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16 de Diciembre de 2014

Campaña pro Educación “Pública”

Si el gobierno está empeñado en que la gente elija establecimientos estatales debería ponerse a trabajar en políticas que los mejoren directamente en vez de elaborar campañas millonarias que cuestionan la decisión de los padres.

Por José Francisco Lagos
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José Francisco Lagos es Presidente de la Fundación Chile Siempre

Hace algunas semanas el gobierno lanzó una campaña comunicacional que promovía la educación estatal, que contenía elementos gráficos y audiovisuales, masivamente difundidos a través de los medios de prensa. Hasta ahí, podría estar bien. Sin embargo, es lamentable que el gobierno continúe el afán de burlarse de los padres que prefieren la educación subvencionada, como aparece presente en ciertos materiales de su campaña.

Existe por parte de la actual administración, la suposición de que los padres no eligen la educación estatal porque no se les ha comunicado bien los beneficios de ésta en comparación a la subvencionada. Ahí está su error. Las familias han escogido este tipo de colegios porque presentan mejores resultados a nivel académico, hay mayor disciplina, y el proyecto del colegio representa de mejor manera el proyecto de la propia familia, factores que lejos de excluir contribuyen a una sociedad más diversa y que apunta hacia una mayor movilidad social. Muchos de los que hoy pueblan la educación particular subvencionada estuvieron antes en la municipal, pero salieron de ahí por los continuos paros y tomas que se prolongaban por meses.

Si el gobierno está empeñado en que la gente elija establecimientos estatales debería ponerse a trabajar en políticas que los mejoren directamente en vez de elaborar campañas millonarias que cuestionan la decisión de los padres.

La campaña que se debiera elaborar es una que incentive la educación de calidad, tanto estatal como privada, porque ahí está el verdadero sentido público de la educación, instituciones al servicio de la comunidad y que sean de calidad. Por eso contribuyen muy poco las iniciativas para limitar el conocimiento de las familias para elegir sus colegios, por ejemplo el no transparentar los resultados del Simce que obtienen las distintas instituciones.

Tuve la alegría de ir al Instituto Nacional, el mejor colegio estatal de Chile y mal llamado, a mi juicio, emblema de la educación pública. En mi paso por el Instituto pude observar que también tiene problemas, principalmente en cuanto a la gestión, a la falta de recursos y a la politización interna, y no es casualidad que esos problemas sean comunes en la administración estatal. En cambio, también observé aspectos positivos como la diversidad, el compromiso de los padres en el proceso educativo, sin olvidar un ambiente de amor por el saber que es catalizado por la selección de alumnos con talento para el estudio y esfuerzo previo como mecanismos para ingresar al colegio. Lamentablemente llama la atención que los elementos anteriores son atacados por la Reforma Educacional emprendida por el gobierno.

Por último, la incongruencia del gobierno no pasa desapercibida, pues en su campaña promueven virtudes de la educación estatal como absolutas, como la diversidad y la calidad, y sin embargo ni los mismos promotores de tal campaña la prefieren, enviando a sus hijos a colegios particulares pagados, que tienen selección, pago (y muy caro) y posiblemente lucro.

El gobierno debiera preocuparse de incentivar la educación de calidad, es decir, debería preocuparse de aumentar la posibilidad de elección de los padres y no cuestionar sus decisiones, solo así avanzaremos en un país más justo, donde no sea requisito tener los recursos suficientes o estar en el gobierno, para elegir la educación que queramos.

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