Una mujer, dos caminos: la difícil decisión de Bachelet para Fiscal Nacional y Contralor

La ciudadanía observa el espectáculo triste y mediocre de una clase que, sintiéndose en la cresta de la ola, mueve sus naves hacia playas donde aquellos que un día condenaron, hoy son quienes les mantienen flotando en el poder, aportando dinero para sus campañas y también para sus negocios.

Pocas veces en la historia política de nuestro país los chilenos presenciaron tanta vergüenza. La clase dirigente de oposición y oficialismo enfrentan la desaprobación de una gran mayoría de electores que un día les eligieron. La imagen no puede ser peor. ¿Qué hacer entonces? ¿Enmendar el rumbo? Pues no. ¿Presionar a la Presidente para que cumpla sus objetivos? Pues sí.

La ocasión está sobre la mesa y los miembros de su coalición solo aspiran a que quien la preside, opte por elegir el mejor menú que les permita seguir navegando sin contratiempos en la nave del poder. La Presidente Michelle Bachelet solo debe elegir entre dos cartas, marcadas por ellos, para seguir en el juego sin importarles sus consecuencias.

El abogado Enrique Rajevic es una carta. La otra es el Fiscal José Morales. El primero fue nominado ante el Senado por la Presidente Bachelet para ocupar el cargo de Contralor de la República, a instancias del Ministro del Interior Jorge Burgos, su padrino.

El segundo responde a un engranaje mas turbio: ser Fiscal Nacional, elegido entre cinco postulantes. El hoy Fiscal de Delitos de Alta Complejidad es el favorito de la UDI, algunos senadores DC (Pizarro, Zaldívar) y el Senador Guido Girardi.

Morales tuvo a cargo el caso Cascadas, cuya investigación dilató sin procesar a Julio Ponce Lerou, principal responsable de esta acción financiera que significó la quiebra para miles de accionistas y el rápido enriquecimiento del otrora ex yerno de Augusto Pinochet. Ponce Lerou fue el financista de las campañas electorales de algunos senadores UDI, otros DC y PS. Mantiene una relación con Guido Girardi y ha sido generoso en aportes a la campaña de Michelle Bachelet y a asesores del candidato Marco Enrique Ominami. O sea tiene a todos en su bolsillo.

Está claro para cualquier observador de la calle, que si Morales es elegido Fiscal Nacional toda la parafernalia de citaciones a la Fiscalía quedaría en la nada. Ante los escándalos que ya llevan un año ventilándose es hora de cerrar cortina. El fin justifica los medios diría “El Príncipe” de Maquiavelo.

En lo que respecta al candidato a Contralor, Enrique Rajevic, él tiene algunas manchas en su currículo que aunque asegure que todo ha sido saneado y prescrito, existen. Al igual que miles de jóvenes chilenos que obtienen la Beca Presidente de Chile y cumplen con sus exigencias, Rajevic se privilegió con una beca que lo obligaba, a su regreso al país, a trabajar en alguna entidad pública, además de realizar la tesis de grado en un periodo determinado. No hizo ni lo uno ni lo otro.

Con pleno desparpajo se defendió ante la Comisión de Constitución del Senado esta semana, señalando que al regreso de su beca en la Universidad Carlos III de Madrid, tuvo que optar por trabajar en entidades privadas, postergando su compromiso como becario. Por este hecho fue demandado por el Consejo de Defensa del Estado para que pagara el valor de la beca. Rajevic descartó tener conflictos con esta entidad. Detalló la razón por la cual retrasó la culminación de sus estudios, al cursar paralelamente un magíster.

Pero hay más. Rajevic en uno de sus documentos, “Contraloría y función de control: una necesaria revisión”, indica que no considera necesario el trámite de toma de razón por Contraloría. Algo esencial en las funciones de un Contralor. Dio sus explicaciones. Pero en vez de dejar contento a los senadores, los angustió. Fueron más los que sumaron dudas que aciertos para aprobar su designación.

La Presidente deberá decidir por el nuevo Fiscal Nacional a más tardar el próximo miércoles 14. La elección del Contralor, se dilató excepcionalmente. Ello para dar más tiempo al Ministro del Interior Jorge Burgos para convencer a un tercio de los senadores -o sea 22- a que voten por Rajevic.

Para elegir al Fiscal Nacional se necesitan 2/3 o sea 25 votos. De ahí que las conversaciones en los pasillos del Congreso y La Moneda presionen para que estos dos nombres sean los nominados. Así quedan todos contentos.

Más allá de este espectáculo, la opinión pública observa silente. Lejos quedan las palabras de la Presidente en actos del Estado y del Parlamento.

Si hubo un deseo de dar por terminado los abusos de poder, y el ingreso de platas negras que corroen las sanas finanzas del Estado, la elección de estos dos hombres la destruiría por completo. Por cuanto estarían al servicio de una clase política desprestigiada y no a la supervisión y castigo frente a acciones financieras y administrativas que enlodan día a día al país entero.

Consecuente con lo que la Presidente Bachelet ha dicho y con el cargo que ocupa, es ella la que debe elegir, libre de toda presión. Su decisión es clave para que las aguas se calmen y para que los ciudadanos sientan, al fin, que hay una Presidente que toma decisiones y por lo tanto, que gobierna.

N de la R: Luego de publicada esta columna y haciendo uso de su derecho a réplica, el senador Guido Girardi aseguró a este medio a través de su jefe de prensa, que no mantiene ningún tipo de relación con Julio Ponce Lerou, que se ha reunido con diversos candidatos a Fiscal Nacional y que se encuentra disponible para reunirse con cualquier otro candidato al cargo anteriormente señalado, que así se lo solicite. Además, el senador señaló que la decisión a qué candidato apoyarán en la elección para fiscal nacional, será una decisión institucional del PPD como partido y no una decisión personal.