Japón se enfrenta a una crisis sin precedentes luego del aumento masivo de ataques de osos, especialmente en el norte montañoso del país. Ante ello, el gobierno de la nueva primera ministra, Sanae Takaichi, prepara un paquete de medidas para ayudar a capturar a los animales que han dejado 12 muertos y más de 100 fallecidos desde abril de este año.
Los animales han sido avistados cerca de escuelas, estaciones de tren, supermercados e incluso en un balneario de aguas termales, reportándose ataques de osos casi a diario en Japón. Sin embargo, debido a las estrictas leyes japonesas sobre armas de fuego, las tropas desplegadas no llevarán rifles o pistolas ni cazarán a los especímenes que causan estragos en el país del Sol Naciente.
En lugar de estas armas, los militares se armarán con aerosoles repelentes, palos, escudos, gafas protectoras, chalecos antibalas y lanzadores de redes, según informó el Ministerio de Defensa. Asimismo, colocarán trampas con cebo, ayudarán en el transporte de cazadores locales y colaborarán en la eliminación de osos muertos.
Según expertos locales, la escasa cosecha de bellotas este año provocó que la creciente población de osos del archipiélago asiático se acerque a las ciudades en busca de alimento, especialmente en regiones norteñas como Akita (880.000 habitantes) e Iwate (1.166.000 habitantes).
Otra de las causas identificadas por investigadores guarda relación con la despoblación rural y el envejecimiento, difuminando las fronteras tradicionales entre las ciudades establecidas y los hábitats naturales de los mamíferos. De esta manera, los osos se ven animados a expandir los últimos hacia las zonas residenciales, donde regresan luego de haber encontrado comida allí.
En ese sentido, las autoridades se encuentran considerando realizar censos de la población de osos, utilizar dispositivos de comunicación para emitir alertas sobre su presencia y revisar las normas de caza. Además, para afrontar la inédita crisis, recomiendan capacitar a expertos en caza y ecología.