Hace una semana, el Gobierno de Nayib Bukele comenzó a aplicar una polémica orden en El Salvador que obliga a estudiantes de escuelas e institutos a mantener peinados “adecuados” como medida de “orden y disciplina“.
Se trata de una medida impulsada por la nueva ministra de Educación, la capitana del Ejército Karla Trigueros, cuyo nombramiento ha causado un álgido debate público.
Su normativa impuesta indica que los alumnos deberán presentarse con “uniforme limpio y ordenado, corte de cabello adecuado y presentación personal correcta e ingreso en orden con saludo respetuoso“. El razonamiento del mandatario salvadoreño no es solo para imponer “orden” y “disciplina” en jóvenes, sino también “evitar” la penetración de pandillas en escuelas.
Nacida el 28 de abril de 1990 en Sonzacate, Karla Trigueros siempre sintió vocación con ser médico. No obstante, al cumplir 16 años ingresó como cadete en la Escuela Militar Capitán General Gerardo Barrios. “Nací en una familia de médicos, mi padre era médico y falleció antes que naciera y siempre tuve esa inspiración por la medicina“, indicó en diálogo con la UNICEF en 2021.
En su adolescencia cambió sus planes para ser piloto. “Mi madre es una mujer viuda, con dos hijas, me dijo que no tenía la capacidad monetaria para pagarme la carrera de piloto porque era cara. Investigué y me di cuenta que la carrera militar me podía abrir las puertas para ser piloto, entonces a mis 16 años le dije que quería ser militar“, explicó.
Bajo la disciplina militar, y gracias a su rendimiento, una beca le permitió estudiar medicina en la Universidad Salvadoreña Alberto Masferrer. Luego de graduarse, se desempeño en el Hospital Militar Central como subjefa del área de consulta externa. Ya en el Comando de Sanidad Militar, en 2019, enfrentó su mayor reto como asesora en epidemiología: la pandemia de Covid.
Su nombramiento y sus críticas
Fue a partir de aquel momento cuando el nombre de Karla Trigueros pasó a ser parte importante del círculo de Bukele, adoptando protagonismo por su rol en la coordinación del Plan Nacional de Vacunación. Fue así que para el 14 de agosto, sin experiencia académica ni pedagógica, fue nombrada por el presidente en su cargo de ministra de Educación.
Rápidamente hizo sentir su dirección con la medida de disciplina estudiantil: “Envié el memorándum para todos los directores de escuelas e institutos a nivel nacional, para que asuman su rol como modelos de orden y disciplina para nuestros estudiantes“.
Esto ha llevado a que el Frente Magisterial Salvadoreño, la agrupación que reúne a profesores del sector público de El Salvador, criticara tanto su designación como sus medidas.
“Es preocupante que la nueva ministra sea un agente militar, pues ya podemos hablar entonces de la lamentable Militarización de la Educación Pública Salvadoreña, como sucedió durante las dictaduras militares“, aseguró el colectivo.
“Es la tercera persona que experimentan probando suerte de forma azarosa al frente de Educación, sin la formación académica evidente que le otorgue la capacidad y competencia para la idoneidad en el cargo“, agregaron.
Finalmente, hicieron hincapié en los peligros que involucra su designación: “La presencia del elemento militar en la conducción del aparato educativo, obviamente abre las puertas de manera más descarada para el ingreso de uniformados de otros cuerpos represivos“.