La ganancia neta de Allamand en la crisis de RN

A las 18.40 horas de ayer, mientras el candidato presidencial de la UDI, Laurence Golborne, le manifestaba telefónicamente al secretario general de RN, Mario Desbordes, su interés porque el sector mantuviera la unidad, el abanderado de RN, Andrés Allamand, ingresaba a la sede partidaria con la certeza de que una hora después anunciaría que había desactivado la crisis que generó la renuncia del presidente del partido, Carlos Larraín, a la dirigencia en señal de molestia por la dimisión del ex ministro de Justicia, Teodoro Ribera.

Durante toda la jornada Allamand estuvo en contacto con el resto de los dirigentes partidarios de Renovación y con los ministros Cecilia Pérez y Andrés Chadwick transmitiendo qué requería el partido para dar marcha atrás en la decisión de Larraín y los riesgos para el Ejecutivo de llegar al Consejo General de RN con el tema de la presidencia sobre la mesa: “Si eso sucede, las críticas al Presidente en el Consejo serán terribles” advirtió una y otra vez.

Finalmente, durante la tarde de ayer el otrora titular de Defensa recibió una llamada del Presidente Sebastián Piñera requiriendo su mediación. Con él concordó que el jueves Chadwick recibiría a la directiva partidaria para abordar la agenda del gobierno para el cierre del periodo y la coordinación con las colectividades entre otros temas.

A Larraín, en tanto, le planteó telefónicamente que necesita superar este conflicto para dedicarse por completo a la campaña de las primarias y no desviar la atención de actividades como la presentación del consejo programático este viernes.

Así, al ingresar a RN, Allamand ya tenía todo resuelto y de ahí su sonrisa mientras cruzaba el portón de la sede partidaria para reunirse con el timonel reconfirmado, Carlos Larraín, su sonrisa era clara. Entre sus cercanos no hay dudas respecto de que esta semana se anotó uno de los logros más relevantes rumbo a las primarias. Mientras Golborne se dedicó a mostrar buenas intenciones, Allamand mantuvo estricto silencio hasta que pudo maniobrar y salir del conflicto por arriba, con una solución y ayudado además por quien en RN es considerado como su guardián en La Moneda: el titular de Interior, Andrés Chadwick.

Con todo, y apenas concluyó la cita, Larraín dejó entrever que las discrepancias con el gobierno están lejos de desaparecer al asegurar que tenía “poca fe” en que el Ejecutivo finalmente tomara en consideración a los partidos.