Fiscal Gajardo defiende condenas a ancianos por delitos contra DD.HH.
"Se nos notifica a todos que si repetimos estas conductas, no importa dónde estemos, cuánto tiempo haya pasado o qué hagamos, igual seremos castigados", expresó Gajardo.
Por Redacción EL DÍNAMO
El fiscal Carlos Gajardo recordó porqué se persigue y condena a ancianos que cometieron delitos contra los derechos humanos. Esto luego que se conociera que Argentina condenó a cadenas perpetuas a los responsables de los denominados vuelos de la muerte, práctica de la dictadura donde se escogían a detenidos al azar, los drogaban y los tiraban al mar desde aviones.
“¿Por qué se condena a ancianos a penas de presidio perpetuo? Porque se nos notifica a todos que si repetimos estas conductas, no importa dónde estemos, cuánto tiempo haya pasado o qué hagamos, igual seremos castigados”, escribió el persecutor.
¿Por qué se condena a ancianos a penas de presidio perpetuo?
Porque se nos notifica a todos que si repetimos estas conductas, no importa donde estemos, cuanto tiempo haya pasado o que hagamos, igual seremos castigados.
Delitos de lesa humanidad.#NuncaMás https://t.co/jxVD0i4cUw— Carlos Gajardo Pinto (@cgajardop) 30 de noviembre de 2017
Aunque sin nombrarla, las palabras de Gajardo también apuntaron a la alcaldesa de Providencia Evelyn Matthei. “La justicia en Chile está siendo una vergüenza”, dijo la edil luego que se desbaratara a una banda de narcotraficantes que operaban en la comuna. Matthei acusó que la justicia se está dedicando “a perseguir y encarcelar a personas de 85 años de edad por hechos de 40 años atrás y a los narcotraficantes, que nos están haciendo la vida imposible, los dejan sueltos”.
Las palabras de la alcaldesa aludieron a la situación de condenados por delitos contra los DD.HH. que actualmente son adultos mayores. Varios de ellos se encuentran cumpliendo penas en Punta Peuco y, apelando a su avanzada edad y ciertas enfermedades que los aquejan, figuras de la UDI buscan lograr el traslado de los reos a sus casas con el fin de tener “un mínimo de humanidad”.
