Este jueves se vivió una de las escenas más anecdóticas que se han visto en el mundo del atletismo en los últimos años, donde el protagonista fue el jamaicano Usain Bolt, el hombre más veloz del planeta.
Y es que en la final de los 200 metros del Mundial de Beijing, Bolt se veía las caras con uno de los principales rivales en la pista, el estadounidense Justin Gatlin, quien buscaba recuperar el número uno del mundo que hace tiempo perdió ante el caribeño.
Pero en la definición solo se vio un solo competidor, ya que Usain Bolt se quedó con la medalla de oro con un crono de 19:55 segundos, seguido del norteamericano con 19:74 y el sudafricano Anaso Jobodwana con 19:87.
Tras el triunfo, el número uno del planeta comenzó a celebrar con los zapatos en sus manos y la bandera de Jamaica al hombro, siendo seguido por un camarógrafo montado arriba de un segway, vehículo eléctrico de dos ruedas, el cual terminó arrojándolo y enviándolo al suelo.
Bolt logró pararse y seguir su celebración, junto con ver el estado del camarógrafo, a quien le tocó la peor parte, puesto que le cayó la cámara encima.
Pero el jamaicano no quiso dejar la situación y en la conferencia de prensa, acompañado por Gatlin y Jobodwana, lanzó su teoría.
“Ese hombre me derribó completamente por sorpresa. Desde ahora intento lanzar el rumor de que Justin Gatlin fue quien le pagó”, enfatizó, como una forma de molestar al estadounidense por su enésima derrota ante él.
Sin embargo, Gatlin supo captar la ironía en las palabras de Bolt y le respondió de la misma manera, “está claro que quiero mi dinero de vuelta, porque el trabajo no se completó”.
