: Producida por larvas de parásitos presentes en pescados y mariscos crudos o poco cocidos.
  • Giardiasis: Transmitida por alimentos contaminados con quistes de Giardia lamblia eliminados en la materia fecal. Síntomas: Diarrea crónica, distensión abdominal y fatiga.
  • Toxinas marinas: Algunas especies de mariscos pueden contener toxinas como la toxina paralizante de los mariscos (PSP). Síntomas: Entumecimiento, mareos, debilidad muscular e incluso parálisis en casos severos.
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