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3 de Marzo de 2021

La realidad de la Ley Zamudio

Uno pensaría que, pasados ya ocho años desde ese hecho, las cosas en nuestro país estarían mejor; de hecho, ahora tenemos una Ley Antidiscriminación, la famosa “Ley Zamudio”, pero la realidad es otra. La violencia hacia la comunidad LGBTIQ+ sigue en aumento y la ley no ha servido de nada.

Por Iván Sepúlveda
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Señor director:

El 2 de marzo de 2013 ocurrió un hecho que marcó para siempre nuestra historia reciente. Cerca de las 20.30, cuatro sujetos abordaron a Daniel Zamudio, de 24 años, lo que terminó en un brutal ataque que le causó la muerte sólo por el hecho de ser homosexual.

Uno pensaría que, pasados ya ocho años desde ese hecho, las cosas en nuestro país estarían mejor; de hecho, ahora tenemos una Ley Antidiscriminación, la famosa “Ley Zamudio”, pero la realidad es otra. La violencia hacia la comunidad LGBTIQ+ sigue en aumento y la ley no ha servido de nada; al contrario, en los casos que se ha invocado esta ley, alrededor de unas 500 veces, sólo poco más de 120 han terminado en sentencias y la mayoría ha sido desfavorable para las víctimas.

En los últimos ocho años llevamos más de 34 crímenes de odio, casos que han sido llevados a la justicia como tales, aunque lo cierto es que hay una cifra oculta aún mayor. Sin ir más lejos, la mayoría de nosotres, la población disidente sexual, hemos sido víctimas de algún ataque de este tipo y nunca es denunciado, porque tenemos miedo de volver a revictimizarnos con nuestro sistema penal. Para mayor abundamiento, Carabineros de Chile no cuenta con protocolos para tratar a nuestra comunidad; por el contrario, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha sindicado a esta institución como uno de los principales agentes violadores de los derechos de lesbianas, homosexuales y trans.

Nuestra clase política también está “al debe”. Junto con la lenta tramitación a las mejoras de la Ley de Antidiscriminación, podemos mencionar que la población menor de 14 años no está contemplada en la ley de identidad de género. La nueva ley de adopción que no hace discriminación respecto a los adoptantes sigue congelada en el Senado y en noviembre de 2020 la Cámara de Diputados rechazó la Ley de Educación Sexual Integral.

Pero esto no es de extrañarse, falta la autorepresentación, en nuestro Congreso no hay ningún miembro del senado o de la cámara baja, ningún ministro o ministra, ningún intendente o gobernador provincial, ningún alcalde o subsecretario que se reconozca abiertamente como parte de la comunidad LGBTIQ+.

Por ello, es tan importante el proceso eleccionario que se nos viene este 11 de abril. Como comunidad debemos, al momento de votar, hacerlo por quienes viven y sienten como nosotres, no dejemos que nunca más la comunidad cis heterosexual se adjudique nuestra voz.

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