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Estudiar en Chile y obtener un grado también en EE. UU, así es el nuevo programa que llega a la UNAB

El programa, desarrollado junto a Arizona State University, comenzará en 2026 con las carreras de International Business y Computer Science Engineering.

La Universidad Andrés Bello lanzó oficialmente el “UNAB International College”, un modelo de pregrado con enfoque global que permitirá obtener títulos en Chile y Estados Unidos. CAPTURA.

En una ceremonia encabezada por el rector Julio Castro y la prorrectora Ana María Pavez, la Universidad Andrés Bello presentó oficialmente el UNAB International College, un innovador modelo de formación universitaria que abrirá la posibilidad de estudiar en Chile y también obtener un grado en Estados Unidos. Las clases partirán en 2026 con dos programas pioneros: International Business y Computer Science Engineering, ambos desarrollados en colaboración con la prestigiosa Arizona State University (ASU), una de las instituciones más grandes y reconocidas de EE.UU.

“Creo que es una prueba tangible, viviente de una educación global que está comenzando a impartir la Universidad Andrés Bello y que refuerza, además, uno de los 370 convenios que tenemos como universidad. En esta primera etapa ya tenemos pensado un pool de unas cinco carreras que están en el convenio con Arizona State University. Y, por supuesto, estamos en evaluación a futuro de cómo poder seguir ampliando esto con otras prestigiosas universidades”, destacó Ana María Pavez, prorrectora de la UNAB.

Desde la Vicerrectoría de Asuntos Internacionales subrayan que esta alianza forma parte de un plan ambicioso para internacionalizar la experiencia universitaria de sus estudiantes: “Tenemos una visión ambiciosa pero realista, que cada alumno de nuestra universidad tenga una experiencia internacional. Esta visión es a la vez un compromiso con la calidad y el impacto que generamos en nuestra comunidad educativa y la formación de los futuros profesionales, reflejado en factores como las competencias y la empleabilidad”, señaló Issa Kort, Vicerrector de Asuntos Internacionales UNAB.

Tres años en Chile, uno en EE.UU.

El modelo contempla tres años de formación presencial en el campus Casona de Las Condes de la UNAB. Quienes mantengan un promedio ponderado de 5,0 y certifiquen un nivel de inglés B2 podrán acceder al cuarto año en Arizona State University, ya sea de forma presencial o 100% online. Quienes opten por la experiencia presencial podrán obtener una visa de trabajo en Estados Unidos por uno a tres años, abriendo la posibilidad de sumar experiencia laboral internacional.

“Al finalizar los cuatro años, el estudiante recibe tres credenciales: la licenciatura nacional, el título profesional chileno otorgado por la UNAB y un bachelor estadounidense, lo que amplía sus oportunidades en el mercado global. Para ingresar al programa se requiere rendir la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES) y certificar al menos un nivel B1 de inglés. Aquellos que no alcancen el nivel B2 en el primer año recibirán apoyo institucional para lograrlo en un plazo de dos años, lo que les permitirá cursar el cuarto año en Estados Unidos”, explicó Nicolás Bronfman, Vicerrector Académico UNAB.

El entusiasmo entre los futuros postulantes ya se siente. Benjamín Levy, recién egresado de enseñanza media, comentó: “Lo que más me interesó fue lo de los tres años acá y uno en Estados Unidos, porque así podía tener la experiencia de otra cultura afuera”.

Mientras que Sofía Paredes, quien está a punto de terminar cuarto medio, también mira con buenos ojos la iniciativa: “Además, todo es en inglés, lo que es clave porque para trabajar afuera siempre te lo piden, y en muchas carreras ese aspecto no está tan presente”.

Era de la inteligencia artificial generativa

El lanzamiento cerró con una charla magistral titulada “Educación en la era de la inteligencia artificial generativa: aprender del pasado para diseñar el futuro”, dictada por el Dr. Punya Mishra, director de Aprendizaje Innovador del Instituto de Ingeniería del Aprendizaje de ASU. Mishra reflexionó sobre cómo las tecnologías basadas en grandes modelos de lenguaje, como ChatGPT, detectan patrones sin comprender realmente el significado y funcionan de manera probabilística, lo que puede generar errores o alucinaciones inevitables.

El investigador advirtió que estas herramientas no distinguen entre verdad y mentira, sino que producen respuestas que suenan coherentes. Por eso, subrayó, es clave que las personas aprendan a filtrar y evaluar críticamente los contenidos generados por IA. Aun así, reconoció su enorme potencial: “Es importante reflexionar sobre los aspectos éticos y morales del uso de esta tecnología, para que contribuya a mejorar el mundo”, concluyó.

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