El gobernador de la prefectura de Niigata, Hideyo Hanazumi, aprobó este viernes en Japón la reactivación de la central nuclear Kashiwazaki-Kariwa, considerada la más grande del mundo. La autorización marca un hito que busca reforzar su matriz energética con mayor participación de la energía atómica tras más de una década de cautela regulatoria.
La decisión se enmarca en el intento del país de reducir su dependencia de los combustibles fósiles importados, una vulnerabilidad histórica para una economía con escasos recursos naturales. Desde el endurecimiento de los estándares tras el accidente nuclear de Fukushima, un total de 14 reactores han logrado retomar sus operaciones bajo las nuevas exigencias de seguridad.
Kashiwazaki-Kariwa será la primera central que Tokyo Electric Power Company (Tepco), operadora de Fukushima, vuelva a poner en marcha desde el desastre ocurrido en 2011. Para ello, el complejo fue objeto de amplias mejoras: incorpora un dique antitsunamis de 15 metros de altura, sistemas eléctricos de emergencia reubicados en zonas elevadas y dispositivos adicionales destinados a asegurar la continuidad operacional frente a escenarios extremos.
Antes de aquel año, la energía nuclear representaba cerca de un tercio de la generación eléctrica japonesa. Tras el cierre masivo de reactores, el país incrementó su dependencia de fuentes fósiles hasta convertirse en el quinto mayor emisor global de dióxido de carbono, solo por detrás de China, Estados Unidos, India y Rusia.
En 2023, cerca del 70% de la electricidad de Japón provenía de centrales térmicas alimentadas por carbón e hidrocarburos. Con la reactivación progresiva de su parque nuclear, el gobierno aspira a reducir la contribución térmica a entre 30% y 40% para 2040, un giro considerado esencial para cumplir sus compromisos climáticos y estabilizar su suministro energético.
El desastre nuclear en Japón que provocó su paralización
La planta de Kashiwazaki-Kariwa fue paralizada en 2011, al igual que los demás reactores de Japón, por un terremoto y posterior tsunami que dejó alrededor de 18.000 víctimas, provocando un desastre en la central de Fukushima Daiichi.
Desde el incidente, las siete unidades de la planta están detenidas. Las unidades 6 y 7 pasaron las revisiones para su reactivación en 2017, pero se le ordenó posteriormente permanecer inoperativa por fallas en la seguridad frente ataques terroristas.