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9 de Diciembre de 2014

No la trates como basura

Si instalamos como práctica el reciclaje en los hogares, por ejemplo el separar los residuos en recipientes distintos, o hacer compost con la materia orgánica, se podría aumentar la tasa de reciclaje (actualmente bordea el 10%) y junto con ello hacer más eficiente la actividad de los recicladores, mejorando de paso sus condiciones laborales.

Por Fernando Pardo Núñez
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Fernando Pardo Núñez es Director de Proyectos en Fundación Casa de la Paz. Ingeniero de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Diplomado en políticas públicas y superación de pobreza de la Universidad de Chile y Máster en Ciencias Administrativas de la Universidad Veracruzana de México. Ex Subdirector Nacional del Programa Servicio País.

Te tengo una noticia. La basura que dejas caer, con cierta cara de asco, por el ducto de tu departamento o que envuelves en bolsas negras para que sea retirada por camiones, no es basura. El problema es que en Chile, la mayoría de la gente cree que sí lo es.

Cada año en el país se producen cerca de 6,5 millones de toneladas de residuos sólidos domiciliarios y gran parte de ellos van a dar a los rellenos sanitarios, vertederos o botaderos clandestinos, transformándose en una importante fuente de contaminación.

Los patrones actuales de consumo y la visión respecto de que todo es “desechable” se ha venido instalando culturalmente en nuestra sociedad, haciendo que todo se mire como algo que se compra y que luego bota, sin que importe mucho cuál es su destino final.

Pues bien, mucho (casi todo) de lo que la mayoría de las personas bota y considera “basura” puede ser nuevamente utilizado o se puede reciclar: El papel, el cartón, las latas, el plástico, el vidrio etc. Si esto se hiciera, si hubiese conciencia y práctica de reciclaje, se reducirían muchos de los problemas ambientales y se generarían múltiples beneficios para la sociedad. Por ejemplo, se podría reducir la tala de árboles, el uso y contaminación del agua, el gasto innecesario de energía, la emisión de gases de efecto invernadero, entre otras cosas.

El reciclaje, además de contribuir ambientalmente, permite generar empleo. Actualmente se estima que existen cerca de 60 mil personas en Chile que viven de lo que la mayoría de la gente bota “a la basura”. Ellos son los recolectores y recicladores, comúnmente llamados cartoneros o cachureros, que gracias a su labor permiten que un porcentaje importante de lo que se desecha en las casas pueda ser recuperado y no termine en un vertedero.

Si instalamos como práctica el reciclaje en los hogares, por ejemplo el separar los residuos en recipientes distintos, o hacer compost con la materia orgánica, se podría aumentar la tasa de reciclaje (actualmente bordea el 10%) y junto con ello hacer más eficiente la actividad de los recicladores, mejorando de paso sus condiciones laborales.

Sin duda necesitamos políticas públicas que faciliten los procesos para la gestión de residuos, infraestructura acorde y recursos para avanzar en el reciclaje, pero lo fundamental es generar un cambio de conciencia. Algo bueno sería partir modificando el lenguaje y trato con la bolsa que habitualmente se llena y se deja en el olvido. Así es que si te preocupa el tema, desde ahora por favor “no la trates como basura”.

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